
LA HABANA, Cuba.- El 26 de mayo de 1897 fue publicada la novela Drácula, del escritor irlandés Bram Stoker. Más que una apasionada historia de terror y romance, estrechamente vinculada al carácter de la Modernidad como movimiento estético, la obra se convirtió en uno de los grandes hitos literarios del cambio de siglo.
Aunque algunos aspectos del seductor vampiro están basados en Vlad III —conocido como El Empalador—, príncipe de Valaquia en el siglo XV, lo cierto es que la novela no guarda ninguna relación histórica con el temible aristócrata. También se ha dicho que Bram Stoker se inspiró en la figura de la condesa húngara Erzsébet Báthory, quien supuestamente bebía la sangre de doncellas vírgenes para conservarse joven.
Aquejado por su mala salud desde la infancia, Bram Stoker jamás viajó a Rumanía. Para escribir su novela recurrió a los conocimientos de Arminius Vámbéry, un erudito orientalista húngaro, y otras obras literarias e históricas que le permitieron recrear la naturaleza, el folclor y las costumbres de los pobladores de los Montes Cárpatos. Para fijar el aspecto del Conde Drácula se inspiró en la apariencia física del actor británico Henry Irving y del pianista austrohúngaro Franz Liszt. Del resto se encargó su fecunda imaginación.
La novela recibió elogios del público y la crítica, pero también de afamados escritores como Arthur Conan Doyle y Oscar Wilde, quien la catalogó como “la obra de terror mejor escrita de todos los tiempos”.
Narrada en forma de epistolario, la novela de Bram Stoker cautiva al lector desde las primeras páginas. Su mística es tan poderosa como profundo el psicologismo de los personajes. Pese a toda su maldad, el despiadado vampiro ha fascinado a generaciones de lectores, hasta terminar convertido en un aclamado (anti)héroe de la cultura pop contemporánea.
Drácula es el personaje de ficción más retratado en el cine, incluyendo películas para la televisión. En 1992, Francis Ford Coppola dirigió la adaptación cinematográfica más exitosa hasta el presente, con el actor Gary Oldman en el personaje del Conde, Anthony Hopkins como el científico Abraham van Helsing, Keanu Reeves como Jonathan Harker y Winona Ryder en el papel de Mina Harker.
Devenido un clásico del cine de terror, el largometraje de Coppola tuvo la extraña virtud de inclinar la simpatía de la teleaudiencia en favor del vampiro que llega a Londres metamorfoseado en un elegante aristócrata dispuesto a expandir su reino de oscuridad y conquistar a Mina Harker, quien finalmente lo redime con su amor.
El filme tuvo un gran éxito comercial, con muy buena recepción por parte de los especialistas, pese a que la actuación de Keanu Reeves fue bastante criticada y hasta hoy considerada uno de los desaciertos de su director. La soberbia interpretación de Gary Oldman, por el contrario, le valió el Premio Saturn al Mejor Actor.
Drácula ganó tres premios Oscar en las categorías de Mejor Diseño de Vestuario, Mejor Edición de Sonido y Mejor Maquillaje.
Fuente Cubanet.org