Con el objetivo de preservar la vegetación originaria de la zona, en 2013 el Vivero de Plantas Nativas del Parque Natural Municipal Ribera Norte de San Isidro donó más de mil plantas autóctonas a visitantes, vecinos, entidades y espacio público.
De esta forma, cada colegio que realizó una visita educativa se llevó un ejemplar de regalo. Además, se trasplantó una gran cantidad en museos y entidades como la Quinta Pueyrredón, Quinta Los Ombúes, Casa Museo Alfaro y la Chacra Educativa San Isidro Labrador.
La directora de Ecología y Conservación de la Biodiversidad, Bárbara Gasparri, subrayó que “la idea no sólo es difundir lo que se hace en el Vivero sino llegar a los jardines, balcones, terrazas, techos y paredes verdes de la gente; que sepan cuán importante es conservar esta vegetación y se comprometan”.
Por eso, durante el año pasado, también donaron ejemplares a quienes participaron en los festejos por el 25º aniversario de Ribera Norte y a quienes asistieron a la kermesse que se hizo por San Isidro Labrador. Además, hicieron algunas donaciones especiales a entidades que lo solicitaron, a vecinos que querían un árbol nativo para su vereda y a plazas del Partido.
A mediados de 2013, el Municipio de San Isidro reformó el Vivero por completo. Gasparri destacó que “ahora los visitantes pueden recorrer el circuito nuevo y conocer muestras de plantas originarias que se preservan en el Vivero, como las típicas de barranca o de la costa del Río de la Plata. Otras especies que pueden encontrarse se destacan Pavonia Hastata, Sen del Campo, y algunas enredaderas”.
Gasparri señaló que las plantas autóctonas son la base para conservar el paisaje natural y el ecosistema del lugar, y que por eso hay que educar sobre la importancia de su cuidado. “Entregamos plantas para concientizar sobre la necesidad de conservar la biodiversidad. La gente se entusiasma, ve cómo se transforma su jardín y muchas veces vuelve porque quiere otras variedades”, afirmó.
Sobre el Vivero Municipal de Plantas Nativas de San Isidro
Los visitantes pueden disfrutar del recorrido didáctico por el sendero de 150 metros alrededor de los cultivos. Además, las plantas tienen un cartel identificador con su nombre y principales características y están protegidas por una infraestructura especial; y hay un invernadero que, además de conservar la temperatura ideal, es ecológico porque está construido con botellas de plástico vacías.
También hay un aula especial donde se dan charlas y hay escritorios nuevos donde los chicos realizan sus tareas durante los talleres.
La entrada al Vivero es libre y gratuita; y abre al público los sábados y domingos, de 11 a 18.30.