En un discurso de graduación en Stanford, Sundar Pichai, el CEO de Google, dijo cuatro palabras que resumían años de investigación sobre la psicología de la motivación humana: “Recompense esfuerzos, no resultados”.
Qué es lo que nunca le puede faltar a un empresario argentino: lo usan casi todos para trabajar
Estas cuatro palabras son las claves para un buen líder. En su ponencia, dijo: “Padres, imaginen esto: su hijo acaba de tomar un examen para el que ha estado estudiando. ¿Suele esperar buenos resultados de la prueba antes de sacarlos a tomar un helado?
Líderes, imaginen esto: un empleado ha estado trabajando muchas horas en un informe. ¿Sueles esperar a ver su calidad final antes de reconocer su esfuerzo?
Si respondió afirmativamente a cualquiera de estos, es posible que deba repensar su estrategia”.
Pichai promociona así lo que define como las “fuentes de motivación intrínseca”.
Es decir, motivar a las personas a hacer algo porque realmente lo disfrutan, aman el desafío o lo encuentran interesante. A diferencia de buscar una recompensa o evitar un castigo. En otras palabras, hacer que los resultados sean irrelevantes.
Aunque puede sonar contradictorio dado que se puede pensar en la recompensa, como un buen puntaje en el examen, en realidad, la ciencia respalda la ruta intrínseca.
“Está muy bien predicar un espíritu orientado a los resultados, hasta que realmente tienes que ponerte a vivirlo”, dice Pichai.
Estar orientados a los resultados es una forma de motivación extrínseca que es terrible para la productividad a largo plazo.
SPP
Cuando nos enfocamos tanto en la meta podemos caer en la trampa de lo que llaman “Socially Prescribed Perfectionism” (SPP) y que numerosas investigaciones relacionn con la depresión, la ansiedad y la disminución de la probabilidad de buscar ayuda.
Para evitar estos sentimientos una forma de evitarlos es la procastinación, es decir, postargar hasta el último momento las tareas.
Pensar fuera de la caja
Cuando se recompensa el esfuerzo, no el resultado, es más probable que asumamos riesgos y es así es como nace la innovación.
¿Por qué? Cuando nuestro desempeño no se juzga por su “destino”, nos sentimos más confiados y lo podemos convertir en algo único y no planificado. De hecho, la investigación muestra que la motivación intrínseca tiene un efecto positivo en el desempeño creativo e innovador.
Eso es porque cuando estamos intrínsecamente motivados, sentimos un sentido de propiedad sobre nuestro trabajo, nos conectamos profundamente con su significado metafísico, repasamos las habilidades relevantes que nos harán más competentes y nos sentimos confiados en la historia que estamos impulsando.
Fuente El Cronista