Un auténtico jueves negro vivieron los mercados locales con nuevos derrumbes en bonos, suba del riesgo país y acciones de empresas como YPF en mínimos históricos.
Bonos CER: el Banco Central tuvo que volver a intervenir para sostener la demanda
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Si bien el contexto internacional no ayuda, la magnitud de las bajas se centra en la incertidumbre de corto plazo que poseen los ahorristas que van desde la capacidad de pago de Martín Guzmán de la deuda en pesos al incumplimiento de las metas fiscales pactadas con el FMI.
Huida de bonos CER
Los ahorristas con apuestas a los bonos CER, en forma directa o a través de fondos comunes, mantienen mismo comportamiento iniciado hace dos semanas: desarman su tenencia y se pasan a activos más seguros desde plazo fijo UVA o al dólar en la Bolsa.
Cuando rescatan sus ahorros en fondos comunes de inversión, los administradores de los mismos deben desprenderse inmediatamente de los papeles provocando desplomes de magnitud en las cotizaciones.
El único comprador es el Banco Central, pero no puede salir a poner órdenes de compra en todos los papeles, en toda la curva de pesos.
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Por este motivo es que al cierre de cada jornada se observan algunos bonos CER con poca variación porcentual en sus precios, son los que el BCRA sale a sostener, mientras que hay otros con pérdidas significativas.
El Banco Central compra usualmente los papeles de corto plazo y el derrumbe se da en los de mayor vencimiento. El bono T2X3 perdió 1,8%, el TX24 3,8% y el TX26, 4,7%.
La industria de los fondos comunes ya mostró salidas superiores a los $ 150 mil millones en lo que va del mes.
Las expectativas de los inversores están centradas también en los números fiscales. Más allá del creciente aumento del rojo en los primeros cinco meses del año, en junio se ubicará en torno a los $ 400.000 millones y en julio en $ 250.000 millones. ¿Cómo los podrá financiar el Ministerio de Economía?
Ese interrogante es el que se realizan los principales analistas del mercado. La emisión del BCRA tiene un tope según su Carta Orgánica de poco más de $ 700.000 millones en el 2022.
El crédito en dólares y en pesos se encuentra cerrado. La industria de fondos comunes, las compañías de seguro y hasta los propios bancos ya están cerca del tope de tenencias de bonos o bien directamente descartan por temor a un reperfilamiento, nuevas colocaciones.
La inestabilidad en el mercado de bonos se derrama en las acciones con las expectativas de ruidos cambiarios tras el fin de la liquidación de la cosecha de soja. El BCRA ayer vendió u$s 170 millones cuando debería estar acumulando divisas a sus arcas. YPF se negoció levemente por encima de los 3 dólares en Nueva York, un mínimo histórico.
El mundo crea viento en contra y ni la soja funciona como escudo
La sensación de todas maneras es que Martín Guzmán podrá superar el refinanciamiento de deuda que tiene la semana próxima por casi $250 mil millones. Hay maniobras también con DEG en poder tras el acuerdo con el FMI.
Pero los inversores observan no sólo lo que sucede a una semana sino a mediano plazo también. En septiembre hay un vencimiento similar y la nueva deuda se emite a cortísimo plazo. Por este motivo es que cada día se convierte en una batalla para el equipo económico: debe administrar dólares escasos en el BCRA para pagar importaciones y pesos también escasos para atender gastos y vencimientos de deuda.
Demasiados frentes abiertos con credibilidad escasa del lado de los inversores acerca de una posible reversión de esta tendencia.
Fuente El Cronista