El Oro del Kremlim fue escrito por Isidoro Gilbert, ex corresponsal de la agencia rusa TASS en Buenos Aires durante casi 30 años, en algunas redacciones y organismos de inteligencia se lo sindicaba como operador de la vieja KGB. Por Darío Rosatti
En su libro testimonial, desenmascara la forma de operar de la antigua KGB y las operaciones que se realizaban con dinero de Moscú y los negocios que también se hacían con él, como por ejemplo adquirir Coca Cola de Argentina o montar decenas de empresas, financieras o bancos. Incluso dar apoyo a organizaciones terroristas en los 70 aquí y Chile.
En una de sus atrapantes páginas, Gilbert relata que Juan Perón no vacilo en tener nexos reservados con emisarios soviéticos o en acordar convenios económicos y políticos de tal nivel con la URSS que hizo que un exultante Leonid Brezhnev le dijera a José B Gelbard, ex ministro de economía: “Donde vaya Argentina irá Latinoamérica”.
Tal vez la frase del ex premier ruso haya sido asimilada por Putin, un estudioso de la historia, y por tal motivo su interés en montar en Buenos Aires el “Club de Amigos de Crimea”, inaugurado el 27 de junio de 2019 en el Centro Ruso de Ciencia y Cultura “Casa de Rusia”. Organizaciones similares funcionan en otras capitales del planeta.
Un ejemplo de la forma de operar de la inteligencia soviética en Argentina fue la Librería “Liberarte” de la calle Corrientes, estrechamente vinculada al Partido Comunista Argentino, donde se realizaban infinidad de eventos vinculados a la cultura pero que en definitiva eran acciones concretas dirigidas a la sociedad, tal cual el formato de las asociaciones mencionadas en esta nota. Pareciera que nada cambio
Total News converso con un ex diplomático destacado en Rusia y un ex policía de la Ciudad de Buenos Aires cercano al oficial Iván Blizniouk (Algunos aseguran que era espía ruso) quien fuera detenido por el envío a Rusia, con la colaboración de hombres de la embajada rusa, de 389 kilos de cocaína en Febrero del 2018.
Estas fuentes nos alertaron sobre cómo funcionarían distintas pantallas de la inteligencia rusa, aquí y resto del mundo, para realizar acción psicológica generando fake news u organizando “asociaciones amigas “en apoyo de sus políticas, ya sea para Crimea o Dombas en Ucrania o en Venezuela para lograr influir en la región. Venezuela es hoy una fuerte plataforma para el accionar ruso en Latinoamérica
La historia es rica en ejemplos sobre las intenciones de Rusia hoy y la antigua Unión Soviética ayer, para lograr influir en la región.
Rusia necesita de organizaciones paralelas en el mundo para limpiar o edulcorar su expansionismo y porque continúa violando las reglas establecidas del derecho internacional y lo acordado en Minsk y realiza acciones destinadas a crear plataformas que vincula a las sociedades donde actúan sus embajadas en todo el mundo, en un intento de legitimar la ocupación ilegal de la península de Crimea en Ucrania o justificar su presencia en Venezuela, ya no quedan dudas.
En su guerra híbrida contra Ucrania, Rusia utiliza todo tipo de instrumentos, desde las famosas fake news e interferencia en asuntos internos a través de sus agentes de influencia, hasta la creación de estructuras desde donde pretenderían legitimar la anexión ilegal de Crimea y la agresión en Donbas.
Entre estas organizaciones, las que según nuestras fuentes, serían creadas, financiadas y dirigidas por el Gobierno de Moscú y los servicios secretos rusos, se encuentra el llamado “Club de Amigos de Crimea”, inaugurado el 27 de junio de 2019 en el Centro Ruso de Ciencia y Cultura “Casa de Rusia” en Buenos Aires. Desafortunadamente, Argentina ha sido el primer país de América Latina donde acaba de abrir la sección local del club. En Venezuela no necesita actuar desde la “sutileza”. Estas acciones funcionan con mucho dinero y como en el pasado, la Unión Soviética lo usaba para comprar voluntades políticas, hoy Rusia les estaría dando el mismo destino.
Todos recordamos incluso, la visita al embajador ruso el 11 de junio, del actual candidato a Presidente del kirchnerismo, Alberto Fernández junto a Oscar Parrilli, quien mantiene una estrecha relación con la sede diplomática. Rusia esta acusada de influir en las elecciones de EE.UU, el Brexit y más, mucho más.
Los “Clubes de Amigos de Crimea” se están creando en todo el mundo desde 2017 y operan sobre la base de oficinas de representación de los centros rusos de ciencia y cultura, que no serían más que una entidad títere de los Servicios de inteligencia rusos. Según los medios rusos, hoy se han abierto más de 30 “Clubes” en el mundo.
Bajo la supuesta fachada inofensiva de una asociación cultural que tiene como objetivo promover diversas acciones culturales con los “compatriotas nacidos en Crimea”, se oculta un contenido muy peligroso, ilegítimo desde el punto de vista del derecho internacional. En primer lugar, porque entre los propósitos anunciados de esta organización está indicada “desarrollar vínculos sociales y culturales entre Argentina y la República de Crimea”.
Como se sabe en líneas generales, la República Autónoma de Crimea todavía es considerada una parte integral de Ucrania por la comunidad internacional, que nunca reconoció el intento de anexar ilegalmente Crimea por parte de la Federación de Rusia en marzo de 2014. Esta posición de la comunidad internacional y La República Argentina en particular, se reflejó en numerosos documentos internacionales como las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas “Territorio de Integridad de Ucrania” del 27 de marzo de 2014, tres resoluciones consecutivas “Situación de los derechos humanos en la República Autónoma de Crimea y el ciudad de Sebastopol (Ucrania)” aprobado en diciembre de 2016, 2017 y 2018 respectivamente, entre otros.
Debe haber una comprensión concreta de que tal posición internacional deja en claro que no puede haber ningún tipo de relación bilateral con Crimea en ninguna forma o vía organización alguna y mucho menos lógico aun que funcione bajo el patrocinio de Rusia en Argentina y otros países del mundo.
La sociedad global reconoce el hecho de que las autoproclamadas autoridades de Crimea están siendo controladas por completo desde Moscú, lo que automáticamente cuestiona su legitimidad, así como todos los intentos adicionales de establecer relaciones internacionales.
Es evidente que el despliegue que realiza Rusia con el apoyo de estas “ONG” que estarían vinculadas a la inteligencia rusa en Argentina y otras naciones, tiene por objetivo, por un lado victimizarse, mostrar internamente las “garras fuertes del oso ruso”y por el otro lograr instalar ante la opinión pública mundial que no es una nación invasora y que solo busca la paz.
Claramente, lo relatado por Isidro Gilbert en El Oro del Kremlim? mantiene una vigencia y similitudes que preocupan e impactan.