En algunos casos el ajuste fue muy superior al porcentaje citado. Esta suba repercutió sobre el dólar no oficial llevándolo hasta los $13.50, por lo que el BCRA decidió bajar los encajes que los bancos debían mantener sobre su posición en dólares y determinó un plazo para que los vendieran. Las ventas de posición de cambio conllevaron una baja del dólar oficial y del blue. Al mismo tiempo, el Banco Central aspiró los pesos producidos contra esos dólares con títulos emitidos a tasas de alrededor del 30% anual a 180 días.
Cómo sigue:
La venta de dólares de los bancos es considerada por el mercado financiero como “la bala de plata” pues, de presentarse una nueva suba de la cotización del billete en el mercado no oficial, no existirán disponibilidades para vender. En el trimestre que se inicia el 03/2014 comienzan a entrar dólares provenientes de la cosecha de soja cuyo precio, ocasionalmente, ha subido. A consecuencia de ello, se calcula que ingresarían unos u$s 6.000 millones extras, si se mantienen estos valores. A primera vista, la situación ofrece un escenario de aparente tranquilidad para los meses siguientes hasta la mitad del corriente año, a menos que la inflación y el gasto público genéren riesgos no calculados que los incrementen.
Riesgos no calculados
El gasto público inter anual febrero 2013/febrero 2014, tomando las mediciones oficiales más favorables difundidas por el INDEC, mostró un incremento del 44%, mientras que los ingresos públicos al ritmo de la inflación sólo subieron el 33%. Este desfasaje se solventa con emisión monetaria. Como se señaló anteriormente, el Banco Central tomó fondos al 30% anual, mientras que el importe en pesos retirado del mercado financiero en las 4 semanas previas al 11 de marzo y convertidos en títulos públicos, se sitúa en el orden de los $50.000 millones, poniendo en evidencia que la emisión de pesos continúa a un ritmo elevado. La inflación que difunde el INDEC fue del 3.7% en enero y el 3.4% en febrero, conjuntamente con la baja del dólar oficial de $0.20, lo cual permite deducir que la inflación absorbió casi la mitad de la fuerte devaluación de enero. Mientras tanto, el gobierno asegura que no habrá modificaciones en el tipo de cambio. Sin embargo, cabe suponer que en poco tiempo, los aumentos de precios llevarán el valor del dólar a términos de intercambio similares a los anteriores a la devaluación producida para mejorar la competitividad argentina.
Conclusión
El gobierno luego de acelrar el rito de depreciación del peso, devaluó el 20% en un día y mantiene anclado el tipo de cambio desde entonces. El aumento del gasto público supera en un 30% a los ingresos para un mismo período y no se avizoran reducciones importantes del mismo. Al mismo tiempo, el Banco Central seca el mercado de pesos, por lo que esa merma de circulante se traduce en una baja en las ventas en casi todos los rubros por la ausencia de moneda necesaria para convalidar los nuevos niveles de precios, lo que nos coloca ante un escenario de inflación con estancamiento. Si bien las medidas monetarias implementadas son útiles para apaciguar los ánimos del mercado y comprar tiempo para realizar los cambios económicos que vuelvan sustentable la tranquilidad conseguida, como hasta ahora el Ministerio de Economía no ha tomado medidas tendientes a consolidar lo logrado por el Banco Central (ej. reducción de subsidios con diversos destinos), cabe suponer que en poco tiempo el tipo de cambio deberá ser retocado, y si el proceso devaluatorio no se concreta gradualmente de manera controlada, deberá hacerse como en enero de 2014, lo cual tendría los mis resultados antes descriptos, pero en esta ocasión, sin “bala de plata”.
Dr.Guillermo Castaño
FORO DE ESTUDIOS CONTEMPORANEOS
FAPEDEC