“Soy brasileño, muy brasileño; está en mis raíces. No necesito usar ‘materiales brasileños’ para que mis obras tengan alguna cosa de Brasil: va salir de todas formas”, dice Isay Weinfeld en el capítulo que le dedica el documental Arquis (HBO) sobre las grandes figuras contemporáneas de la arquitectura latinoamericana.
La aclaración vale porque son muchos sus trabajos fuera de su país: entre los últimos, el edificio Jardim, frente a la High Line de Nueva York, y el nuevo restaurante del hotel Four Seasons, en la misma ciudad, luego de que lo trasladaran a la calle 42 desde el legendario edificio Seagram en Park Avenue, de Ludwig Mies van der Rohe.
En esta casa de Iporanga (2006) que volvemos a recorrer hoy, el elemento extranjero no surge de su ubicación, sino de la ascendencia árabe de sus dueños: las ventanas con celosías talladas que se ven en tantos puntos de Medio Oriente.
Elegancia atemporal con un toque argentino
El estilo de Weinfeld es limpio, sobrio… y lógico. Con este paisaje, no tendría ningún sentido cerrar la planta baja más que lo estrictamente necesario. De ahí que las puertas vidriadas pueden deslizarse hasta unirla totalmente con la galería que da a la pileta y la playa.
El living y el comedor ocupan el largo total de la planta baja, y la mayor parte de su mobiliario fue adquirido por el Weinfeld en el local de Laura O, de Buenos Aires. “Un día nos llamó muy entusiasmado desde Argentina y nos dijo: encontré los muebles perfectos para la casa”, recuerdan los propietarios, “Y tenía toda la razón del mundo: le dan una cuota extra de calidez al espacio, además de un gran confort”.
Cocina eficiente
La sutil presencia del sol
Weinfeld, cineasta además de arquitecto, es famoso por su perfeccionismo. “Me involucro hasta en el más mínimo detalle de los proyectos que realiza mi estudio”, algo no es poco si tenemos en cuenta que es un hombre buscado por las celebridades brasileñas para construir sus casas y autor de establecimientos comerciales, restaurantes y hoteles, como los Fasano de San Pablo y Las Piedras, en Punta del Este. “Aunque no haga el paisajismo ni la comunicación de mis proyectos, necesito tenerlos bajo mi control”.
Pero no solo de control vive el hombre. También tiene una cuenta de Instagram personal, muy simple y divertida, en la que sube las tomas arquitectónicas (y folclóricas) insólitas que capta en sus recorridas dominicales por la periferia de San Pablo, un proyecto desde el inicio pensado para tener “una mirada crítica, pero con humor”.
La impactante suite
Día y noche
Muchos asociamos a San Pablo con una urbe cementicia, superpoblada y caótica, pero las playas del litoral norte paulista, que están a un par de horas de la ciudad, compensan a sus habitantes con una belleza increíble: es el Brasil como lo soñamos todos.
“Siendo los propietarios de origen árabe, quise darle a la casa una atmósfera del medio oriente, pero sin caer en exageraciones ni en transplantes carentes de sentido. Para hacer las persianas me inspiré en las tradicionales mashrabyas, persianas o adornos de ventanas de madera tallada que son un elemento distintivo de la arquitectura tradicional de esa región. Lo mejor es que, al hacerlas batientes, funcionan estupendamente bien como parasoles, y crean una necesaria transición de semisombra entre los dormitorios y la terraza, que está hecha en piedra caliza clara”, decía Weinfeld sobre esta obra, hace casi quince años.
Fuente La Nacion