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Los Campeones del Mundo del fútbol, la Selección Argentina y su capitán, Lionel Messi, conmueven en países remotos como Bangladesh pero la influencia también se hace sentir en China, donde su capacidad de abrir puertas para hacer negocios es la envidia de la Cancillería.
En dos semanas, la albiceleste jugará un amistoso contra Australia en Beijing, en el Estadio de los Trabajadores, y las entradas arrancarán en los 9000 yuanes, unos u$s 1500, que superan el ingreso mensual promedio de los trabajadores chinos, de unos u$s 1000 de salario.
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Los tickets para el estadio con capacidad para 70.000 espectadores todavía no salieron a la venta y los pedidos llegan todos los días a la embajada local desde todos los sectores.
Un regalo para Xi Jinping
El partido, el jueves 15 de junio, coincidirá además con el cumpleaños del mandatario chino, Xi Jinping. “Es el regalo de la Argentina”, bromean en la delegación que acompaña a Sergio Massa en la visita a Shanghai y Beijing para cerrar acuerdos energéticos, de minería, cerrar la renovación y ampliación del swap y agilizar el financiamiento del banco de los BRICS.
El plan para ganar el Mundial de fútbol en 2050
Xi es fanático del fútbol y celebrará viendo a la Selección de la que es fan declarado. Pero China no sólo disfruta de ver jugar a los campeones reinantes del fútbol mundial sino que también aspira sumar una estrella a su propia camiseta.
Para eso, como en todo, China tiene un plan y estima que si lo cumple, tiene un 90% de probabilidad de alzarse con la copa de la FIFA en 2050.
El fútbol comenzó a ser obligatorio en las escuelas desde 2015. Pero además, el país promueve los semilleros, como demostró en un reciente acuerdo con Estudiantes de La Plata. Juan Sebastián Verón y el embajador de la Argentina en China, Sabino Vaca Narvaja firmaron con el Ministerio de Deportes de China un programa llamado “Águilas Pequeñas” que seleccionará a 10 chicos para un intercambio con el club platense.
“Deseamos que este programa que iniciamos el día de hoy sea el puntapié inicial de un proceso de formación que nos permita encontrar al próximo Lionel Messi chino“, dijo Verón en la firma del acuerdo. Y agregó que la experiencia permite “fomentar la cooperación entre los dos países que, si bien están lejos geográficamente, están cada día más cerca por compartir los valores esenciales del deporte“.
Para 2025, China se había propuesto dar el salto tecnológico: pasar de ser la fábrica a ser creadores de tecnología. Si las disputas con Estados Unidos por el 5G y los desarrollos espaciales, submarinos e industriales son un indicativo, el gigante asiático cumplió con su cometido, incluso antes de tiempo. La meta de ganar un primer Mundial en unos 25 años, entonces, podría no ser tan descabellada como puede sonar hoy.
La diplomacia del fútbol
Argentina, en tanto, se beneficia del ‘soft power’ de su fútbol, el poder blando de la incidencia cultural en las relaciones bilaterales. Los pabellones del país en los eventos de promoción de comercio llegan a tener hasta canchas de fútbol acotadas donde es posible pelotear un poco. Hasta Vaca Narvaja se anima a salir a la cancha y llega a hacer goles, aunque “algo de casualidad” como dicen en su entorno.
El vínculo a través del deporte nacional permitió llegar a tener contactos con empresas con las que los diplomáticos no habían podido sentarse, lo que activó la cooperación con la AFA. La empresa láctea Yili Group se convirtió el año pasado en sponsor regional de la AFA en China, lo que abrió la puerta a la negociación para la exportación de leche en polvo.
Así, tras la visita del equipo económico para asegurar un refuerzo a las reservas, la Selección promete dominar la agenda bilateral desde unos días antes del partido, a medida que vayan llegando los Campeones del Mundo, capitaneados por Messi.
Fuente El Cronista
