Ha pasado ya casi un año desde que los jardines de la Finca Vista Alegre se abrieran al público por primera vez. Los vecinos de la zona, acostumbrados a vislumbrar apenas los tesoros de su interior desde la verja de la calle General Ricardos, disfrutaron de lo lindo con la novedad, pese a que había que visitarlos con cita previa y control de aforos, por exigencias de la pandemia. Aún así, durante estos doce meses, más de 50.000 personas los han recorrido y disfrutado. El viaje lo merece. La finca es una enorme zona verde vedada a los ojos públicos durante siglos: fue primero propiedad privada, luego de la Casa Real y, de nuevo, pasó a manos de diferentes propietarios para, más tarde, pasar a depender, en el siglo XX, de la Comunidad de Madrid y del Estado. El origen de los jardines y la finca está en la moda de las familias pudientes del siglo XIX de acudir a los Carabancheles a descansar. Así hizo el médico de Cámara de Carlos IV, Higinio Antonio Llorente, que compró unos terrenos en 1803. Hubo cambio de propiedad un tiempo después, hasta llegar a las de Pablo Cabrero y Josefa Martínez Artó, a quienes se debe el nombre de Vista Alegre para el recinto. Una denominación que venía al pelo al negocio que pusieron allí: un establecimiento público de ocio con casino, casa de baños y un jardín con juegos y caprichos. Pero el negocio no prosperó, y la propiedad fue adquirida en 1832 por la reina María Cristina de Borbón, cuarta esposa de Fernando VII. Distintos propietarios
La reina incorporó nuevas parcelas a la finca, hasta alcanzar las 45 hectáreas que ocupa ahora. De esa época datan construcciones como el Baño de la Reina, uno de los espacios que más gusta a los visitantes, o la Estufa Grande, así como las Caballerizas o una ría en tiempos navegable. También mandó construir el Palacio Nuevo, sobre los terrenos que eran de la antigua Fábrica de Jabón, unos trabajos encargados al arquitecto Narciso Pascual y Colomer, el mismo que levantó el Palacio de las Cortes. El Baño de la Reina, uno de los espacios abiertos al público en la finca – GUILLERMO NAVARRO
Una de las hijas de la reina, Luisa Fernanda, la vendió al Marqués de Salamanca, que la utilizó para su recreo y terminó instalándose en ella. Sus herederos la vendieron al Estado español en 1886, y hoy en día un 80 por ciento de la finca es propiedad de la Comunidad de Madrid, y el resto es estatal. Es la Consejería de Economía, Empleo y Hacienda, que dirige Javier Fernández-Lasquetty, la responsable de la gestión de la finca y sus jardines, y la encargada de la restauración que se lleva a cabo en los mismos desde hace algunos años. La actuación que se llevó a cabo afecta a unas 17 hectáreas de la finca, las que fueron declaradas Bien de Interés Cultural en diciembre de 2018. Estos jardines históricos, una vez completada la primera fase de los trabajos de recuperación, abrieron al público el 1 de mayo de 2021. Y desde entonces, más de 50.000 personas los han recorrido. Las visitas son libres y gratuitas, y ahora ya no requieren de reserva previa ni sistema de turnos, aunque sigue habiendo un control de aforos. Abre para público en general los sábados, domingos y festivos; además, los viernes no festivos está disponible para grupos escolares o de interés cultural, como asociaciones culturales o centros sociales. Es tal el éxito que tiene que, en este capítulo, las reservas están completas hasta finales del mes de junio. Otro de los rincones de la finca – GUILLERMO NAVARRO
Además de las visitas del público en general, los jardines de la finca de Vista Alegre también se han abierto a otros eventos excepcionales, como han sido el Día del Mayor, promovido por las residencias de mayores; Madrid Otra Mirada, un evento del ayuntamiento; o la Semana de la Arquitectura, una iniciativa del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid. En los impresionantes jardines se ha cuidado hasta el último detalle, como el camuflaje de las tomas de agua o la utilización de especies vegetales y florales propias de la época en que se creó originariamente. Pero las visitas también pueden acudir al edificio de la Estufa, con su vestíbulo de entrada, y al Baño de la Reina, una maravillosa bañera redonda de madera. Siguen las obras
Recogiendo las peticiones del público, también se han instalado más bancos en el recorrido, porque no todos los cuerpos están preparados para largas caminatas. Las obras en su interior continúan, con previsión de finalizarlas antes de la primavera del año 2023. Se está recuperando en la actualidad el jardín colindante con la calle del General Ricardos, y se trabaja en la restauración de las siete fuentes ornamentales, incluida la de los caballos marinos en el jardín frente al Palacio Nuevo. Este 2022, además, está previsto iniciar las obras de recuperación de la parte del jardín comprendida entre dicho Palacio Nuevo y los pabellones de la calle Arnedo, que permitirán en su día la conexión a través del jardín del centro histórico de Carabanchel con la calle del General Ricardos.
Fuente ABC