En una oportunidad fue invitado a La Torcaza a uno de los magníficos almuerzos con los que el dueño de casa Carlos Pedro Blaquier agasaja a empresarios, políticos, artistas y pensadores. Allí se hizo referencia a las paritarias sindicales e información sobre ella en los medios, el ministro Boudou dijo con desparpajo que “ustedes deberían aprender a leer los diarios”, claro en ese momento gozaba del cariño presidencial, hoy tal vez no se atrevería.
Esto pinta claramente las ínfulas y soberbia con la que el todavía ministro pudo haber dicho lo que se le adjudica a una conversación intervenida por la ex SIDE hoy SI, en donde hablando con su “novia” le dice que “no lo espere porque se tiene que quedar con la vieja hasta tarde”.Desde luego hubo momentos mas edulcorados entre la presidenta y el hoy rockero concheto de Puerto Madero. Cualquier hombre sabe que hay cosas de las que no se habla, y menos por teléfono, este o no se recibió, o nunca su padre le hablo de esta regla no escrita.
Máximo Kirchner quien, como hijo preferido, ya lo tenia en la mira y había pedido a su amigo el “chango” Icazuriaga, jefe de la poderosa Secretaria de Inteligencia que no le perdiera pisada y que además, quería un punto a punto con el teléfono del vice electo. Fue así que tuvo acceso a la fatídica incontinencia verbal de Bodou y es donde comienza la caída de quien simulando se Peter Pan, tocaba la guitarrita, bailaba y divertía a Cristina, mientras sumaba votos de un sector inalcanzable para el ladriprogresismo. Boudou también esta señalado por información de inteligencia y otras ya publicas de enriquecerse desde su llegada al poder.
Maximo tuvo dias atrás una reunion con Boudou donde le exigio nombramientos en el Senado, especialmente para manejo de la caja, el ex agraciado se resistio hasta que la Presidenta llamo para ordenarle que hiciera lo que Máximo dijera que había que hacer. El joven Kirchner quiso ser el quien mirándolo a los ojos lo hiciera obedecer. Las cosas cambiaron para Boudou, y para mal.
La reacción de Máximo no deja de ser lógica y en un punto admirable, como decía Papo, “nadie se atreva a tocar a la vieja”. Nadie tiene derecho a meterse con la vieja de otro. Lección que Boudou no habría aprendido en el CEMA, pero si ahora, a manos de un hijo enojado y ya transformado en el hombre de la casa.
Grandes nubarrones se avecinan, empeora por la noche.
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