LA HABANA, Cuba. — Este lunes, el portal digital 14ymedio publicó una información de la Agencia EFE sobre un novedoso método de lucha que se ensaya en países hermanos de nuestro continente contra la dañina especie Aedes Aegypti, vector de enfermedades diversas. El titular recoge la esencia de la noticia: Liberación de mosquitos con dron, esperanza de combatir el dengue en América.
Según la información, “a medidas como la eliminación de criaderos de zancudos y la fumigación se suma ahora una técnica inusual: liberar con drones comunidades de mosquitos ‘vacunados’ con una bacteria en zonas con alta incidencia de la enfermedad”.
Lo de la “vacunación” es, claro, una manera de hablar. En realidad, lo que se distribuye en zonas en las que predomina la enfermedad son animales “portadores de una bacteria llamada wolbachia, que interrumpe su capacidad para transmitir las enfermedades entre las personas”. Según los comunicadores, el método ha sido empleado en Brasil, “donde la bacteria ha conseguido reducciones significativas en el número de casos”.
Lo anterior no se refiere al detalle del empleo de drones, nota algo truculenta que ahora los colombianos añaden a la difusión de los mosquitos infestados. El nuevo medio de lucha se suma a los tradicionales que desde antiguo se emplean en países de Nuestra América para enfrentar el pernicioso dengue, que avanza con ímpetu por todas las zonas tropicales y subtropicales del continente.
Mientras esto sucede en nuestros países hermanos, ¿qué podemos decir de nuestra Cubita bella? En la misma información se recuerda que, “el pasado miércoles, las autoridades informaron la detección en una misma semana de 11 634 casos reactivos de dengue”. Esto representa ¡“3,8 veces más que los positivos notificados en el primer semestre del año”!
Ante ese aumento exponencial de la incidencia del mal, ¿qué podemos esperar los cubanos de las autoridades castristas? ¡Nada de drones, creo! Aunque… ¡es verdad que con estos comunistas uno nunca sabe a qué atenerse!: lo mismo se revelan incapaces de garantizar a sus súbditos una simple pastilla de aspirina, que realizan un aparatoso trasplante de un órgano vital (¡eso sí!, con una amplísima cobertura noticiosa nacional e internacional).
En los medios masivos de comunicación, los plumíferos y cotorrones castristas parecen no haberse enterado de la perniciosa proliferación del dengue. Cubadebate, Granma, Juventud Rebelde, al abordar temas de salubridad, siguen centrando la información en la disminuida COVID-19. Como loros enloquecidos, insisten en el tema de la pandemia, y cierran los ojos a la otra enfermedad, que ahora mismo ha adquirido una relevancia mucho mayor.
Infomed sí ha especializado su sitio-web para quienes se interesen en el tema. Allí leemos: “La fumigación no es suficiente para eliminar el mosquito. La aplicación de insecticidas es una medida destinada a eliminar a los mosquitos adultos que pueden transmitir estas enfermedades. Su implementación debe ser evaluada por las autoridades sanitarias, ya que solo es recomendable en momentos de emergencia, y siempre debe ser acompañada por la eliminación de todos los recipientes que acumulan agua en las casas y espacios públicos”.
Yo pregunto a los sesudos de Infomed: ¿Y esta multiplicación por más de 90 (¡“3,8 veces más” casos en sólo una semana que en todo un semestre anterior!, ¡y esto según cifras oficiales, que son incompletas, ya que la mayoría de los cubanos que sufren el dengue no se molestan ir a un centro de salud, donde nada va a resolver!) no representa uno de esos “momentos de emergencia” que ustedes consideran imprescindible que exista para poder echar mano al uso del humo para aniquilar los mosquitos!
Y en otro orden de cosas: ¿Por qué ahora alegan que ese método de exterminio es procedente sólo de manera excepcional (“en momentos de emergencia”), pero durante años estuvieron fumigando de modo sistemático en todas las barriadas cubanas! Y esto, a título preventivo, sin que hubiese un brote significativo de alguna enfermedad. Si esto —se supone— no era lo correcto, ¿presentarán disculpas a la población por haberla sometido durante años al molesto humo que —según dicen ahora— era superfluo!
Entonces, yo, como simple periodista y lego en materias de salubridad, les pregunto a los especialistas de Infomed: ¿No tendrá todo este turbio asunto una explicación mucho más pedestre y vulgar! ¿No será simplemente que en este país sumido en el desastre no puede conseguirse siquiera un poco de combustible para realizar las benditas fumigaciones!
Si tal fuera el caso, entonces las invocaciones al previo dictamen favorable de las autoridades sanitarias (para proceder sólo después a la fumigación) no pasarían de ser una vulgar engañifa: formas vulgares con las que tratar de enmascarar la miseria imperante, que es tanta, ¡que ni siquiera hay recursos para destinar un poco de humo al exterminio del vector!
¡Muy venida a menos tiene que estar la muy publicitada y propagandizada salud pública cubana cuando sus autoridades ni siquiera son capaces de hacer ver que intentan aniquilar el vector que nuestro ilustre compatriota Carlos Juan Finlay, en pleno Siglo XIX, señaló genialmente como el transmisor de la fiebre amarilla, el dengue y otros males!
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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Fuente Cubanet.org