El Abierto de Australia es el que más dinero distribuye entre los jugadores, con 62 millones de dólares. Es también el que mayor volumen de negocio genera junto al US Open, el único que ha logrado superar la barrera de los 400 millones de dólares en ingresos por edición.
Wimbledon se sitúa en tercer lugar con 360 millones de dólares y Roland Garros cae muy por debajo, con 180 millones.
Cada uno de los cuatro Grand Slam se disputa durante dos semanas y la cobertura de los medios de comunicación es a nivel mundial, un hecho que potencia la visibilidad de los patrocinadores y aumenta los ingresos por ticketing.
La venta de entradas aporta beneficios por unos 250 millones de dólares, una cifra ligeramente inferior a los patrocinios y muy por debajo de la venta de derechos audiovisuales.
La televisión aportó a los cuatro grandes torneos más de 450 millones de dólares y representa cerca del 50% de la facturación total. El ticketing y el patrocinio copan entre un 25% y un 30% y, a diferencia de otros deportes, las categorías de hospitality tienen un peso significativo.
En el caso del US Open, los espacios VIP llegan a aportar hasta 58 millones de dólares, mientras que para Wimbledon son 42 millones.
De acuerdo con información de The New York Times, el año pasado se estima que se alcanzaron montos superiores a los 500 millones de dólares por las retransmisiones a nivel local e internacional de los torneos grandes de tenis en Estados Unidos. Por ejemplo, Espn paga 75 millones por el US Open y 42 millones por Wimbledon, donde la influencia del mercado se hace presente con factores como popularidad o arraigo nacional.
En lo referente al patrocinio, se estima que en 2021 se acercó por primera vez a la barrera de los 300 millones de dólares, de los cuales 87 millones corresponden al US Open; 85 millones a Australia; 58 millones a Wimbledon, y otros 50 millones a Roland Garros.
Wimbledon destaca entre las cuatro organizaciones como la que menos acuerdos publicitarios tiene, aunque se trata de una estrategia buscada, ya que se quiere potenciar a su marca como torneo exclusivo por encima de cualquier partner. Eso ya le ha ocasionado más de un inconveniente, perdiendo socios que llevaban toda una vida vinculados al torneo y que reclaman más innovaciones.
El ticketing está sujeto a la capacidad de las instalaciones en cada complejo tenístico. Australia puede recibir hasta 812.000 personas durante los 15 días en que se juega el torneo, mientras Roland Garros alcanza aforos de hasta 470.000 personas durante las dos semanas de su desarrollo.
El estadio Arthur Ashe de Nueva York tiene la capacidad para 23.771 personas y es el de mayor capacidad, motivo por el que el US Open lidera holgadamente en facturación por ticketing con 128 millones de dólares.
Por otro lado, Wimbledon acoge en su pista central a 14.979 personas y factura menos del 50% de lo que genera el Open de Estados Unidos.
Por último, el matchday completa la otra partida importante de ingreso de dinero para los organizadores. Si bien en ninguno de los cuatro casos esta partida supera el 12% en los ingresos, las cifras alcanzan una media de hasta 31 millones de dólares por torneo en conceptos de merchandising, hospitality y concesiones.
Diferencias
Resulta poderosamente llamativa la diferencia del monto que le deja un Grand Slam a la ciudad donde se lleva a cabo con relación a otro de los certámenes más importantes del tenis mundial, como la Copa Davis.
Mientras el Abierto de Australia dejó un beneficio de u$s 282,3 millones para el estado de Victoria, durante sus ediciones de 2021 y 2022, la fase de grupos de la Copa Davis generará nada más un impacto de 9.327.325 dólares en Valencia.
Según un informe de la firma de análisis Nielsen Sports, Open australiano en la temporada 2022 dejó u$s 186,5 millones, mientras que el año pasado movió u$s 96,3 millones.
Las restricciones significaron que las cifras estuvieran por debajo de los niveles previos a la pandemia, y el torneo de 2020 alcanzó u$s 270,5 millones.
En los últimos diez años, el Grand Slam aportó u$s 1,89 mil millones a la economía del estado de Victoria.
La investigación de Nielsen también develó que el evento de 2022 creó el equivalente a más de 1650 puestos de trabajo a tiempo completo y 270 000 noches de hotel, con un gasto diario promedio de los visitantes estadounidenses de Melbourne u$s 181 millones, un 24 % más que en 2020.
La transmisión, tanto nacional como mundial, también tuvo cifras sólidas, y la victoria de la tenosta local Ashleigh Barty sigue siendo el programa de mayor audiencia de 2022 en Australia, alcanzando un máximo de 4,261 millones de espectadores. Hubo un récord de 101,072 horas de cobertura de transmisión producidas para el Grand Slam de este año, un aumento del 9% con relación a 2021. A nivel mundial, 746 millones de horas del Abierto de Australia de este año se vieron en 226 territorios a través de 25 socios de transmisión, un aumento del 20 por ciento en 2021.
Más de medio millón de aficionados asistieron a las dos últimas ediciones del Abierto de Australia, con 346.468 asistentes en 2022 y 130.374 más en 2021. Cabe destacar que ambos torneos se vieron afectados significativamente por el covid-19, lo que concuerda con los límites de capacidad, zonificación y un bloqueo de cinco días a mitad del evento. Más de 6,34 millones de personas han asistido al evento en los últimos diez años.
En tanto, la fase de grupos de la Copa Davis generará un impacto de u$s 9.327.325 en Valencia. Esta es la estimación que hace la organización de un evento que se celebrará en el Pabellón de la Fuente de San Luis, pista donde el Valencia Basket disputa sus partidos, entre el 13 y el 18 de septiembre.
Esta cifra incluye diferentes variables como el impacto directo del evento como parte del gasto de organización, el impacto fiscal o el gasto en transporte, alojamiento, restaurantes, tiendas y entretenimiento. Para ello, durante la semana de competición la capital valenciana espera recibir más de 1.700 pernoctaciones en hoteles.
En el apartado mediático, la fase de grupos de la competición organizada por Kosmos contará con una cobertura internacional que le permita llegar hasta los 280 millones de espectadores.
Un impacto a nivel audiovisual con una valoración estimada de alrededor de los 5.492.758 dólares. A esto hay que sumarle los más de 40.000 espectadores que verán el evento en vivo durante los seis días de competición. Para ello se contará con 990 personas del staff deportivo y organizativo.
En definitiva, no existe lugar para un quinto torneo grande dentro del tenis, al menos con el actual volumen de negocio que se requiere alcanzar.
Fuente Ambito