Por el Dr. Jorge Corrado*-Especial Total News Agency-TNA-
“La Nación que marque una gran distancia entre sus soldado y sus estudiosos conseguirá que sus hijos sean educados por cobardes…y que sus guerras sean peleadas por estúpidos…”
Tucídides. Historiador y estratega griego, Siglo V a. C.
El XXIII Encuentro del Foro de San Pablo -FSP- se desarrolló en Managua, Nicaragua, entre el 15 al 19 Julio de 2017, bajo dirección del sandinismo por ausencia de su fallecido presidente/fundador -Fidel Castro- y de su vice-presidente -Lula-, sentenciado a nueve años de prisión, por corrupción. El informe final del Encuentro expresa claramente:
“Las fuerzas de izquierda y progresistas perdieron el control del Poder Ejecutivo en Honduras, Paraguay, Argentina y Brasil y resisten en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Nicaragua y El Salvador”. Por estas razones la directiva establece como nuevo objetivo: “buscar la unidad de las izquierdas revolucionarias y organizar la resistencia, hasta que se inicie la contraofensiva”.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) retienen un peso específico central en la dirección y por ende en los objetivos del FSP y están presentes en nuestro Cono Sur.
Las FARC son, sin duda, el actual pivote del antiguo proceso revolucionario iberoamericano. Constituyen el eje de poder del FSP -órgano director político/estratégico de la revolución iberoamericana- y sabemos que están presentes en Bolivia y Paraguay desde hace muchos años y que también lo hacen en la “Araucania” chilena. ¿Estarán en la pretendida área de la Patagonia argentina ocupada por los “noveles mapuches” o antiguos araucanos chilenos, en donde se han cometido últimamente un sinnúmero de crímenes con el sello de las FARC?
En Bolivia, el ex Ministro de Defensa Sr. Kieffer, aseguró la presencia de las FARC, desde 1998. En Paraguay, el Fiscal Alejo Vera confirmó tener pruebas de la histórica relación del Ejército del Pueblo Paraguayo -EPP- con las FARC, desde 2008. En Chile la relación del PC chileno con las FARC quedó evidenciada en las computadoras encontradas en el cuartel general de Tiro Fijo, en Ecuador, luego de que la Fuerza Aérea Colombiana lo bombardeara.
En esos documentos se encontró el acuerdo para que las RAM se capacitaran con las FARC en Colombia.
El enorme espacio vacío de nuestra Patagonia les ofrece la posibilidad de ocultar allí grandes depósitos de drogas y armas. Por ello están desplazando por el terror a los puesteros de inmensas estancias, con las RAM, que ellos adiestraron con anterioridad.
Ya en junio de 2017, la misión de la ONU en Colombia anunció que las FARC habían entregado 6803 guerrilleros y 7132 armas -fusiles y armas de puño-; pero ello no significa que se hayan desarmado totalmente. Gran parte de la prensa mundial interpretó mal ese hecho, manifestando que la organización se había desarmado. 1200 ex guerrilleros pasaron a formar parte de la Unidad Nacional de Protección -UNP-, escoltas de los nuevos políticos y ex jefes provenientes de las FARC. Otros han formado empresas de seguridad privada, al servicio de otras empresas de ex componentes de la organización armada.
Medio millar de disidentes de las FARC decidieron no ingresar al Tratado de Paz. Continúan en rebeldía y con las armas en sus manos. A ello debemos sumar aproximadamente mil quinientos guerrilleros desplegados en Venezuela que continúan en ese país. Lo más trascendente es que existen aun más de novecientos almacenes secretos. Las FARC han manifestado que no tienen inventarios de material de guerra -por lo menos para la ONU y el gobierno-. No hay certeza de lo que aun no se ha entregado, pero es muy probable que lo hecho no llegue al 50% de lo existente.
Un dato preocupante, que no aparece, es el de los misiles portátiles tierra aire y los misiles antitanques. Se calcula que suman varios centenares. A este arsenal disperso se suman las minas antipersonales. Los campos de coca de las FARC están protegidos por campos minados. Hubo once mil bajas producidas por minas en los últimos años y solo las FARC tienen los planos de los campos que han sembrado. El efecto psicológico de su sola existencia, sobre la población, limita seriamente el desplazamiento en las zonas rurales.
A fines del mes de Junio de 2017 se habían intervenido setenta y siete depósitos, de un total declarado de novecientos cuarenta y nueve. En esos depósitos, además de armamento, materiales, munición y vestuarios, hay mucho dinero. Hay un gran número de civiles que compiten con los guerrilleros disidentes para apropiarse de los depósitos enterrados. Al no poder bancarizar sus ingresos negros, la organización ha tenido que recurrir a lo que se conoce como “El Dorado de las FARC”, en la selva.
La minería es otro de los grandes ingresos de las FARC y gran parte de ella está trabajando legalmente, administrada por testaferros. El Procurador General de Colombia ha declarado que la mayor fortuna del país es la de las FARC. El Ministerio de Hacienda la calcula en 39 billones de dólares. El Procurador ha declarado que “el Tratado de Paz puede terminar siendo la mayor operación de la Historia de lavado de dinero”.
El poder vicario depositado por Cuba en Venezuela se desplaza inexorablemente a Colombia y Cuba, sin Fidel, deberá encontrar un nuevo socio, entregando probablemente -para sobrevivir- el petróleo y los puertos venezolanos a China y Rusia. Brasil -en crisis- estaría maduro para negociar con sus izquierdas con las FARC en Bogotá, y no sabemos qué futuro le aguardan a Chile, Perú y Argentina, con regímenes no consolidados y adherentes al Foro de San Pablo.
En Ibero América no se ha iniciado aun el imprescindible proceso que debería alcanzar en los próximos años la Defensa Común y la Seguridad Colectiva, con un despliegue en red de fuerzas especiales, bajo mando unificado. Ello exige recuperar, previamente, nuestra identidad iberoamericana. Los elementos del Socialismo Siglo XXI, se desplazan por el camino opuesto.
Al negar la existencia de las “guerras civiles revolucionarias” recientes y al ignorar los riesgos y amenazas presentes, nuestro país en particular -y algunos de nuestros vecinos- han desarmado los espíritus, han quebrado la autoestima de sus soldados, carecen de políticas de defensa legítimas y, si no se produjera una reacción oportuna de los electorados, el “retropopulismo revolucionario” nos conducirá, desde el aislamiento de “estados parias”, al estadio de “estados fallidos”, santuarios del “enemigo sin rostro”.
En 1973 las FARC alcanzaron, por primera vez, el nivel de crecimiento en militancia y el grado de sofisticación táctica para coordinar la actuación de hasta 50 combatientes en el desarrollo de una sola operación. Cinco años más tarde, en marzo de 1978, el mando insurgente fue capaz de realizar una única acción en la que llegó a concentrar hasta 150 guerrilleros. La operación tuvo un carácter excepcional; pero marcó un nuevo techo operativo de la organización. Para abril de 1996, en el asalto a la base del Ejército en Las Delicias, departamento de Putumayo, el mando del Bloque Sur de las FARC llegó a coordinar el despliegue de 400 combatientes pertenecientes a cinco frentes y una compañía de fuerzas especiales.
Este nuevo salto operativo respondió a una decisión tomada conscientemente por las FARC y el ELN, para lanzar lo que denominaban la “Insurrección General“, una escalada militar diseñada para alcanzar el máximo impacto sobre la situación política del país.
También dentro de América Latina, los agentes de la violencia no-estatal en Colombia han establecido importantes vinculaciones hacia Venezuela. Los cárteles de la droga colombianos han buscado una ruta alternativa, para dar salida a los narcóticos a través del delta del Orinoco. Paralelamente, los productores de droga en Colombia obtienen a través del país vecino grandes cantidades de precursores químicos necesarios para sintetizar los narcóticos. La importancia de Venezuela para el tráfico de estupefacientes se complementa con su relevancia como vía de suministro de armas a los grupos armados colombianos. De hecho, se calcula que hasta el 90 % de las municiones consumidas por estas organizaciones son vendidas de forma ilegal por miembros del Ejército venezolano. En este contexto, la voluntad expresada por el presidente Maduro de negociar con las guerrillas colombianas, ha suscitado una enorme preocupación en el gobierno de Bogotá.
Lo cierto es que, con independencia de la voluntad de Caracas, guerrilleros, paramilitares y narcotraficantes colombianos cuentan con una base en Venezuela, gracias a la imposibilidad de controlar la extensa frontera común.
Las guerrillas también cuentan con apoyos en Brasil. El territorio amazónico de este país, concretamente la región Cabeza de Perro, es utilizado como base para transbordar armas y, sobre todo, alimentos a través del río Icama para los insurgentes colombianos.
Ante el alto grado de vulnerabilidad y de disfuncionalidad en que se encuentran los sistemas de Defensa de los países miembros del MERCOSUR, considerando las particularidades descriptas, es indispensable encontrar un camino hacia un sistema de Seguridad Estratégica Regional, que preserve un futuro político en Paz, frente a los actuales, nuevos y poderosos riesgos y amenazas internacionales en presencia. Salvaguardar al Estado, como instrumento de Seguridad, Justicia y Equidad Social, es el desafío estratégico primordial en la posguerra fría.
Esta exigencia conduce indefectiblemente al MERCOSUR POLÍTICO y éste tendrá entidad cuando se logre una Política de Defensa Común, a través de un Acuerdo de Seguridad Colectivo. La naturaleza de los principales hechos y amenazas estratégicas del continente, el narcotráfico y el terrorismo, operando sobre sociedades empobrecidas y Estados Nacionales débiles, con sus instituciones malversadas y sus sistemas políticos no consolidados, no ha encontrado una respuesta combinada y unificada, que tenga en cuenta las características internacionalizadas y flexibles de una agresión estratégica diluida, no militar. Allí encontramos el verdadero desafío que debemos afrontar.
*Dr. Jorge Corrado.
Coordinador del Área de Seguridad y Defensa, Profesor del Máster de Historia Militar y del Máster de Inteligencia del Instituto de Estudios en Seguridad Global de España (iniseg.es). Director del Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires.