En el 2000 implementó Tribunales Comunitarios, un modelo que busca atender las necesidades de la víctima y, a la vez, dar soluciones creativas a delincuentes no violentos a través de trabajos comunitarios. Las propuestas, por ejemplo, incluyen tratamientos contra la adicción a las drogas y el alcohol, o la posibilidad de terminar sus estudios.
Para compartir esta experiencia exitosa – que se aplicó por primera vez en un pueblo de Brooklyn y ya se replicó en Australia, Canadá y Sudáfrica –, el Municipio de San Isidro, junto con la Asociación Conciencia y la Embajada de Estados Unidos organizaron una conferencia gratuita que se realizó hoy en el Teatro del Viejo Concejo.
“Esta es una invitación para ampliar el sistema de justicia sancionatorio y darle una segunda oportunidad a quienes cometen delitos menores para que reconsideren sus acciones y entiendan que lo que hicieron no estuvo bien”, afirmó el intendente Gustavo Posse sobre este programa que hace foco en la prevención.
La presidenta de Conciencia, María Figueras, dijo que la asociación se involucró con el tema porque justamente trabajan para solucionar problemas de convivencia: “Aunque nuestro sistema no permite implementar este modelo, sí pueden hacerse pequeñas réplicas como mediaciones en los colegios para que los chicos aprendan a negociar y a resolver conflictos entre ellos y evitar enfrentamientos mayores”, señaló.
Por ejemplo, en el sistema judicial tradicional, una persona que roba dinero para comprar drogas debe ir preso o pagar una multa o hasta puede quedar libre; y por lo general vuelve a delinquir en reiteradas oportunidades.
“Desde los Tribunales Comunitarios, en cambio, hacemos una evaluación integral del problema y si la persona es adicta, el juez puede ordenar un tratamiento para que deje de consumir y, a su vez, que realice actividades para retribuir a la comunidad por los daños que causó”, contó durante la conferencia Julius Lang, director de Capacitación y Asistencia Técnica del Centro para la Innovación de Tribunales de la Ciudad de Nueva York.
Estos Tribunales, que involucran a la comunidad en la respuesta a problemas judiciales, – informó Lang – se diseñaron por la “insatisfacción de la sociedad con respecto a la gestión judicial”.
“Por lo general, las personas que cometen delitos menores o contravenciones tienen una vida muy complicada y vuelven a repetir estos delitos. Por eso, la propuesta es hacer foco en la restauración y el trabajo conjunto para volver a reinsertar al delincuente en la sociedad y, a su vez, que la sociedad sienta que aquél corrigió los daños que generó”, expuso el especialista.
Calabrese durante la conferencia
Alex Calabrese, juez del Centro de Justicia Comunitaria de Red Hook, Brooklyn explicó que este modelo da a los jueces una nueva opción – entre encarcelar o no – sobre qué decidir en relación a la condena.
“Abre una tercera posibilidad porque con el trabajo de los asistentes sociales también se puede liberar al responsable con la condición de que se someta a una rehabilitación. Después, se hace un seguimiento riguroso para verificar que esa persona cumple con todo lo indicado para enderezar su vida. De esta forma, se logra un mejor resultado para la víctima, para quien delinque y para la sociedad”, sostuvo el juez.
Según expuso Calabrese, este sistema logró reducir la cantidad de encarcelamientos en un 35 por ciento y la reincidencia en un 10 por ciento. Además, según una encuesta realizada a la comunidad, el 94 por ciento tomó de manera positiva esta iniciativa que también significó un ahorro para el Estado por la reducción en costos procesales. “Se trata de articular el trabajo entre la policía local, la comunidad y el tribunal”, detalló.