Stanley Meyer: conspiración en torno a su muerte y su invento del coche impulsado por agua
Stanley Meyer fue un inventor conocido por su afirmación de haber inventado un “coche impulsado por agua”. Su historia ganó atención debido a las circunstancias misteriosas que rodearon su muerte después de que su idea de una “celda de combustible de agua” fuera rechazada. Hasta hoy, existen varias teorías de conspiración que intentan explicar su fallecimiento y también hay críticas hacia su invento.
Meyer afirmaba haber desarrollado un dispositivo capaz de separar el agua en sus componentes, hidrógeno y oxígeno, y utilizar el hidrógeno como combustible para alimentar un vehículo. Según su teoría, este sistema permitiría obtener energía limpia y renovable al utilizar el hidrógeno como fuente de energía, ya que al combinarlo nuevamente con el oxígeno se produciría agua, sin emisiones contaminantes.
Sin embargo, muchas críticas surgieron en relación a las afirmaciones de Meyer. Los escépticos argumentaban que su tecnología violaba los principios establecidos de la termodinámica, ya que se requeriría más energía para separar el agua en sus componentes de la que se obtendría al quemar el hidrógeno resultante. Además, se cuestionaba la viabilidad de su invento en términos prácticos, ya que no se había demostrado de manera convincente su funcionamiento y no existían pruebas sólidas de su eficiencia en condiciones reales de conducción.
Lamentablemente, Stanley Meyer murió en 1998 en circunstancias misteriosas durante una cena con su hermano y otros inversores. Según se informó, sufrió un colapso repentino y falleció camino al hospital. Su muerte alimentó diversas teorías de conspiración, sugiriendo que fue asesinado para evitar que su tecnología revolucionaria se hiciera pública y amenazara los intereses de las industrias energéticas establecidas.
Por otro lado, las patentes de Meyer han caducado, lo que significa que sus inventos se encuentran en el dominio público y están disponibles para su uso. Sin embargo, a pesar de esto, ni entusiastas ni empresas comerciales han logrado desarrollar prototipos funcionales basados en sus patentes.
En relación a la afirmación de Genepax, una compañía japonesa que afirmaba tener patentes de un sistema de propulsión similar al de Meyer llamado WES (Water Energy System), se ha generado escepticismo. Aunque la compañía presentó un prototipo, no ha permitido su examen adecuado por parte de expertos independientes. Debido a esta falta de transparencia, la revista Mecánica Popular ha descartado las afirmaciones de Genepax y las ha calificado como “basura”.
Fuente Lapostal de Mar del Plata