ROMA, Italia.- “¿Venezuela se está arreglando?”. Esta pregunta se ha hecho viral en las redes y es el centro de numerosas polémicas cuando se habla de la nación sudamericana. Desde el año 2016, Caracas no recibía artistas internacionales como consecuencia de una crisis generalizada que provocó el éxodo de 6.2 millones de personas, de acuerdo con estadísticas de organismos internacionales.
El boom de conciertos inició con el mexicano Alejandro Fernández, el dúo Servando y Florentino, Il Divo, Camila y Sin Banderas. Mientras que para la segunda mitad del año se espera a El Puma (mes de julio), Buena Fe (julio), Bandalos Chinos (julio), Ryan Castro y Alexis & Fido (agosto), Mon Laferte (septiembre), Reik (septiembre), Oscar D’León (septiembre), Mora (octubre), Olga Tañón (octubre), Ha Ash (octubre), Anuel AA (octubre), Fito Páez (octubre), Venezuela Off Road Festival (noviembre), Eros Ramazzotti (diciembre), Rawayana (diciembre), y Cusica (diciembre), según un hilo en Twitter publicado por el periodista Leo Castillo.
Gran desigualdad social
Este boom de conciertos contrasta con las estadísticas de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) que revelan que la pobreza extrema se ubicó en 94.5%, la pobreza extrema 76.6% y al menos la mitad se encuentra sin actividad laboral. Entonces nos preguntamos, ¿Venezuela se arregló? CubaNet recorrió las calles de Caracas y se lo preguntó a los venezolanos.
“Como me gustaría verdaderamente que Venezuela se esté arreglando; porque Venezuela no es concierto nada más. Venezuela es alimentación, Venezuela es salarios dignos que no los tenemos”, aseguró Arelis González, una docente universitaria. Explicó que tiene más de 30 años en la Administración Pública y no se ha jubilado porque “no quiero que me descuenten de lo poco que me pagan, me hacen unas series de deducciones si no estoy activa. ¿Cuánto ganamos los docentes? Venezuela es más que un concierto, Venezuela es más que un bodegón (venta de víveres importados), Venezuela es más que una venta de Ferrari; porque el transporte público no tiene para la gasolina, para el gasoil, tienen que hacer cola de un día para otro”.
Asimismo, Miguel Mendoza indicó que no ha podido asistir a ninguno de los conciertos por el alto costo de las entradas, que oscilan entre los 40 y los 5 000 dólares; en un país donde el salario mínimo oficial ronda los 30 dólares y se necesitan más de 1 000 para comprar los alimentos de la canasta básica, de acuerdo con el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (CENDAS). Por eso, “las entradas son para gente que no tiene gastos, que no tiene familia. Si es joven lo mantienen o tiene un buen trabajo en donde pueda costearse una entrada a un concierto”, dijo.
Entonces, ¿cómo se explica el contraste del boom de conciertos de artistas internacionales en un país con el 94.5% de su población en pobreza? Es parte de la estrategia propagandística del régimen de Nicolás Maduro, que intenta lavar la cara de su dictadura con la dolarización de la economía y acuñando la frase “Venezuela se arregló”, como si la compleja crisis venezolana se pudiera revertir de la noche a la mañana.
“Algunos han salido a decir Venezuela se arregló. No, no se ha arreglado, está mejorando. Venezuela ha mejorado, Venezuela va a mejorar, Venezuela va a crecer, pero falta mucho por hacer y tenemos que empeñarnos en hacerlo”, dijo Nicolás Maduro en un encuentro con empresarios cercanos al régimen.
Otra pregunta obligada: ¿quién tiene para pagar las entradas a los conciertos? Lo explica Luis Ramírez: “La población está dividida en dos, una gran cantidad que es muy pobre y otra gran cantidad que es muy rica, pero dentro de esa fracción o esas personas que son muy ricas un 80% son personas del propio gobierno”, dijo el joven estudiante.
Indicó que “los conciertos que ocurren en el CCCT (Centro Comercial Ciudad Tamanaco), son para las mismas personas enchufadas (así llaman los venezolanos a quienes trabajan o tienen negocios con el régimen)”. Señaló que estudia en una universidad pública, la Universidad Central de Venezuela, “con personas de clase media alta y la mayoría de esas personas de clase media alta son personas que sus padres son militares y son los que van a esos conciertos”.
También lo confirmó otro joven estudiante que no quiso identificarse por temor a represalias: “Yo por lo menos soy estudiante y trabajo, y se me dificulta mucho el tema del transporte, muchas cosas que vivimos día a día aquí como venezolanos”.
La crisis continúa
La opinión del ciudadano común es que la crisis continúa, a pesar de que los grandes conciertos o las campañas de propaganda del régimen intenten mostrar lo contrario. “La situación sigue igual, tienes que movilizarte en tres trabajos para poder mantenerte. Y si tienes carro hasta moto taxiar o taxiar (sic), pero esta crisis sigue igual”, dijo José Montilla.
Por su parte, Luis Ramírez explicó que una familia tipo que reside en los Valles del Tuy (zona de periferia de Caracas), de padre y madre universitarios, “no tiene la condición económica”. “Pueden tener un carro, pero no tienen la manera de costearle un estudio a sus hijos siendo profesionales. Entonces, hoy en día ser profesional no te garantiza vivir en este país”.
“¿Que se está arreglando?, eso es mentira. Aquí no se está arreglando nada, todo está igualito, hasta peor, porque las cosas están mucho más caras, la escasez en medicinas está peor todavía”, enfatizó Betsy Pérez, una vendedora de artículos para damas.
Un “moto taxista” aseguró que en Venezuela se vivía mejor en la época de “la cuarta república”, es decir, en la época de alternancia democrática antes de la llegada de Hugo Chávez. “Esto ni se acerca”, puntualizó.
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Fuente Cubanet.org