
Eduardo Camavinga, jugador del Real Madrid y la selección francesa de fútbol, abandonó el entrenamiento del miércoles en Clairefontaine tras un fuerte golpe en una rodilla sufrido en una acción con su compañero Ousmane Dembéle. La jugada dejó al joven centrocampista dolorido y las imágenes del choque llegaron raudas a España, generando preocupación entre los aficionados madridistas.
Tras unos minutos tendido en el césped del campo de entrenamiento Camavinga se retiró del entrenamiento por su propio pie, lo que casi siempre es una buena señal. Tras un primer examen por parte de los servicios médicos de la selección gala todo parecía reducirse a un gran susto, pero después de una segunda exploración, que podría haber detectado un esguince, el equipo de Didier Deschamps decidió que el futbolista regresase a España para someterse a pruebas más exhaustivas. De confirmarse la lesión, podría permanecer alejado de los terrenos de juego entre seis y ocho semanas.
Para Francia la baja de Benzema no es problema, ni siquiera contando con la ausencia de Tchouameni, otro pilar del centro del campo de Deschamps. Los galos ya están clasificados para la Eurocopa 2024 de Alemania, por lo que sus encuentros del sábado contra Gibraltar en Niza y en Grecia no son trascendentales. La subcampeona mundial apenas necesita una victoria para asegurar el primer puesto de su grupo y entrar como cabeza de serie en el sorteo del 2 de diciembre en Hamburgo.
Zaïre-Emery, la alternativa
Es más, las bajas de los dos jugadores del Real Madrid pueden suponer el impulso para la joven sensación del París Saint-Germain y la Ligue1, Warren Zaïre-Emery, de solo 17 años. De hecho, si finalmente juega el sábado, se convertiría en el internacional francés más joven desde 1911, cuando Felix Vial jugó ante Luxemburgo con 17 años, dos meses y 15 días. Una promesa truncada tres años después, cuando perdió la vida durante el transcurso de la Primera Guerra Mundial.
Mucho mayor impacto puede tener la baja de Eduardo Camavinga en el Real Madrid, donde los recambios para su posición en el centro del campo no son tan claros. Sin Tchouameni y Camavinga, Carlo Ancelotti tendría que inventar una solución para el pivote defensivo, claramente debilitado.
Fuente ABC