Los ambiciones geopolíticas de hegemonía regional de Argelia amenazan la paz y estabilidad del Magreb al mantener artificialmente vigente el diferendo del Sáhara. Por el Dr. Adalberto C. Agozino
El presidente de la República Argelina Democrática y Popular, Abdelmadjid Tebboune, enfrenta una muy compleja situación interna. La pandemia a golpeado duramente al país provocando miles de muertos, el descenso de los precios del petróleo y el gas -que constituyen el 95% de las exportaciones argelinas, la interrupción de las remesas de los emigrantes y la parálisis de la industria turística han sumido en la recesión al país.
Mientras tanto, el movimiento de protesta Hirak, que demanda mayor democracia y justicia social, han suspendido por el momento sus concentraciones callejeras pero sus miembros mantienen vigente a través de las redes sociales el descontento de la población.
Es por lo que, para mantener la cohesión interna, el gobierno argelino busca alentar la falsa imagen de nuevas tensiones con un rival regional desde hace décadas: el Reino de Marruecos.
Así lo ha denunciado en el programa semanal “Sáhara Debate”, el Dr. Mohammed Ahmed Gain, presidente del Instituto Africano para la Consolidación de la Paz y al Transformación de Conflictos, quien destacó que Argelia está hoy aislada en el escenario internacional cuando insiste en su apoyo a los separatistas del Frente Polisario.
Sáhara Debate constituye un prestigioso programa ciudadano que pretende ser una plataforma abierta y democrática para proporcionar ideas serenas y apasionadas sobre la cuestión del Sahara marroquí.
Según el académico marroquí, el grupo separatista no puede justificar el adjudicarse ninguna representatividad de los saharauis marroquíes mientras roba la ayuda humanitaria enviada por Europa y los Estados Unidos y somete a esa población a una feroz represión policial -que incluye detenciones arbitrarias, torturas y desapariciones forzadas- para cortar de raíz cualquier expresión de disidencia o reclamo de democracia.
Tomemos en especial consideración que como señala el Dr. Mohammed A.
Gain: “
En su búsqueda de libertad, las poblaciones de los campamentos de Tinduf se enfrentan a la feroz represión del Polisario con la complicidad activa de Argelia”.
Argelia pretende desviar su responsabilidad sobre las violaciones a los derechos humanos en los campamentos de Tinduf argumentando “la delegación en la administración de los campos”. Pero, tal delegación está expresamente prohibida por la Convención de Naciones Unidas sobre el Estatuto de Refugiados de 1951, señala el Director del Instituto Africano para la Consolidación de la Paz y la Transformación de los Conflictos.
También recordó el Dr. Gain que el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas expresó en sus observaciones finales sobre el cuarto informe periódico de Argelia que aprobó en su 123a sesión en 2018 “sus preocupaciones en cuanto a la devolución de facto por parte de Argelia de sus poderes, especialmente jurisdiccionales en el Polisario”.
Por último, el académico destacó que la Propuesta para la Negociación de un Estatuto de Autonomía en la Región del Sáhara es la única solución realista, pragmática y sostenible basada en un compromiso entre las partes del diferendo.
La opinión del catedrático marroquí se suma a la de muchos expertos internacionales que abogan por una solución final al diferendo del Sáhara que alivie la dura vida de los pobladores de los campamentos permitiéndoles retornar a su hogar nacional en Marruecos y que al mismo tiempo ponga fin a las tensiones regionales, las carreras armamentistas y la permanente rivalidad en los foros internacionales.
Lamentablemente, hasta el momento la agresiva intransigencia de Argelia ha impedido cualquier tipo de avance o solución en la cuestión del Sáhara.