Por Carlos Ruckauf
¿La atracción de algunos dirigentes argentinos por las dictaduras se debe a que en ellas nadie puede discutir la honestidad de los gobernantes?
“El Partido Comunista ha llevado a China a la prosperidad, porque tiene como norte el bienestar del Pueblo” – Embajador argentino en China (agencia oficial china Xinhua).
El dictador chino Xi Jinping tenía prohibido ejercer el poder por más de dos mandatos consecutivos.
Hace dos años comenzó un proceso de copamiento del todopoderoso Partido Comunista Chino con el objetivo de eliminar la cláusula legal, que le impedía perpetuarse en el poder.
Un grupo de dirigentes referenciado con su predecesor, Hu Jintao, intentó oponerse a la maniobra e incluso llegó a la “osadía” de criticar el “culto a la personalidad” del líder supremo.
En la clausura del XX Congreso del PCCH, donde se consagró la reforma, luego de que ingresara la prensa, para que todo el mundo se enterara, personal de seguridad conminó a Hu Jintao a que se retirara.
El anterior presidente de la República Popular China, estaba como corresponde, sentado al lado de Xi Jinping, por lo que la escena fue registrada por las cámaras de televisión del mundo entero.
Xi Jinping y Hu Jintao en el Congreso del Partido Comunista de China
Se trata de un episodio de características inusuales, dado la persona de la que se trató y la buscada espectacularidad, en un país caracterizado por la constante violacion de los Derechos Humanos bajo el amparo de la oscuridad (luego de la masacre de Tiananmen), la ausencia absoluta de libertad de prensa, una salvaje policía política y los tenebrosos Tribunales del Pueblo.
Por supuesto, luego de producida la pública humillación, la agencia oficial de noticias Xinhua, explicó que se trató de un ”problema de salud”.
A partir de consolidado el Poder de Xi, los acontecimientos pasan por la posible ”rehabilitación parcial”, ”una honrosa jubilacion”, un “suicidio” o “la desaparicion de la vida publica”, los mismos caminos que han tenido que transitar, antes que Hu, quienes fueron un obstáculo en el camino del déspota de turno.
Vale la pena recordar que el presidente Alberto Fernandez, luego del papelón protagonizado con Vladimir Putin, viajó a Beijing a entrevistarse con Xi Jinping y a firmar convenios que aumentan, hasta límites peligrosos, los negocios y la dependencia con el gigante asiatico.
También que ha instruido a la Cancillería a no condenar la flagrante violacion de los derechos humanos del pueblo Uigur, una etnia minoritaria acusada de terrorista por el hecho de profesar la fe islámica y proteger sus costumbres ancestrales.
¿La atracción por las dictaduras se debe a que en ellas nadie puede discutir la honestidad de los gobernantes?
En las democracias, los violadores de los derechos humanos son denunciados por la prensa libre, juzgados y condenados.
En las dictaduras, en cambio, suelen ser condecorados, como en Venezuela y Nicaragua.