Un alto funcionario israelí ha confirmado que la reunión de emergencia programada para esta noche con Netanyahu se debe, efectivamente, a los recientes y dramáticos acontecimientos en la guerra civil siria.
Los rebeldes sirios, que durante los últimos años han estado confinados principalmente en la región de Idlib, han llevado a cabo una ofensiva sorpresa significativa en la zona de Alepo.
En los últimos días, estos rebeldes, que son en su mayoría islamistas sunitas vinculados al grupo Jabhat al-Nusra, han avanzado rápidamente hacia Alepo, una de las ciudades más grandes y estratégicas de Siria.
Aunque podría parecer un asunto interno de Siria, en realidad no lo es: los rebeldes cuentan con el respaldo de Turquía y Ucrania. Por su parte, el ejército de Assad recibe apoyo de Hezbollah, milicias iraníes presentes en Siria y, por supuesto, de Rusia.
Siria, que ha sido un campo de batalla global durante más de una década, vuelve a demostrarlo: se trata de un enfrentamiento militar entre dos bloques que está íntimamente relacionado con la guerra entre Rusia y Ucrania, así como con el conflicto entre Israel y Hezbollah.
Rusia apoya al ejército de Assad, mientras que Ucrania brinda asistencia a los rebeldes sunitas, principalmente mediante el suministro de drones y vehículos aéreos no tripulados. Aunque Israel no está directamente involucrado, es muy probable que el debilitamiento significativo de Hezbollah, tanto en Líbano como en Siria, haya influido en la decisión de los rebeldes de lanzar esta ofensiva contra Assad, quien se encuentra respaldado por un Hezbollah debilitado.
Mientras se detienen temporalmente las hostilidades en el sur del Líbano, las fuerzas del Gobierno de Salvación de Siria, respaldadas por Turquía, han atacado la histórica ciudad controlada por el Ejército de Al-Assad, reavivando el conflicto en esta nación del Medio Oriente.
Este viernes se han registrado intensos combates en el barrio occidental de Alepo, donde el Ejército Nacional Sirio ha perdido el control del estratégico sector de Nueva Alepo, que ha sido abandonado por las milicias de Hezbollah e Irán. La ofensiva de las fuerzas rebeldes del Gobierno de Salvación de Siria (SSG) también ha logrado tomar el control de las áreas urbanas de Khalsa, Al-Rashidin y Khan Tuman, donde el Ejército del presidente Bashar al-Assad dejó atrás cuatro viejos tanques T55 de fabricación soviética, según el sitio web de seguimiento Liveuamap.
Las fuerzas aéreas rusas y sirias respondieron este viernes por la mañana bombardeando la provincia de Idlib, considerada la capital de facto del SSG. El jueves, un ataque sorpresa de las fuerzas del SSG en Alepo rompió un alto el fuego que había durado cinco años, reavivando la guerra siria pocas horas después de que se acordara un cese de hostilidades en Líbano entre Israel y Hezbollah.
De acuerdo con Liveuamap, también se han reportado combates en la zona desmilitarizada del norte de Siria, cerca de la frontera con Turquía. Las fuerzas anti-Assad, apoyadas por Turquía, han logrado controlar parte de la M5, la principal vía de comunicación entre Alepo y Damasco, según fuentes oficiales.
Las fuerzas sirias, rusas e iraníes temen que esta nueva ofensiva permita a los rebeldes tomar el control total de Alepo, lo que representaría un duro golpe para Moscú y Teherán, que aún están recuperándose de las recientes pérdidas sufridas por su aliado Hezbollah en el sur del Líbano. El comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, Kioumar Pourashemi, habría muerto en las primeras horas de los enfrentamientos en Alepo, mientras que los ataques aéreos rusos son especialmente intensos en la zona urbana de Khan Al-Asal, donde se ubica una importante base de combustible del Ejército sirio.
Según fuentes iraníes, el Gobierno de al-Assad ha desplegado en la ciudad histórica, capital de la gobernación más poblada de Siria, la 25ª División de Fuerzas Especiales, anteriormente conocida como Fuerzas Tigre, las cuales han sido entrenadas por Rusia. El SSG cuenta con el apoyo del grupo islamista Tahrir al-Sham, acusado de tener creencias extremistas y vinculado a Jabhat al-Nusra, la franquicia siria de Al Qaeda que estuvo activa hasta 2019.
Entre las otras unidades militares desplegadas por las fuerzas presidenciales se encuentran la Brigada Palestina de Jerusalén y la 4ª División Siria, equipadas con modernos tanques de fabricación rusa T-90 y versiones mejoradas del T-72.