Por Julieta Pelcastre
Si bien China ha intentado expandir su influencia en Panamá durante años, como parte de su ambición más amplia de aumentar su presencia en América Latina, el país asiático enfrentó recientemente un importante revés cuando Panamá anunció que no renovaría su participación en la Iniciativa del Cinturón y la Ruta (BRI). La decisión convirtió a Panamá en el primer país latinoamericano en retirarse del ambicioso proyecto global de infraestructura e inversión de China.
Por cierto, Panamá también fue el primer país latinoamericano en unirse oficialmente a la BRI en noviembre de 2017, cinco meses después de romper lazos con Taiwán en favor de Beijing.
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Según Newsweek, el 6 de febrero, el gobierno panameño dio a China un aviso de 90 días de retirada de la BRI, una decisión que, según el presidente José Raúl Mulino, se tomó antes de la visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio.
La reacción de Pekín no se hizo esperar. Según un comunicado de la Embajada de China en Panamá, el gobierno chino citó al embajador panameño en Pekín, Miguel Humberto Lecaro Bárcenas, para expresarle su descontento e instar a Panamá a reconsiderar su posición.
La salida de Panamá de la BRI se produce en un momento de transformación en la dinámica geopolítica y económica mundial. En los últimos años, varios países han reconsiderado su participación en la iniciativa china debido a preocupaciones de endeudamiento y soberanía, informó Radio 360 de Colombia .
Este replanteamiento responde, en parte, a la pérdida de impulso de la iniciativa. “China insistió mucho en la BRI, pero ahora que estamos viviendo cambios políticos y económicos en la región, los países están prestando más atención a la narrativa china en torno a esta iniciativa, que ha perdido fuerza”, dijo a Diálogo Sergio Cesarin, coordinador del Centro de Estudios sobre Asia Pacífico e India de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, en Argentina .
La retirada de Italia de la BRI y el enfriamiento de la iniciativa en otros países reflejan una tendencia más amplia: los proyectos han disminuido y el compromiso financiero de China en todo el mundo se está debilitando. Según Cesarin, “los préstamos que solían llegar para ese fin se han reducido significativamente. Muchos países que forman parte de la BRI están viendo cómo las inversiones prometidas se han vuelto más escasas”.
Bajo nueva dirección
A principios de marzo, la compañía estadounidense BlackRock y la china CK Hutchison anunciaron un acuerdo por el cual la mayor parte del negocio portuario del conglomerado con sede en Hong Kong, incluida su participación en los puertos de Balboa y Cristóbal en Panamá, sería comprado por un consorcio respaldado por Blackrock.
Las operaciones de CK Hutchison en las terminales de Balboa y Critóbal, en ambos extremos del Canal de Panamá, han sido durante mucho tiempo una fuente de preocupación debido a los riesgos asociados con la presencia de China en el Canal. Según los expertos, la falta de transparencia y claridad en las concesiones portuarias del Canal ha levantado alarmas, mientras que se ha dicho que las operaciones portuarias por parte de una empresa china podrían proporcionar una puerta trasera a través de la cual China podría explotar los puertos y el Canal.
Eje crucial
El Canal de Panamá, inaugurado en 1914 y transferido en su totalidad al control de Panamá en 1999, es un eje crucial para el comercio global, conectando los océanos Atlántico y Pacífico. Su relevancia estratégica lo convierte en un punto clave para la economía panameña y los intereses geopolíticos de los actores globales. China niega que desempeñe algún papel en las operaciones del canal, informó DW .
En un intento por ampliar su influencia en Panamá, las empresas estatales chinas buscaron proyectos multimillonarios en infraestructura crítica, como la construcción de un cuarto puente sobre el Canal.
La salida de Panamá de la BRI y el acuerdo portuario marcan una transición en la relación entre ambos países. Estos acontecimientos podrían redefinir el futuro de la inversión china en el istmo y el papel de Panamá en el escenario geopolítico global. “Ahora comienza la búsqueda desesperada de China de un canal alternativo al Canal de Panamá”, dijo Cesarin.
Tras la salida de Panamá, 21 países de América Latina y el Caribe forman parte de la BRI, entre ellos Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Venezuela. Entre las inversiones clave figuran el puerto de aguas profundas de Chancay, valorado en 3.600 millones de dólares, en Perú, y proyectos de extracción de litio en Chile, según informó el sitio de noticias Colombia One .
Según Cesarin, la reciente revisión de la BRI no es un caso aislado. “Si bien algunos países pueden optar por renovar acuerdos con China, otros están repensando su participación. Colombia, que en un momento consideró unirse a la BRI, puede que no lo haga. Brasil ya dijo que no. Estamos viendo una nueva configuración en la región, donde se están revisando las alianzas”, concluyó.
Fuente Dialogo-Amaericas