El ciclista-cronista que toma el Anillo Verde de Madrid sale de casa cuando templa el día. Parte en ayunas y con un café de recuelo en el cuerpo. Para activar el metabolismo, el café en el estómago vacío es lo idóneo. Ya habrá tiempo de repostar si se tercia. Por delante 64 kilómetros, sol de invierno y un darle la vuelta a Madrid por lares que serían impensables hace poco. El Anillo Verde fue algo concreto —y hoy completo— del sueño olímpico, y en eso va pensando el ciclista cuando atraviesa el puente de los Franceses, por debajo del tren, y sigue la senda marcada y el curso del Manzanares. Entonces el río, si no bravo, sí que tiene un… Ver Más
Fuente ABC