MIAMI, Estados Unidos. – A inicios de abril, el congresista cubanoamericano Mario Díaz-Balart anunció la aprobación de la ley de asignaciones para el año fiscal 2024 en Estados Unidos. En esta norma fueron incluidas algunas de las propuestas presentadas por Díaz-Balart, junto a María Elvira Salazar y Carlos Giménez, que entre otros puntos limita el visado a quienes contribuyan al tráfico de médicos cubanos e impide el posible financiamiento federal a las micro, pequeñas y medianas y pequeñas empresas (mipymes) de Cuba.
Sobre estas nuevas políticas y las consecuencias que podrían tener sobre el régimen de La Habana, CubaNet conversó con Mario Díaz-Balart, miembro del Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes de EE.UU. y uno de los principales artífices de esta política.
―La práctica de exportación de personal médico del régimen cubano es considerada “esclavitud moderna”. ¿Qué medidas podrían aplicarse contra los funcionarios extranjeros involucrados en este fenómeno?
―Estoy de acuerdo con usted, es esclavitud moderna y así mismo lo califica el Departamento de Estado, que lo contempla como trato de personas. En la legislación aprobada hace algunos meses pude poner ciertas partes muy importantes para ayudar a la causa de la libertad en este hemisferio y particularmente en el caso de Cuba. Entre las nuevas medidas, que ahora son ley, se establece que, por ejemplo, a estos funcionarios que estén involucrados en la contratación de mano de obra esclava se les tiene que negar las visas para entrar a Estados Unidos, al igual que a sus familiares. Todos sabemos que sea México, Brasil u otro país, los involucrados continuamente están entrando a Estados Unidos, al igual que sus parientes. A veces vienen de compras, y algunos hasta poseen cuentas bancarias aquí.
Esto no es permisible. La ley dice que hay que negarle las visas a esos funcionarios que estén involucrados en las negociaciones, la aceptación, etcétera. Lo primero es que tiene que haber un reporte de cuáles son los países que lo están haciendo; entonces esta nueva ley creo que tendrá un impacto valioso.
―Bajo el programa CMPP (Cuban Medical Professional Parole Program), anteriormente los cónyuges e hijos solteros menores de 21 años de las personas que cumplían los requisitos podían ser incluidos en la solicitud. ¿Planean que se retomen algunos de estos beneficios?
―Ese programa para los médicos que solicitaban asilo a través del mundo fue creado bajo el gobierno del presidente George Bush hijo. Fue algo que le planteamos los entonces congresistas Lincoln Díaz-Balart, Ileana Ros y un servidor. Fuimos a verlo, le enseñamos lo que nosotros pensamos que iba a ser un buen concepto.
Buscábamos dos cosas: ayudar a estos médicos que están sufriendo porque muchas veces les quitan los pasaportes, no reciben los salarios. Básicamente son esclavos. Así que ayudamos a esos médicos a poder solicitar asilo y entrar Estados Unidos. Por otra parte, también les negábamos fondos al régimen. El presidente Bush y su administración crearon este programa, que luego eliminó el presidente Barack Obama como uno de los regalos. Iba a decir concesiones, pero es que el presidente Obama hizo todo lo posible para ayudar al régimen de Castro. Entre las cosas que le regaló fue eliminar este programa porque le estaba haciendo daño a las divisas; y además estaba ayudando a sectores del pueblo cubano, algo que el régimen odia.
Después con la presidencia de Donald Trump estábamos en ese proceso de comenzar a ver si era posible y se nos acabó el tiempo. Ahora el presidente Joe Biden no está dispuesto a ayudar en algo que beneficiará al pueblo cubano, pero le hará daño al régimen. Al mismo tiempo ha creado una crisis enorme en la frontera sur de Estados Unidos. Es una situación tan grande que ahora mismo es muy difícil tratar temas independientes sin primero solucionar la situación migratoria.
Retomar el parole es algo que a mí me gustaría lograr otra vez, pero por la crisis creada por el presidente Biden se nos ha hecho mucho más difícil.
―¿Cómo afectarían al régimen las medidas contra funcionarios extranjeros, siendo la exportación de servicios uno de los renglones fundamentales de la economía cubana?
―Sí, este es uno de los ingresos más grandes que tiene el régimen y no lo utiliza para ayudar al pueblo cubano o proveer comida y medicinas. Lo emplea para la represión y también para que los funcionarios más altos y sus familiares puedan vivir muy bien: tener yates y estar viajando al mundo. Solamente hay que ver las redes sociales, para apreciar fotos y videos de funcionarios y sus allegados, pasándolo muy bien con esos fondos. Estos, repito, no llegan al pueblo cubano y por eso es tan importante negárselos.
Así no solo los funcionarios de alto nivel sienten los efectos, sino que, además, no pueden usar el dinero para la represión que es la única cosa que este régimen sabe hacer bien. Ahí es a donde van la gran mayoría de los fondos obtenidos a través de, por ejemplo, este programa de exportación de médicos cubanos. Ahora también están tratando de obtener inversión extranjera y particularmente inversión de Estados Unidos en estas pequeñas entidades que ellos dicen que son independientes, y con esta ley también les negamos eso.
―¿Cómo se puede ser emprendedor o tener un negocio privado de modo independiente dentro de una dictadura como la cubana?
―Una dictadura comunista donde no se permite que las personas puedan ganar un solo peso independientemente. Es una farsa total. Lo han hecho en otras ocasiones. Buscan distintas formas para que los tontos útiles del mundo les envíen fondos de una forma u otra. En el pasado han anunciado cambios en el sector privado que después eliminan o solo permiten crecer a miembros del régimen. Las investigaciones que ustedes han hecho lo han demostrado: los que lucran son miembros del régimen.
Esta conversación ya la he tenido con funcionarios dentro del Departamento de Estado y dentro de la Casa Blanca de la administración de Joe Biden. Ellos saben, y me lo han dicho, que los negocios que el régimen quiere que Estados Unidos ayude están detallados en una lista creada por el mismo régimen. Aquí no hay confusión; y por eso es tan importante negarle los fondos. Estos los utiliza para la represión, y para que los altos funcionarios vivan muy bien, mientras que el pueblo cubano sufre de miseria y de falta de libertad.
―¿Entonces, dar fondos a las mipymes no contribuye, de ninguna manera, a una posible democratización dentro de Cuba?
―Hay dos factores muy importantes: número uno, que son compañías o pequeños negocios relacionados al régimen. Así que esos fondos van directamente a ellos.
El punto dos es lo que nos muestra la historia. Lo vemos con China comunista, por ejemplo, donde pensaban, y creo que algunos de buena fe, que si se invertía en ese país, eso iba a ayudar a liberar a su pueblo. Lo que han hecho es enriquecer a la tiranía en China, que se ha convertido en la más rica en la historia de la humanidad. El pueblo chino sigue sufriendo bajo la represión y no hay ningún tipo de libertad. Hay que tener un poco de humildad y aprender de la realidad y de la historia. Al ayudar o financiar a entidades del régimen, solamente se les da legitimidad y oxígeno, cuando lo que hay que hacer es ayudar al pueblo y presionar al régimen, no lo opuesto, que es lo que algunos tratan de hacer diariamente.
―¿Cómo están trabajando los senadores cubanoamericanos para detener la expansión de las dictaduras populistas en América Latina, encabezadas por la cubana?
―Un paso es esta legislación que ya es ley, y que pude negociar con el apoyo y cooperación de mis colegas en la Cámara y también en el Senado. Logramos cosas muy importantes para presionar el régimen; pero no solamente al de Cuba, también para presionar el régimen de Venezuela y para ayudar a la causa de la libertad de Nicaragua.
De igual modo estamos presionando a los aliados del régimen en este hemisferio y vamos a seguir haciéndolo. Estoy muy agradecido de este equipo de trabajo que tenemos con María Elvira Salazar y con Carlos Jiménez. También trabajamos con algunos colegas demócratas. No tenemos muchos demócratas que ayudan a la causa de la libertad de Cuba o de Venezuela, pero hay algunos muy eficaces como Debbie Wasserman Schultz y Lois Frankel. Mientras que en el Senado tenemos a [los republicanos] Rick Scott y Marco Rubio.
Hemos coordinamos los esfuerzos y por eso hemos tenido algunos éxitos muy importantes, pero tenemos que seguir trabajando porque la meta aquí es muy sencilla: que el pueblo cubano pueda tomar la decisión de quién o quiénes lo dirigen, y que se haga a través de un proceso democrático, absolutamente libre, como disfrutamos aquí en Estados Unidos. Esa es la única agenda, y seguiremos trabajando en este equipo que tenemos para apoyar la libertad plena del pueblo cubano. Esto es lo que también garantiza que se elimine la miseria y la pobreza, que hace más de 60 años está destruyendo a ese pueblo.
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Fuente Cubanet.org