
LA HABANA, Cuba. — Hace 35 años, el 18 de julio de 1988, murió la cantante Nico, una de las mujeres más bellas y enigmáticas del rock.
Era alemana, había nacido en 1938 y se llamaba Christa Päffgen. Su nombre artístico, Nico, lo tomó de un griego que había sido amante suyo cuando era muy joven.
Luego de haber actuado en 1960 en la película La dulce vida, de Federico Fellini, y de un corto período como modelo en París, Nico se fue a New York para tomar clases de actuación con Lee Strasberg. Allí trabó una estrecha amistad con el pintor Andy Warhol, que la introdujo al entorno de The Fabric.
Gracias a Warhol, que fue su principal productor, intervino en la grabación de varias canciones del primer disco de Velvet Underground, Peel slowly and see. Su participación fue tan destacada que el disco fue acreditado a “Velvet Underground and Nico”.
Grabado en 1966, Peel slowly and see salió a la venta en marzo de 1967. No tuvo éxito comercial. Estaba adelantado a su época. Pasarían muchos años antes de que fuese considerado uno de los discos más importantes de la historia del rock. En 2003, la revista Rolling Stone lo ubicó en el lugar número 13 entre los 500 mejores álbumes de todos los tiempos y en 2006 fue incluido en el registro de grabaciones de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos debido a su significación en la historia de la cultura norteamericana.
El disco era pura provocación. El título, Peel slowly and see (“Pélalo despacio y mira”) aludía al plátano pintado por Warhol en la portada del álbum. En la edición original, el plátano aparecía pintado en una calcomanía pegada sobre un fondo blanco, que, al ser retirada, dejaba ver otro plátano, ya sin cáscara, de color carne, que no había que ser demasiado imaginativo para intuir que era un pene.
Aquella portada, que fue un escándalo, hizo que Peel slowly and see, que hoy es un disco de culto para muchos, sea más conocido como The Banana Album.
Por si no bastara para escandalizar la alusión fálica de la portada, las canciones, compuestas por Lou Reed, eran poemas beatniks que trataban sobre las drogas, la prostitución y el sadomasoquismo. La música de John Cale, influido por las composiciones de John Cage y La Monte Young, tenía mucha experimentación.
En el disco, en medio de todas aquellas canciones perturbadoras, contrastaban las que cantaba Nico —I’ll be your mirror, Femme fatale— con una inusual mezcla de misterio, ternura, melancolía y un cierto toque de ingenuidad perversa que no dejaba de ser también bastante perturbador.
Luego de participar con Velvet Underground en el vanguardista espectáculo The exploding plastic inevitable, organizado por Warhol, Nico emprendió su carrera en solitario.
Su primer disco lo nombró Chelsea Girl, que era el título de una de las películas experimentales que había hecho con Warhol y cuyo tema musical era una canción de Lou Reed. Lo grabó en New York, entre abril y mayo de 1967, con la colaboración de Lou Reed, John Cale y un jovencísimo Jackson Browne, con el que, a pesar de la diferencia de edad, sostenía una relación amorosa.
Tres de las canciones del disco eran de Jackson Browne; una de ellas These days, que años después se convertiría en una de las más conocidas del cantautor californiano. Había además una de Bob Dylan y una de Tim Hardin dedicada al polémico comediante Lenny Bruce, que había fallecido unos meses antes. Las demás canciones fueron compuestas por Reed, Cale y los otros dos integrantes de Velvet Underground.
Los arreglos de las canciones, que incluían cuerdas y flauta, se debatían entre la música barroca y el folk-rock.
Luego de Chelsea Girl, Nico, apadrinada por John Cale, quien le componía canciones y producía sus discos, se adentraría, sin éxito comercial, en terrenos más experimentales.
Su voz sombría, como salida del más allá, acompañada por el armonio que tocaba, se convirtió en el sello personal de Nico, además de su look semi-gótico, con su larga cabellera rubia, muy pálida, vestida totalmente de negro desarrolló una lúgubre mística alrededor de su figura.
Nico murió en Ibiza, España, en julio de 1988, por negligencia médica, sin aun haber cumplido los 50 años. De vacaciones en uno de los paraísos de los nostálgicos de la época hippie, sufrió un ataque al corazón durante un paseo en bicicleta. Al caerse, se golpeó la cabeza contra el pavimento. Al ser conducida al hospital, pensaron que tenía una insolación, pero había sufrido un derrame cerebral que varias horas después le costó la vida.
Como era su deseo, sus cenizas fueron sepultadas, junto a las de su madre, en un cementerio berlinés en el medio de un bosque. Asistieron una decena de amigos. La despidieron escuchando una cinta con sus canciones.
Fuente Cubanet.org