La unidad entre Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner vino de la forma menos pensada. En vez de enviar señales de comunidad en torno a política doméstica, tanto el Presidente como la vice coincidieron en forma casi calcada en torno a un episodio ocurrido cruzando el océano, en España, con el antecedente de que algunas de cuyas figuras se ocuparon, en los últimos tiempos, de usar a la Argentina como excusa para saldar internas propias. Todavía repican en la memoria del oficialismo justicialista de aquí el exabrupto de la alcaldesa de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien al rechazar el proyecto de impuestos de “solidaridad” a las grandes fortunas del presidente de su país, Pedro Sánchez, aseguró que el Gobierno lo que buscaba era “quitarle el dinero a la gente para luego, como hacen los peronistas, repartirlo en pagas, ayudas y subsidios“.
Ahora fue el turno de la revancha. Así, los mandatarios locales no dejaron pasar la oportunidad de solidarizarse con la ministra de Igualdad de España, Irene Montero, quien fue víctima de ataques verbales durante un debate sobre presupuestos de su cartera en el Congreso de ese país.
“La violencia política y machista contra las mujeres es intolerable, y debemos repudiarla con fuerza cada vez que sucede. Toda nuestra solidaridad con la ministra Montero, víctima hoy de crueles ataques”, escribió el jefe de Estado en su cuenta de Twitter.
La vicepresidenta, en tanto, replicó un mensaje que la propia Montero había pronunciado en el Congreso y que subió a sus redes, titulado “Basta de violencia política”.
En ese mensaje, la funcionaria española había solicitado que “se incorpore al diario de sesiones la violencia política que se está ejerciendo en este momento en la sede de la soberanía popular para que no se borre, para que después de mí no venga ninguna, para que todo el mundo pueda recordar la violencia política y quienes la ejercen”.
“Y también, para que se pueda saber que las feministas y las demócratas somos más y les vamos a parar los pies a esta banda de fascistas con más derechos”, completó Montero.
La diputada Carla Toscano, de Vox, había afirmado que el único mérito de Montero es “haber estudiado en profundidad” a Pablo Iglesias -su pareja y fundador de Podemos-, lo que motivó el repudio de los legisladores de Unidas Podemos al grito de “vergüenza, vergüenza”, “no es no” y “no vale todo”, según consignó la agencia de noticias DPA.
En la bancada de otros grupos como PSOE, ERC o Ciudadanos, se veían expresiones de gravedad y de mudo estupor, mientras los compañeros de Toscano se ponían en pie aplaudiendo entre risas.
El presidente de España, Pedro Sánchez, expresó por su parte en Twitter que “estamos juntos contra la violencia machista. Negarla es una forma de ejercerla. Subirla a la tribuna del Congreso es cruzar una línea intolerable. Seguiremos adelante con convicción y determinación. Todo mi apoyo, Irene Montero”.
Fuente El Cronista