SAN LUIS POTOSÍ, México.- Los habitantes de Moa apenas pueden vivir en paz entre las emisiones tóxicas de la fábrica Comandante Pedro Sotto Alba, operada por la compañía mixta Moa Nickel S. A., y las bajas pensiones que no cubren todas sus necesidades.
Varios entrevistados por CubaNet, habitantes de ese poblado holguinero, donde se ubica la mega fábrica encargada de producir y comercializar sulfuros mixtos de níquel, coinciden en que su localidad está sumida en la pobreza, a pesar de tener allí alojada una empresa que ha roto récords históricos de producción.
Según aludieron los holguineros, Moa fue declarado municipio especial, “pero de especial esto no tiene nada”.
Con lo poco que reciben de pensión, los jubilados deben “comprar lo más barato” para lograr salir adelante.
Es el caso de Roberto Linares, de 69 años, jubilado de la fábrica Sotto Alba, quien alega estar “muy mal la verdad, porque si uno no tiene plata…”
“Yo no he cobrado, estoy jubilado y cobro la semana que viene. Yo trabajé para no pasar trabajo”, sin embargo, su vida está llena de dificultades.
Otro entrevistado, de la tercera edad y bicitaxista, dijo que se dedica a eso para poder vivir, para comprar los productos de la canasta básica. “Por eso me ves montado en esto (el bicitaxi). La chequera no le alcanza a nadie, yo con esto me busco 100 o 200 pesos y voy ayudando a la chequera”, apuntó.
Los gases tóxicos
Junto a la escasez de alimentos, los altos precios y bajas pensiones, deben lidiar con la contaminación que produce la fábrica.
Esas sustancias dañinas afectan los sembradíos; a excepción de los plátanos, que no sucumben al efecto de las emisiones, nada sobrevive.
La fuerza del humo llega a quemar las plantaciones de boniatos, aseguró un agricultor.
Sin embargo, no solo afecta los cultivos, sino también a las personas, especialmente a las asmáticas, en quienes causa mayores estragos. El humo les produce a los pobladores de Moa falta de aire y ardentía en la piel.
En precarias viviendas
Entre casas de madera podrida y techos de tejas con pedazos nylon para evitar que se moje la vivienda, los habitantes de Moa viven, abandonados por el gobierno.
Los entrevistados por CubaNet mostraron las precarias condiciones de sus domicilios: paredes de madera o planchas de zinc y fibrocemento, improvisadas, baños afuera de la vivienda, cocinas de leña, pisos de tierra.
Repararlas o construir alguna es inconcebible cuando deben usar el poco ingreso que tienen para alimentarse.
En alguna ocasión el gobierno alegó que sacaría a las personas que viven en esas condiciones pero aún no ha hecho nada.
“Vivo en una casa de madera, malísima, que se moja y dicen ellos que a los adultos mayores hay que darle atención pero no les están dando atención de ningún tipo”, afirmó el señor bicitaxista.
“A mí esto me hace sentir mal. Allá hablan de los principios del gobierno revolucionario pero ninguno compagina con lo que está pasando en la calle”, añadió.
En su opinión, los productos mantienen un sobreprecio, de hasta 40 veces más de lo que realmente cuestan y el gobierno lucra con ello. “Aquí nosotros no podemos vivir”, concluyó.
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Fuente Cubanet.org