Jerusalén-02 de febrero de 2025-Total News Agency-TNA- A pesar de que Hamas busca presentar, en redes y medios adeptos, la reciente tregua con Israel como una victoria, la realidad en Gaza es desoladora. La organización terrorista, que ha gobernado el territorio desde 2007 tras derrocar a las autoridades electas, enfrenta una crisis interna marcada por luchas de poder y un panorama devastador. Hamas no tiene nada que festejar.
Milicianos de Hamas emergieron de sus cuevas rápidamente, tras el acuerdo de alto el fuego, desplegando fuerzas en las calles para custodiar los convoyes de ayuda humanitaria. La liberación de cientos de prisioneros palestinos a cambio de rehenes israelíes ha servido como un impulso temporal a su popularidad, pero no oculta la gravedad de la situación en Gaza.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, prometió una “victoria total” sobre Hamas, aunque esta meta se presenta como irrealista. Sin un plan claro sobre quién podría gobernar Gaza tras el conflicto, la organización enfrenta un futuro incierto.
Con la guerra dejando a Gaza en escombros, la reconstrucción requerirá miles de millones de dólares en asistencia. Sin embargo, la relación entre Hamas e Israel se ha vuelto más tensa, lo que complica aún más la posibilidad de recibir apoyo internacional. La organización, que históricamente ha mantenido un control férreo sobre el territorio, ahora se ve obligada a reconsiderar su enfoque.
Hamas ha desempeñado tres roles simultáneamente: como grupo militante, gobierno de facto y fuerza política opositora a Fatah. Sin embargo, la guerra ha forzado a sus líderes a elegir un camino, ya que la situación actual no les permite sostener estos tres papeles.

Una opción podría ser centrarse en su ala militar, dejando la gestión civil en manos de tecnócratas, lo que podría ser visto como una fachada para mantener el control. Sin embargo, esto generaría desconfianza entre los donantes internacionales, que podrían dudar en financiar la reconstrucción de un gobierno que consideran como un mero títere.
Otra posibilidad es regresar al statu quo anterior, donde Hamas se enfocaría en consolidar su dominio sobre Gaza, incluso explorando una tregua de cinco años con Israel. Sin embargo, este enfoque enfrenta escepticismo, tanto de Israel como de su propia población, que ya está descontenta con la guerra, como informó hoy The Economist.
La opción más pragmática implicaría una reconciliación con Fatah, lo que permitiría un gobierno de unidad y podría abrir la puerta a la inversión internacional en la reconstrucción. Sin embargo, la desconfianza entre ambos grupos y el temor de Hamas a perder su relevancia complican este camino.
La situación en Gaza es crítica y la falta de un consenso interno dentro de Hamas, así como las divisiones entre sus patrocinadores extranjeros, dificultan la posibilidad de una solución duradera. El futuro de Gaza y de Hamas se encuentra en un punto de inflexión, donde la reconstrucción podría ser la clave para redefinir el poder en la región.