MIAMI, Estados Unidos. — Previo a la llegada al poder de Fidel Castro en enero de 1959, La Habana era una de las ciudades más importantes de América Latina.
La bonanza económica, el turismo, los adelantos técnicos y su condición geográfica hacían de Cuba un país de visita obligada en la región del Caribe. La Habana, en su condición de capital, era una urbe visitada por famosos y desconocidos.
Tan imponente era la capital cubana que el castrismo demoró décadas en aniquilarla. Todavía hoy, a pesar del abandono, conserva parte del encanto de sus días de gloria.
En La Habana no faltaban autos, tranvías, ómnibus, teatros, cines, centros nocturnos, grandes hoteles, playas, prósperos negocios de medianos y pequeños empresarios. De hecho, no son pocos los cubanos de las nuevas generaciones que sorprenden ante las majestuosas imágenes que circulan aún de la urbe y que datan de los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo.
En su momento, La Habana recibía también a famosos del mundo de la música, el cine, el deporte y hasta de las ciencias. Fran Sinatra, Babe Ruth, Albert Einstein, Gary Cooper o Johnny Weissmüller, el mítico Tarzán, fueron solo algunos de los nombres ilustres que desfilaron por la urbe antes de la llegada de Castro.
Sin embargo, 1959 sería un parteaguas en la historia de Cuba, y de su capital. De a poco, el desarrollo fue desapareciendo en la medida que el socialismo se fue entronizando en la vida política y económica del país. La apuesta por el igualitarismo castrista terminó dejó sin combustible el desarrollo del país y lo que apuntaba a convertirse en un paraíso tropical terminó en una isla cárcel.
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Fuente Cubanet.org