CDMX, México.- El mandatario cubano Miguel Díaz-Canel concedió en la noche de este lunes 16 de octubre una entrevista de casi una hora y media con la vocera oficialista Arleen Rodríguez Derivet.
Durante la conversación, el dictador justificó la inflación que vive el país, asegurando que era un problema global y declaró que no había un “momento perfecto” para implementar la impopular Tarea Ordenamiento y otras medidas como la bancarización de la economía.
Casi al final del intercambio Díaz-Canel se refirió a los conflictos específicos que sufren algunos grupos vulnerables como las mujeres, y sobre la violencia de género dijo: “Estamos en una lucha férrea contra la violencia de género que es un tema que es muy complejo en su tratamiento porque muchas veces las mujeres que están en situaciones de riesgo con violencia de género no lo denuncian”.
Según lo que expresó el gobernante, el principal problema hoy es que las víctimas no acuden a las autoridades. Sin embargo, esto no es cierto. Díaz-Canel omite oportunamente que muchas víctimas sí lo han hecho. Incluso han llegado con las huellas de los golpes en su cuerpo y la policía no las ha protegido. Omite también que la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) las ha mandado a casa con su agresor. A veces sin recibirle si quiera la denuncia.
Lo anterior evidencia claramente que no actúan con la debida diligencia. Si acaso, ponen una multa, archivan el caso y liberan al maltratador. Este panorama retrata cómo las instituciones y autoridades no están preparadas, ni interesadas, en hacer un análisis de violencia de género, ni hay políticas públicas o leyes que le den prioridad. Justo todo lo opuesto que ocurre con “los delitos” políticos, pues en Cuba romper el cristal de una tienda o salir con un cartel que pide libertad se castiga más que golpear a una mujer.
Para verificar el alegato del mandatario y mostrar cómo evitó mencionar que muchas veces la policía no actúa tras las denuncias, CubaNet comparte el resumen de algunos casos que lo corroboran. La mayoría de estos han sido confirmados y publicados en nuestro sitio.
Sheila
Sheila Pérez, madre de tres niñas, fue víctima de violencia de todo tipo durante más de 10 años. El pasado mes escribió en su muro de Facebook que temía por su vida y pidió ayuda. Había hecho varias denuncias en la estación de la PNR del Cotorro, La Habana; pero su agresor pagaba la multa y salía sin más contratiempos. Quien la mantenía aterrada era Raidel Calvo Torres, su expareja y padre de sus dos hijas menores.
Raidel la llegó a golpear estando embarazada de la primera hija en común. Sheila, a punto de dar a luz, lo denunció, pero apenas estuvo detenido unas horas. Pasó el tiempo, siguieron las agresiones, ella lo denunciaba, él (si acaso) pagaba una multa y seguía el ciclo de violencia.
La policía solo lo detuvo cuando Sheila acudió a las redes y su caso se viralizó. Entonces, las autoridades detuvieron al agresor.
Yunisleivi
Yunisleive Fernández denunció a su expareja por lesiones graves el pasado 19 de junio en la estación de policía de Torrientes, en la provincia de Matanzas. Ese mismo día, él la había golpeado salvajemente. Uno de esos ataques fue una patada en su ojo izquierdo, el cual perdió por los daños sufridos.
Con visibles señales de violencia, la joven acudió a la policía buscando ayuda. Allí le tomaron la declaración, pero no detuvieron al agresor.
“Al enterarse que lo había denunciado, él la amenazó diciéndole que la iba a matar a ella y al hijo, que tiene cuatro años”, denunció Jonathan Adrián, primo de la víctima, quien contactó a CubaNet.
Cuatro días después, el 23 de junio, el agresor cumplió su palabra y ultimó a Yunisleive con un cuchillo, frente a su niño.
Rosmery
Antes de ser asesinada en la noche del 10 de julio pasado, Rosmery había padecido durante dos años todo tipo de violencias. Su pareja controlaba cada aspecto de su vida: no podía usar libremente el celular, solo podía salir a la calle si él la acompañaba. Tampoco le permitía recibir a su gusto visitas en la casa, ni siquiera de su familia.
José Luis Domínguez, la pareja de Rosmery, había amenazado más de una vez de muerte no solo a la víctima, sino también a su mamá Yacelys Peña. También la había golpeado. Por eso ambas lo denunciaron en la estación de policía de Güines, Mayabeque; pero el agresor nunca fue detenido. La última vez que acudieron a las autoridades fue un par de semanas antes de que él le disparara. Ese día la policía tampoco hizo nada para protegerla.
Nancy
El 1.º de marzo Nancy Peña escribió en su perfil de Facebook que si algo le sucedía responsabilizaba a las autoridades cubanas. Ella había denunciado a su expareja por las continuas agresiones y amenazas, pero seguía libre. Ese post fue una de sus últimas publicaciones en redes sociales. Cuatro días después el mismo hombre al que había denunciado ante las autoridades, la asesinó.
Neisa
Neisa dejó a dos niños de ocho y cuatro años, huérfanos. La cubana fue asesinada en las inmediaciones de su casa, muy cerca de su esposo y sus hijos, alrededor de las 6:00 a.m. del 11 de enero de 2023. Su victimario fue un expolicía que anteriormente había ultimado a su esposa y atacado a su cuñada.
La cubana, de 29 años, sin conocer estos antecedentes accedió a trabajar como enfermera cuidadora para él, pero una vez que supo los violentos crímenes que había cometido su paciente, renunció; lo que no fue aceptado por el asesino, de 66 años. Él comenzó a amenazarla y a seguirla en la calle. El día que la mató, estaba escondido cerca de la casa de ella, esperando que regresara de su nuevo empleo.
Neisa había interpuesto una denuncia contra su victimario en la Unidad Municipal de la PNR de Bayamo. Ella lo acusó de acoso y amenazas, y de nada sirvió.
Fuente Cubanet.org