Una mirada a la semana pasada

Por el general (retirado) Tamir Hayman

Cualquier intrusión de este tipo por parte de israelíes en el Área A corre el riesgo de desatar una escalada en la zona.

La violencia no es un problema exclusivo del norte de Cisjordania y no deberíamos consolarnos con la idea de que descubrimos el nido del terrorismo, porque las semillas de la calamidad se pueden encontrar en toda Cisjordania.

Para enfrentarlos, el establishment de seguridad debe prepararse para una actividad integrada que comprenda varios esfuerzos equilibrados, siendo el esfuerzo operativo uno de ellos.

Estos esfuerzos deben estar orientados a la inteligencia y no ser reacciones a percances operativos, como la falla con los fieles que ingresaron a la Tumba de José en Naplusa.

Khalil Awawdeh, el preso administrativo en huelga de hambre pronto será liberado como parte del compromiso egipcio con la Yihad Islámica al final de la Operación Amanecer.

Ya sea que Israel haya cedido durante las negociaciones o que la liberación haya sido planeada con anticipación; las organizaciones terroristas palestinas y Hezbollah calificarán esto como una prueba de la debilidad israelí.

Por lo tanto, Israel debe lanzar una campaña cognitiva ahora: resaltar los aspectos positivos relacionados con la importante participación egipcia y explicar los negativos, es decir, ofrecer explicaciones alternativas para la liberación del preso.

Este incidente también debería indicarle al establishment de seguridad que debería reconsiderar el uso extensivo que hace de la herramienta llamada detención administrativa.

Esta medida es indispensable únicamente cuando el material de inteligencia no constituye prueba suficiente para remover a una persona que es un peligro para el público.

Finalmente, el desafío de marcar las fronteras marítimas entre Israel y Líbano también continuó esta semana.

El retraso en la extracción de gas a raíz de las consideraciones de la empresa Energean es interpretado por Hezbollah como un logro en la lucha cognitiva de Nasrallah.

Está claro para todos que ninguna de las partes está interesada en la guerra; pero la tensión permanece y podría convertirse en una guerra.

Por lo tanto, Israel debe estar preparado con una respuesta militar contra el próximo movimiento de Nasrallah, una respuesta que sea significativa por un lado y por otro lado que no conduzca a rondas de reacciones.

Israel podría implementar un cierre naval, emprender acciones legales o detener el flujo de gas a través del oleoducto egipcio que se dirige hacia el Líbano, o llevar a cabo una acción cinética limitada, como atacar la infraestructura de Hezbollah en el Líbano o Siria.

En este momento, lo más importante para ambas partes es llegar a un acuerdo económico fronterizo.

Este acuerdo será un elemento de normalización con Beirut, ayudará al Líbano con su crisis económica y permitirá la extracción de gas en los campos israelíes de Karish y libanés de Qana.

Fuente: INSS The Institute for National Security Studies