MIAMI, Estados Unidos. – Dos obras de teatro presentadas por grupos del exilio, el pasado fin de semana en Miami, así como una conferencia sobre personalidades relevantes de la cultura popular cubana, coinciden, paradójicamente, en manifestar el deslumbramiento que causaba La Habana a los emigrantes europeos arribados a la Isla durante los siglos XIX y XX, en busca de una mejor vida o sencillamente para vivir la aventura, que ya era legendaria en cenáculos artísticos, intelectuales y de otra índole.
El conversatorio “Personajes inolvidables de la cultura popular cubana” convocó al mítico portugués Matías Pérez, a la inclasificable vedette Juana Bacallao, al insospechado Caballero de París y el más exclusivo stand up comedian con que haya contado la historia nacional del humor, Guillermo Álvarez Guedes.
Los académicos e investigadores Adyel Quinteros y Habey Hechevarría, así como los autores Lázaro Caballero y Armando López, hicieron las delicias del numeroso público presente con anécdotas, especulaciones y temerarias puestas al día sobre tan diverso grupo de personalidades que han dejado una huella indeleble en la cultura cubana, sin buscar el sentido de trascendencia como destino.
Tanto el encuentro conversacional como la puesta en escena de El último vuelo de Matías Pérez, de Raquel Carrió, fueron cortesía del grupo El Ingenio Teatro, que conduce Lilliam Vega desde 2011, luego de una carrera prominente en la actuación, dirección de teatro y academia que la llevó a ser parte del ya histórico grupo Prometeo, creado por la venerable Teresa María Rojas en Miami Dade College.
Esta versión de El último vuelo de Matías Pérez partirá próximamente a Portugal, como intercambio cultural del Festival de Teatro Casandra que El Ingenio convoca desde 2017.
La obra cuenta con la estelar presencia de Susana Pérez, quien ya ostenta méritos artísticos y personales suficientes para tener reservado un sitio entre los tesoros culturales nacionales. La actriz cubana aparece secundada por Jorge Luis González, Ivanesa Cabrera, Jorge Luis Álvarez y Kirenia Vega, además de los niños Sebastián Vallenilla y Camila Gómez quienes pertenecen al Programa de Educación Artística del Centro Mater.
Matías Pérez, quien mágicamente ha sobrevivido en el imaginario cubano como el que voló y se perdió para siempre, es el pretexto para poetizar sobre aquella ciudad tan especial desde la levedad del aeronauta, empecinado en ser libre como las aves, no obstante estar advertido del peligro potencial de su incierta hazaña.
El último vuelo de Matías Pérez ostenta la fijeza de los soñadores, seres imprescindibles para las naciones que han dispensado virtudes de variada índole a la humanidad, como es el caso de Cuba. Nostalgia, melancolía y esperanza se dan cita en el misterio del personaje.
Otra presencia imprescindible en La Habana fue la del poeta y dramaturgo español Federico García Lorca, en 1930. Circunstancias de aquella estancia quimérica en la Isla han sido reelaboradas como una suerte de mito por el grupo Galiano 108 en la obra Federico La Habana Lorca, bajo la dirección de José González, que también fuera presentada la pasada semana, pero en la sede de Artefactus, proyecto cultural fundado por el escritor y dramaturgo cubano Eddy Díaz Souza en el 2014.
Vuelan páginas mecidas por el viento y un altar inflamado anuncia que el espíritu carnal de Lorca será invocado por la deslumbrante actriz Vivian Acosta. Su voz prodigiosa se adueñará de todos los rincones del espectáculo: canta, cuenta intimidades y fascinaciones, inhala, exhala y nos encandila con el recuerdo de un lugar que fue como prefigurado para el sensual andaluz. Acosta se mueve como alguna vez quiso hacerlo el poeta para exorcizar su cuerpo.
Lorca debió disfrutar con las excentricidades de la familia Loynaz pero tuvo que haberse encontrado en su deambular habanero con una cubana excepcional, a la manera de Vivian Acosta, su espejo transfigurado de ensueño.
Ojalá se hubiera perdido en algún lugar inalcanzable de Andalucía o en Cuba, donde pidió que lo fueran a buscar.
Esta aventura deslumbrante de Vivian Acosta por los deseos, inquietudes y expectativas de Lorca mientras disfrutó la Isla, le dan un valor de permanencia entre nosotros.
Definitivamente, la cultura cubana se acrecienta donde anide la libertad.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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Fuente Cubanet.org