El príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, busca poner fin a los años de aislamiento internacional provocados principalmente por el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi.
Por el Dr. Yoel Guzansky
Los países occidentales, que, en los últimos años, en el mejor de los casos, se alejaron del gobernante de facto de Arabia Saudita y lo trataron como persona non grata, han comenzado gradualmente a cambiar su posición.
La mejora en el estatus de Bin Salman es evidente en conjunto con y como resultado del aumento dramático en los precios de la energía durante el año pasado, a raíz de la guerra en Ucrania.
Los sauditas quieren aprovechar esta oportunidad y volver al centro del escenario y a los principales roles regionales.
Mejorar la posición externa también tiene implicaciones para el estatus y el grado de legitimidad que disfruta Bin Salman en la arena interna, antes de su acceso al trono.
Fortalecer su estatus y mejorar la posición del reino también puede ayudarlo a tomar ciertas «medidas de normalización» hacia Israel a raíz de una mejora esperada, aunque aparentemente no dramática, en las relaciones entre Arabia Saudita y Estados Unidos.
La monarquía saudita siente que pagó un alto precio tras el caso Khashoggi y busca seguir adelante y dar un giro a las relaciones regionales e internacionales del reino.
En este contexto, se informó que Erdogan se comprometió a no mencionar más el caso Khashoggi y a asegurarse de que los medios turcos se comportarán de manera similar, a cambio de inversiones sauditas en la economía turca.
El reino está ahora muy satisfecho de que sea, una vez más, un centro de interés regional e internacional.
Espera que esto ayude a atraer las inversiones necesarias para la economía saudita, que se ha reducido en los últimos años, en parte debido al relativo aislamiento político de Riad.
Pero los sauditas son realistas y no se hacen ilusiones.
Entienden que su cortejo actual, principalmente por Estados Unidos, está teñido de cálculos de costo-beneficio e intereses relacionados con la necesidad de la Administración [Biden] de regular el precio del petróleo.
Fuente: INSS The Institute for National Security Studies
Fuente Aurora