Por Yosef Cohen –Especial Total News Agency-TNA-
El día anterior, Bennett había hablado por teléfono con el presidente ucraniano Zelensky y luego con el presidente ruso Putin. Esas conversaciones motivaron sus esfuerzos por mediar entre las dos partes y subir algunos peldaños. Bennett decidió actuar y seguir un camino donde ningún primer ministro había llegado antes que él desde la creación del Estado de Israel, y tratar de conseguir un alto el fuego en una crisis internacional.
Bennett cree que es una cuestión de verdadera piqúaj néfesh, y por eso tampoco tuvo problemas para volar a Moscú en Shabat.
La jugada política de Bennett representa su carácter desde que entró en política. Tiene una combinación de audacia, iniciativa y originalidad.
Primeros ministros más populares, más conocidos y con mayor peso internacional que Bennett no se han puesto las pilas en el pasado, y mucho menos cuando se trata de la peor crisis internacional en décadas.
Con sus intentos de mediación entre Putin y Zelensky y la gira por las capitales europeas, Bennett mejora su posición internacional de la noche a la mañana y ha ganado muchos puntos políticos dentro de Israel.
Bennett informó el viernes a la Casa Blanca de que tenía previsto volar para reunirse con Putin. Habló con el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, y no con el presidente Biden. Bennett no pidió permiso, sino que presentó a Sullivan el viaje como un hecho. Los estadounidenses no se opusieron, pero respondieron con gran escepticismo. Washington cree que no tiene sentido seguir hablando con Putin, ya que nadie podrá cambiar de opinión sobre Ucrania y detener su invasión destinada a sustituir el poder en Kiev.
Rezamos por Shalom .