MADRID, España.- El 2 de febrero de 1912 nació en Camagüey José López Piteira, quien se convertiría en el primer beato cubano. Era el quinto hijo de Don Emilio López Vilelo y Doña Lucinda Piteira Romero, emigrantes españoles radicados en Cuba.
Cuando el niño tenía cuatro años su familia decidió regresar a España, específicamente a la cuidad de Orense, en Galicia. Allí se hizo fraile agustino y estudió filosofía y teología.
En 1934 hizo su profesión solemne y fue ordenado diácono en 1935. Al año siguiente, tras el golpe de Estado que desencadenó la Guerra Civil Española (1936-1939), los comunistas desataron en España una fuerte persecución a los religiosos.
José López Piteira residía en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial junto a una gran comunidad de agustinos. En medio de la represión, José López Piteira y un centenar de agustinos fueron sacados del monasterio y llevados a prestar declaración. Todos confesaron ser religiosos agustinos y por ello fueron llevados a prisión.
Tras ser encarcelado, la familia de José López Piteira realizó gestiones ante funcionarios consulares cubanos para intentar conseguir su libertad, ya que era ciudadano cubano. Según recoge la revista Palabra Cubana, “cuando le dijeron que podía hacer valer la circunstancia de haber nacido en Cuba para conseguir la libertad, contestó: ‘Están aquí todos ustedes que han sido mis educadores y maestros y mis superiores, ¿qué voy a hacer yo en la ciudad? Prefiero seguir la suerte de todos, y que sea lo que Dios quiera’”.
El joven permaneció en prisión durante cuatro meses. Posterior a este tiempo fue juzgado y condenado a muerte, por el solo hecho de ser religioso. El 30 de noviembre de 1936 fue fusilado junto a otros 50 monjes, a sus 23 años de edad.
Fray José López Piteira fue beatificado el 28 de octubre de 2007 junto a 497 mártires.
Fuente Cubanet.org