No existe una diferencia significativa, si es que existe alguna, entre las organizaciones terroristas y las organizaciones del crimen organizado.
Por el Prof. Mohamed S. Wattad
Más precisamente, existe una similitud esencial entre ellas.
Cualesquiera que sean sus respectivos motivos, ambos tipos de organizaciones buscan imponer el terror extremo sobre ciertas audiencias.
Su poder radica en la audacia de violar la ley y el orden social, ya sea porque, como las organizaciones terroristas, creen que estos son ilegítimos, o porque, como las organizaciones del crimen organizado, simplemente desprecian las leyes, porque pueden.
El legislador debe considerar si ha llegado el momento de referirse al fenómeno del crimen organizado como uno de terrorismo, aplicando las disposiciones de la Ley de Lucha contra las Organizaciones Terroristas de 2016 a las organizaciones del crimen organizado, con los cambios necesarios.
La intensidad de la actividad terrorista global en las últimas dos décadas ha convertido el tema del terrorismo en uno de los problemas más urgentes.
Aunque el término «terrorismo» aparece en casi todos los libros, revistas y periódicos del mundo, las naciones del mundo todavía están profundamente divididas sobre el significado de este término.
Sea como fuere, las raíces de este fenómeno están profundamente enterradas en la historia, donde en su base se encuentra la idea conceptual de imponer el terror extremo.
Lingüísticamente, las raíces del término «terror» están ancladas en el término anglo-francés «terrour», derivado del latín «terror», que se origina en la palabra terrEre, que significa «atemorizar», y es similar al griego término “trein”, que significa tener miedo, y “tremein”, que quiere decir “temblar”.
Además, la Biblia describe un espectro de grados de gran miedo, que se expresa a través de la palabra «hatat», traducida al inglés como «terror», y como susto y temor.
Esto también se encuentra en el centro del fenómeno del crimen organizado.
Su objetivo principal es imponer el terror y el miedo sobre ciertas audiencias para lograr varios objetivos.
No importa cuán diferentes sean estos objetivos (políticos, económicos y otros), el propósito principal sigue siendo el poder de imponer el terror y el miedo sobre ciertas audiencias.
Por lo tanto, no es de extrañar que el público árabe en Israel considere la creciente violencia entre ellos, que se origina en el crimen organizado, como terrorismo criminal.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies
Fuente Aurora