“Conocimos el cierre de 2022 para las exportaciones de bienes, arriba de los u$s 88.400 millones, que es un récord histórico. Nunca antes la Argentina había tocado ese nivel en exportaciones de bienes. Sumado a la exportación de servicios -donde tenemos que esperar aún unos meses para tener los datos definitivos del cuarto trimestre-, en el tercero la Argentina ya exportó más de u$s 10.000 millones, por lo que vamos a terminar el año con un total por arriba de los u$s 100.000 millones, que es un número muy importante“, asegura Cecilia Todesca Bocco a El Cronista.
A horas del arribo del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, a la Argentina para la firma de un ambicioso acuerdo binacional y la realización de la Cumbre de la CELAC, la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería dialogó con este medio sobre las proyecciones comerciales en 2023 y el impacto de la sequía sobre esos planes así como la integración regional y las denuncias de la oposición sobre la invitación a los mandatarios Nicolás Maduro (Venezuela) y Miguel Díaz-Canel (Cuba) a Buenos Aires.
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-El canciller había hablado de una expectativa de crecer por lo menos un 5% más sobre esa balanza, ¿siguen viendo esa proyección válida para este año con el posible impacto de la sequía?
-Para 2023, nosotros tenemos todavía hoy las proyecciones del Presupuesto que efectivamente están sumando, bienes y servicios una vez más, en u$s 105.000 millones. Claro que sobre esto habrá que ver el impacto de la sequía; cuánto de lo que se pierda en cantidades, se puede recuperar en precios y cómo van a compensar otros rubros de las exportaciones. En términos de la balanza, esperamos que 2023 será muy diferente respecto del año pasado, específicamente en las importaciones de combustibles y lubricantes que en 2022 cerraron con un monto total de casi u$s 12.900 millones, lo que es un crecimiento de 120% respecto de 2021 claro. Y eso fue por el impacto del aumento del precio de la energía en el mundo, por un lado, y por aumento de cantidades, que tiene que ver con el crecimiento del año 2022. Ambos factores van a ser distintos este año y, a su vez, vamos a estar sustituyendo vía el Gasoducto (Néstor Kirchner) si todo sale bien, una parte del gas que estábamos importando. Entonces, en términos de la balanza, esperamos un buen número más allá de que las exportaciones puedan por ahí estar un poco más abajo. Insisto, vamos a esperar que termine enero para sentarnos durante febrero con otros ministerios para ver una estimación del impacto de la sequía.
-Previo a la reunión con el ministro Sergio Massa, la Mesa de Enlace habló ayer de un impacto de hasta u$s 15.000 millones, ¿ustedes coinciden con esta cifra?
-Lo estamos monitoreando pero, como dije antes, queremos esperar que termine el mes y juntarnos con los ministerios que cuentan con los técnicos especializados para ver los nuevos números.
-Cuando uno mira el componente de los socios comerciales en 2022, más allá de los primeros lugares que siempre se los llevan Brasil y China, ¿hay apuestas por nuevos destinos en 2023?
-Hay operaciones puntuales, que siempre son interesantes, pero obviamente en términos de concentración de las exportaciones, seguimos teniendo en los primeros lugares a Brasil, China, Estados Unidos, Chile e India, son los lugares a donde se destina la gran mayoría de las ventas. Pero obviamente hay, en productos puntuales, algunos destinos particulares clave. Porque si uno desglosa esos u$s 100.000 millones de balanza, uno descubre que exportaciones muy pequeñas pueden tener un impacto regional muy grande para la Argentina. Todas las provincias salvo una aumentaron sus exportaciones y en ese caso fue por el impacto de la guerra. Entonces, lo que estamos viendo, es un impacto muy positivo en el territorio.
-¿Cómo gravitaron las exportaciones industriales dentro de las exportaciones totales?
-Ese es un número importante ya que las exportaciones totales crecieron un 13,5% mientras que las de manufacturas de origen industrial en particular crecieron por arriba de ese porcentaje, un 15,8% en valores y un 2,6% en cantidades. Las MOI fueron por arriba de los 23 mil millones de dólares en 2022. Y esos son datos que a nosotros nos ponen muy contentos porque creemos que tienen que ver no solo con el crecimiento sino con su composición y muestran el resultado positivo de todas las políticas industriales y científico-tecnológicas.
-El Gobierno se había planteado como estrategia que también crezca el número de las empresas que exportan, en particular, las pymes. ¿Cómo fue ese objetivo?
-Si yo tuviese que decir cuál es nuestra agenda hacia adelante diría que las cantidades exportadas totales de la Argentina no se han recuperado todavía: necesitamos exportar más en cantidades, en todos los rubros. Tenemos en 2022 un récord por el efecto de los precios, eso los sabemos. Ahora la segunda variable sobre la que hay que trabajar es en la cantidad de empresas exportadoras porque de aquel número máximo de 2011, que luego se redujo entre 2012 y 2015 y desde entonces a la actualidad estamos siempre en una misma cantidad, no logramos aún que haya un crecimiento sustantivo y sostenido. Claro está que en 2022, y no es por pretexto pero es cierto, el costo del aumento del transporte de las mercaderías fue enorme y hubo problemas en los puertos y con los insumos por cuestiones globales. Y en ese escenario, aumentar la cantidad de empresas exportadoras es un poco complicado. Pero como sea, esa es la agenda que tenemos para adelante.
En términos de la balanza, esperamos que 2023 será muy diferente respecto del año pasado, específicamente en las importaciones de combustibles y lubricantes. En febrero nos reuniremos con otros ministerios para cuantificar el impacto de la sequía
EL ACUERDO CON BRASIL y la cumbre de la CELAC
-En las próximas horas arriba a la Argentina el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y se habla de un acuerdo ambicioso a nivel bilateral, de varios capítulos, ¿qué detalles se pueden adelantar de ese entendimiento bilateral y cómo impactaría en la proyección de crecimiento para la Argentina?
-Es una agenda de trabajo muy concreta que incluye muchos sectores y muchos temas. Estamos muy expectantes ya que venimos trabajando con el presidente Lula y su equipo, y nos parece que es un relanzamiento de la relación bilateral en un contexto en el que el Mercosur como plataforma, incluso, también se puede presentar como región de paz con recursos estratégicos muy importantes y capacidades industriales concretas. Lo que vemos acá es una oportunidad política, pero también económica comercial, de generar un nuevo hub de inversiones en el Mercosur que nos daría muchas satisfacciones en términos de crecimiento y de generación de empleos.
-¿Es posible que la llegada de Lula, que tiene una mirada bastante parecida sobre el bloque a la que empuja la Argentina, acote los márgenes de aperturas unilaterales que hubo durante el último tiempo?
-Lo que nosotros venimos diciendo el último tiempo, y esto lo venimos discutiendo tanto con Brasil como con Uruguay y Paraguay, es la importancia de preservar el bloque y negociar en conjunto porque eso es lo que hacen los otros bloques y eso nos da fuerza. Nosotros estamos de acuerdo que hay oportunidades y hay modos de sentarse a la mesa para generar aperturas que sean beneficiosas para las dos partes. No vemos contradicción. Luego cada gobierno tiene su agenda, su perspectiva y somos respetuosos de eso porque así es la democracia. Si todos decimos que hay que vivir en democracia, después tenemos que ser lo suficientemente flexibles y tolerantes como para saber que hay puntos en los que no hay acuerdo exactamente. Pero en este aspecto de generar más producción, más empleo y exportar más, los cuatro socios fundacionales tienen la misma idea.
-Uno de los puntos que se habla con Brasil es la posibilidad de la moneda única, ¿cómo sería esta mecánica?
-Ese es un tema que lleva adelante el Ministerio de Economía. Lo que puedo decir es que nuestro principal socio y destino para las exportaciones (Brasil) tiene un porcentaje de componentes industriales muy elevado, por lo que es estratégico en cuanto al valor y composición de los que le vendemos. Y al mismo tiempo, en lo relativo a las importaciones, Brasil es el segundo país de origen, después de China. Entonces, todo lo que podamos hacer para facilitar el comercio entre estos dos países, ayuda. Y hay múltiples cosas que se están discutiendo, pero no quisiera avanzar más que esto porque verdaderamente compete al Ministerio de Economía y quiero ser respetuosa de las negociaciones que se están llevando a cabo.
-¿Qué expectativa hay sobre la cumbre de la CELAC que va a tener lugar la próxima semana y en la que también va a estar representado tanto Estados Unidos como China?
-CELAC es la reunión de 33 países, una instancia importantísima: imaginen ustedes a 33 países sentados alrededor de una mesa, discutiendo sobre una variedad de temas. Después hay diferencias de opinión entre los países, eso es cierto, pero no es un problema: justamente el multilateralismo es eso, sentarse a una misma mesa y poder dar las discusiones. Así que estamos muy expectantes por la reunión y conformes con la presidencia que llevamos delante de la CELAC, que ahora se combina en este primer semestre con la del Mercosur. Y creemos que es muy importante tener aceitados todos estos mecanismos de diálogo, porque los desafíos son grandes y es muy importante que los presidentes y sus cancilleres se puedan ver cara a cara para debatirlos.
-Hubo denuncias de la oposición respecto a la presencia eventual del mandatario venezolano Nicolás Maduro, lo mismo sobre el cubano Miguel Díaz-Canel: ¿es contradictorio hablar de democracia con estos países que tienen sus propias sus propias denuncias sobre cuestiones de derechos humanos?
-Para nada, porque las denuncias están y nosotros hemos sido bastante claros en materia de defensa de los derechos humanos. A mí me parece que es una estrategia de la oposición para invisibilizar o denigrar el encuentro de la CELAC. Cuando vos invitas a un grupo de países, sea la CELAC o el G20 o el que sea, eso es una composición heterogénea. ¿Y cuál es el problema de sentarse a dialogar en una mesa con países que tienen problemas y realidades muy diferentes, qué es el multilateralismo si no es eso? No quiere decir que estás de acuerdo en todos los puntos ni que vas a dejar de lado lo que vos opinas, al contrario, pero tenés una mesa donde podés hablar un montón de temas.
-La oposición traza un panorama muy distinto al suyo cuando se habla de proyección y realidad para la Argentina, ¿por qué parecieran describir países distintos?
-Me parece que en el último tiempo el discurso político se tensó mucho, se radicalizó mucho y en algún sentido paga hacer siempre estar en el escandalete y pataleando, ¿no? Entonces se hace la cumbre CELAC y “ah, pero viene tal país que a mí no me gusta”. No, lo importante es que se hace la cumbre de CELAC, que se la haga aquí y los temas que se van a discutir ahí. Lo mismo sucede con los datos económicos: hay algunos que son horribles y ya los conocemos y otros que son muy buenos: crecimiento, inversión, recuperación del consumo, empleo… Otro que no da bien es la recuperación de los salarios, nos falta un montón, y lo hemos dicho varias veces. Entonces, mirando hacia adelante y para no querer sumarme al coro de los lamentos, está clarísimo que la Argentina tiene oportunidades muy concretas para desarrollar sectores que son estratégicos hoy como la energía, la minería o alimentos, más allá de lo que ya tiene desarrollado. Y eso le puede dar vuelta a la balanza de pagos a la Argentina. Y si hacemos las cosas bien y hacemos encadenamientos productivos en torno a estos sectores, además de exportar eso bienes estratégicos, podemos agregar valor. Es decir, tener más trabajo en Argentina con mejores salarios. Esta no es una agenda ideológica: es una agenda concreta que es la misma en todo el mundo. Si algunas cosas funcionaron, reconozcámoslas y pongámoslas sobre la mesa para seguir mejorando. Y si hay otras en las que no pudimos hacer todo lo que nos planteamos, bienvenidas las críticas, ya marqué dos puntos donde estamos muy lejos de nuestros objetivos. Así funciona la democracia.
Fuente El Cronista