“Para mí no tendría que haber temas con los que no se puede hacer humor. Hay que darle toda la libertad posible. Por ejemplo, a la grieta le pongo humor porque sino es algo peligroso, no podemos pensar todos de la misma manera”, dice Roberto Moldavsky.
Comediante, conductor de televisión, padre y ex comerciante en el barrio de Once. Moldavsky llegó a vivir en Israel durante una década antes de que su carrera como standapero despegue en 2009. Hoy, se convirtió en uno de los capocómicos favoritos de los argentinos, con localidades agotadas en sus shows y solicitado en todos los programas de la televisión nacional.
Pero su vida antes de ser famoso era totalmente distinta: pasó 20 años vendiendo camperas en el barrio porteño de Once. En ese entonces, siempre trataba de ponerle humor a su trabajo, de hacer reír a sus clientes y vender la mayor cantidad de productos posible. “En una época en mi show decía: ‘traeme al mejor médico de Harvard y que me venda una campera en verano y te aseguro que no va a poder”.
En cambio ahora, desde el escenario, usa su humor para hablar de la cotidianeidad, de la cultura judía y de la realidad del país. “Yo mandaría a los más bravos del Once a negociar con el FMI, que vayan los de la colectividad”, dice entre risas.
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En el marco de una entrevista exclusiva para el nuevo ciclo “LA NACION + Cerca”, Moldavsky conversó durante una hora con el periodista Joaquín Garau quien lo hizo reir y logró sorprenderlo con los saludos de su hijo Eial y de La Valentín.
Para Moldavsky, si en el humor no se arriesga, se cae en la rutina de contar cosas básicas toda la vida. Recalca además que le ha pasado en shows de hacer chistes y que personas se ofendan por lo inesperado de lo que dice, pero reconoce que esos son los riesgos que se corren si uno quiere dar un buen espectáculo.
Fuentes de inspiración
“Tomo cosas de la vida cotidiana y las exagero. Mis referentes son Olmedo, Pinti, Tato Bores, pero también me inspiro en la nueva generación: Migue Granados, Dalia Gutmann o Sebastián Wainraich. Como en Argentina se hizo todo tipo de humor no hace falta ayudar al público a que entienda algo porque tienen una preparación humorística excelente”, cuenta.
Si tuviese que elegir entre las cosas más indispensables de su vida, Roberto seleccionaría: su familia, sus amigos, su trabajo y Boca. Estos son los imprescindibles que cualquier persona ´común elegiría, una vez más, el humorista demuestra que por más fama que adquiera, sigue siendo el mismo.
“Todos los domingos me encuentro con mis amigos y siempre hay un momento en el que me quieren bajar a tierra como sea, capaz yo tiro un comentario del dólar y me dicen ‘ay miralo a la estrella’ y me empiezan a pegar un rato, pero es algo que sé que es necesario para mí”.
Hace poco más de diez años se presentó en un concurso de stand up y eso le dio el pie para dejar su vida de comerciante y vivir de su pasión: hacer reír a la gente. Si bien siempre fue una persona que se tomó la vida con humor, lejos estaba de dedicarse enteramente a eso.
Fue recién a sus 50 años que se animó. “Me cruzo todo el tiempo con gente que tiene estos dilemas y les digo ‘hacelo para vos’ bailá, cantá, cociná, hacé lo que te divierta. Yo hice eso porque lo necesitaba y me salió bien, pero lo intenté”, dice.
Se caracteriza por mantener arriba y abajo del escenario el mismo tipo de humor, no esconde un personaje ni cambia de personalidad. Moldavsky es uno de esos famosos que la gente quiere por su transparencia.
Respecto a tener que hacer shows y tener que perderse momentos anhelados como cenas familiares o encuentros con amigos, dice: “Salgo para el teatro medio deprimido pero a los 5 minutos cuando escuchás a la gente reír se te va la amargura, te teletransportás a otro lado, arriba del escenario se me va todo. La risa es el mejor regalo”.
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5 frases de Roberto Moldavsky para tomarse la vida con humor
- “Los hijos son lo mejor que tenemos. Se trata de una relación desigual, los padres damos todo por ellos y no esperamos recibir nada a cambio”
- “Me cruzo con gente que tiene estos dilemas de vocación y le digo ‘hacelo para vos: bailá, cantá, cociná, hacé lo que te divierta”
- “Israel es como una gran madre judía que quiere que te abrigues, que te engloba. Allá capaz estás discutiendo con alguien en la calle y viene uno y se mete en la conversación”
- “Mi ex mujer tenía la esperanza de que yo bajara de peso y decía: ‘mozo llévese la panera’ y yo por dentro sentía como cuando las familias se despiden en el puerto”
- “Para mí, no tendría que haber temas con los que no hay que hacer humor. Al humor hay que darle toda la libertad que se pueda”
- “Cuando escuchás a la gente reír se te va la amargura, te teletransportás a otro lado, arriba del escenario se te va todo. La risa es el mejor regalo”
Fuente La Nacion