La reciente firma de acuerdo entre Argentina y China en términos comerciales reafirma el sendero de administrar las divisas, por otro lado asegurar que las exportaciones chinas se paguen en una moneda que no sea el dólar. Hoy las importaciones desde China son necesarias para una industria argentina que crece, pero con una dinámica más lenta a la esperada, con un crecimiento 2022 que podría estar cercano al 6%, marca también un creciente desigual entre los sectores económicos ¿Se repetirá esto en 2023?
Antes de analizar el crecimiento económico sectorial debemos tener en cuenta que en los últimos años el déficit comercial con China ha sido parte de una tendencia que se evidencia en toda la región y pone en alerta a la Casa Blanca. China avanza en su expansión económica, tal vez interrumpida por la pandemia, pero la medida de liberar las restricciones por Covid-19 es una muestra de que lo económico es fundamental.
El intercambio comercial con este país registró un déficit comercial de 8.648 millones de dólares, y fue el de mayor magnitud de los últimos años. Por otro lado, las exportaciones alcanzaron 7.672 millones de dólares, con un aumento de 29,6% (1.750 millones de dólares) con respecto al mismo período de 2021. En el caso de las importaciones sumaron 16.320 millones de dólares y aumentaron 4.319 millones de dólares. El intercambio con China representó 9,3% de las exportaciones y 21,3% de las importaciones argentinas totales. En este contexto Brasil y Estados Unidos continúan siendo los principales socios en términos exportaciones y en menor medida de importaciones.
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Los principales productos que son de relevancia para la economía argentina y en el cual las importaciones de estos primeros once meses tuvieron mayor peso fueron: bienes de capital -excluidos equipos de transporte-, aglomerados de hierro, productos planos de hierro, porotos de soja, glifosato, urea con contenido de nitrógeno, tubos soldados, vacunas para medicina humana.
No obstante, es importante tener en cuenta que las mercancías fluyen de un puerto a otro puerto en barcos, todavía el 85% de las mercancías se trasladan en barco. En noviembre de 2022, informo el INDEC, el valor unitario del flete internacional (dólares/tonelada) fue de 169,5 dólares por tonelada, 51,5% superior al de igual período de 2021 (111,9 dólares por tonelada) y 126,3% superior al de noviembre de 2020 (74,9 dólares por tonelada). Lo cual significa gasto en divisa entre 1.500 a 2.000 millones de dólares. Lo cual sigue influyendo en el precio del producto que se comercializa internamente ¿Será hora de invertir en la industria naval para abaratar los fletes? El proyecto del gaseoducto desde vaca muerta tiene ese sentido además de su exportación, primero el desarrollo e integración nacional, dado que hay zonas en el NEA y NOA que no tienen red de gas.
En este contexto comercial de fletes más caros y con picos históricos desde la principal economía con la cual la economía argentina hoy mantiene un alto nivel de déficit comercial, por ello la habilitación del swap va en esa sintonía, poder intercambiar las mercancías desde el principal proveedor y pagarle en su moneda, dada el contexto de acuerdo con el FMI que supone pagos trimestrales pero a su vez cumplir metas planteadas en la renegociación con dicho organismo.
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Analicemos esta situación a la luz de cómo va cerrando el año en términos de crecimiento económico que podría estar cercana al 6%, en términos sectoriales los datos al tercer trimestre de 2022 evidencias que hubo una desaceleración en Agricultura, explotación de minas y canteras, industria manufacturera, construcción, comercio, transporte y almacenamiento; las que mantuvieron un nivel alto de crecimiento fue hoteles y restaurante y el sector que viene creciendo lentamente es intermediación financiera (bancos) ¿esto es bueno o malo? Si lo comparamos con el año anterior con un crecimiento que fue un rebote del 2020 y este año parece estar más traccionado por Hoteles y restaurante, Explotación de minas y canteras (petróleo y gas) y en menor medida el Agro.
Aunque dicho 6% que se podría alcanzar este 2022, los resultados sociales prenden las primeras alarmas en el gobierno, una de ellas el empleo, si bien hay un crecimiento del empleo registrado entre 2020 y 2022, el mismo estuvo motorizado por el monotributo, un 50% del empleo generado fue precario. Sí a esta situación le sumamos el nivel salarial promedio de $85.000 y un desempleo que creció un punto y una inflación del 92.4% con un acumulado de este año del 85.3% concentrado en los alimentos y bebidas, marca un desafío en el 2023
Si se concreta el gaseoducto, bajaran los niveles de importación de combustibles que este 2022 fueron de casi 10.000 millones de dólares, pero el déficit de las importaciones para las industrias ¿Cómo se soluciona? ¿Habrá un dólar soja III? La cosecha de soja, maíz y trigo están condicionadas por el evento climático y ya se adelantó 10.000 millones de dólares del agro ¿Se profundizará la administración de las importaciones en este 2023 para acompañar y cerrar un 2023 con crecimiento económico positivo? Si tenemos en cuenta que estamos en el contexto del acuerdo del FMI ¿Cuánto afectará este reordenamiento del gasto que apaga el motor de la inversión pública? Quedan algunas dudas pero la emergencia social merece mayores medidas que eviten que el aumento de precios siga erosionando los salarios, más en los sectores no registrados.
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Fuente El Cronista