Huracán 73, un equipo que cambió la historia

Que se cumplan 50 años del Huracán que ganó el Metropolitano de 1973 (esos torneos largos, 34 partidos todos contra todos, a dos ruedas con inversión de localía) invita a recordar a un equipo que, por el modo como jugaba, es registrado como uno de los mejores de la rica historia de nuestro fútbol. Pero además, fue germen de una verdadera bisagra en la Selección Argentina.

El equipo de un joven César Luis Menotti (34) fue uno al que iban a ver hinchas de otros cuadros, jugaba con la tradición más sensible a nuestros antepasados futboleros, al toque, con protagonismo ofensivo y hasta con alegría. No eran todos profesores de una sinfónica, no dejaba de tener obreros, pero hasta los obreros se animaban a jugar.

Y sus artistas estaban en un momento mágico de sus carreras, en especial Miguel Brindisi, Carlos Babington y un pibe irreverente, René Houseman, capaz de poner de cabeza al más ordenado esquema de defensa rival.

Ese campeón jugaba de maravillas, pero tuvo además una consecuencia en la historia de la Selección nacional: fue a raíz de la admiración y el consenso que generó el fútbol desplegado por Huracán, que a Menotti le ofrecieron conducir el equipo que, tras el fracaso en el Mundial de Alemania, afrontaría el de 1978.

Guste más o menos un estilo u otro, se haya vuelto más arriesgado y más difícil de poner en práctica con el paso del tiempo, como sea, la historia de la Selección Argentina tiene un antes y un después de Menotti. Fue quien instó a considerarla una prioridad, inculcó un concepto de “selección permanente”, se empezaron a organizar calendarios internacionales y se fue en busca de competir contra los mejores de Europa. Menotti tuvo después ilustres continuadores que ensancharon el camino de gloria.

Pero todo empezó con la inspiración del Huracán del 73, un equipo de película.