SANTIAGO DE CUBA. – Tras varias jornadas sin alcanzar la cuota de pan normado, Liudmila salió a las 4:00 de la mañana de este lunes rumbo a la panadería para probar suerte, pues conseguir un turno se ha vuelto una tarea casi titánica en medio de la creciente falta de harina y los constantes cortes eléctricos que detienen la producción durante horas.
El motivo de su afán es que su hija comienza la escuela este lunes y, por ende, necesita garantizar su desayuno y merienda. Junto a ella, decenas de padres compartían la misma fila y necesidad. Afortunadamente, cerca de las 7:00 a.m. pudo comprar, pero la mayoría quedó pendiente para la tarde.
“Siempre que empieza un nuevo curso yo me deprimo mucho. La angustia de ver a mi niña sin zapatos, sin mochila nueva, a veces sin nada que merendar, me quita las ganas de vivir. Desde hoy, como sea, tengo que tratar de conseguir algunos panes todos los días, aunque sean una bazofia”, lamentó la mujer, que trabaja en Gastronomía.
Los padres cubanos deben lidiar a diario con la imposibilidad de poder brindar, siquiera, lo más básico a sus hijos. A día de hoy suplir los gastos escolares se ha vuelto un verdadero lujo.
Cada vez que inicia un período lectivo, los estudiantes, casi siempre, necesitan, aparte de la alimentación, renovar ropa, zapatos, mochila, medias, etcétera. Solo para tener una idea, ahora mismo un combo con algunos de estos artículos puede superar los 10 000 pesos, teniendo en cuenta que, por ejemplo, una mochila oscila entre los 3500 y 5000 pesos, un par de zapatos modestos ronda los 4000 y unas medias blancas 150 cada par.
Mailén Zamora es secretaria y devenga 2960 pesos mensuales. Ella tiene dos hijos en la escuela secundaria, y como no pudo comprarles los aditamentos escolares a ambos en septiembre, cuando se reanudó el curso 2021-2022, se propuso hacerlo en esta etapa. Sin embargo, sus ahorros no fueron suficientes y se quedaron pendientes muchas cosas.
“Yo vendí un puerco en 16 000 pesos y el padre de los muchachos también me dio dinero, pero aun así no fue suficiente. Compré dos pares de tenis en 12 000, dos mochilas, ambas por 7500, y dos shorts para cada uno, a 1500 pesos por unidad. No pude comprar medias, ni calzoncillos, ni chancletas, como quería”, dijo la mujer, vecina del reparto santiaguero Micro 8.
Debido al desabastecimiento generalizado, la mayoría de las misceláneas escolares que circulan en los grupos de compra y venta son importadas de otros países. Por tal razón, su precio es directamente proporcional a la tasa de cambio del dólar estadounidense, la cual fluctúa casi a diario. En estos momentos, un USD equivale a 175 pesos, como media, y si bien no es el pico mayor que se ha registrado (fue 200 pesos hace varias semanas), ese canje mantiene los costos impagables para muchas familias.
Alegna Gámez es madre de tres niños. El segundo de ellos comienza en preescolar. Ella es manicura, y aunque su entrada de dinero mensual suele ser mayor que la de un empleado estatal, no es fija. Por ejemplo, en noviembre no trabajó por problemas de salud, según contó a CubaNet. A pesar de ello, este sábado gastó cerca de 3000 pesos en confituras para la merienda de su pequeño.
“Compré cinco paqueticos de galleticas a 120 pesos cada uno, cinco yogures de platanito a 150 cada uno. Aparte, un amigo me consiguió queso blanco a 280 pesos la libra y un pomo de mayonesa en 500”, detalló Gámez. “Así no hay quien viva”, sentenció.
Los productos que no son importados se comercializan, mayormente, en las tiendas en MLC. Esto significa que los cubanos deben pagar los 175 pesos por dólar, o lo más común, recurrir a los revendedores.
Por otro lado, está el tema de los uniformes. En varias provincias se ha reportado un déficit de prendas tanto de hembras como de varones, ya sea por falta de materias primas como por las fallas en el sistema eléctrico nacional. Entre los territorios más afectados se encuentran Cienfuegos y Holguín, donde cuatro fábricas comenzaron a confeccionar 170 000 uniformes, pero hasta el pasado día 24 solo habían podido cumplir con el 50 por ciento de la meta.
En cambio, en La Perla del Sur el panorama es peor. “Hasta el momento falta la totalidad de las blusas y camisas de séptimo grado, y solo se cuenta con el 66% de las zayas y el 71% de los pantalones”, aseguró la ministra de Educación de Cuba, Ana Elsa Velázquez Cobiella, al diario oficialista Granma.
“Es que en este país nada funciona. Ni siquiera pueden hacer uniformes, y no es desde ahora, ese tema siempre ha sido un problema. ¡Qué caro estamos pagando las gratuidades!”, protestó una usuaria, también santiaguera, en Facebook.
La educación cubana es un caos
Los directivos del sector han reconocido que comenzarán este período lectivo con un gran déficit de profesores, y gran parte de estos docentes han solicitado la baja, muchos con el fin de emigrar al extranjero. Al respecto, el primer secretario del PCC en Ciego de Ávila, Liván Izquierdo Alonso, declaró a mediados de mes que “el problema no es solo que falten profesores, sino que no se puedan resolver esas ausencias”.
En tal escenario, la ministra de Educación anunció que este curso iniciaría con “normas ajustadas”, haciendo alusión a una “estrategia docente-productiva” de los politécnicos con el propósito de fortalecer la formación laboral de los estudiantes. Del mismo modo, el MINED implementará un proyecto con jóvenes actualmente desvinculados del estudio o el trabajo.
Esta medida indica que las aptitudes para estudiar carreras como Pedagogía serán cada vez menos requeridas.
En la misma comparecencia, la titular destacó que solo se les entregarán a los estudiantes, entre el 50 y el 60 por ciento de las libretas que habitualmente reciben, debido a la escasez de papel. Asimismo, solo contarán con un lápiz.
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Fuente Cubanet.org