El desempleo y la inflación escalan en las encuestas como las principales preocupaciones de los argentinos, en un contexto donde, a pesar de los contagios y fallecidos récord por el coronavirus, cada vez crece más el ruido por la economía y decrece los temores vinculados a la salud. Así lo detectaron dos recientes encuestas a las que accedió PERFIL.
La consultora Analogías detectó en su informe de octubre que por primera vez desde que comenzó la pandemia dos cuestiones económicas encabezan las respuestas: el desempleo (con el 22%) y la inflación (19%). Unos escalones más abajo quedaron “un colapso del sistema de salud” (17%) y “contagiarse del virus” (13%). El mes pasado, por ejemplo, las dos cuestiones vinculadas a la pandemia estaban en los dos primeros lugares.
Septiembre, particularmente, arrojó datos que permiten explicar el fenómeno. Por un lado, el Indec difundió que la desocupación al segundo semestre había escalado al 13,1%, aunque también con un fuerte descenso de la PEA (población económicamente activa) por lo que se estima que la cifra real está varios puntos más arriba. Por otra parte, también se conoció que la inflación de agosto había dado 2,7%, y hay consultoras privadas que ya estiman que el mes pasado rondó el mismo nivel. En las encuestas anteriores, la inflación como principal preocupación oscilaba entre el 10 y el 15 por ciento, y ahora pegó un salto hasta quedar cerca del 20%.
En el segundo lote, repuntó como la principal preocupación que “se pierda el año escolar”. Estuvo siempre debajo del 5% de las respuestas y en el último relevamiento de Analogías subió al 7%. Justamente, en las últimas semanas el tema también ganó notoriedad pública al punto tal que el Ministerio de Educación avanzó en los proyectos para reabrir las escuelas gradualmente.
Según Poliarquía, en tanto, los encuestados que privilegian la salud por sobre la economía cayeron al valor más bajo desde que comenzaron los informes vinculados a la pandemia. A fines de marzo, el 84% respondía que había que “mantener la cuarentena y el distanciamiento social aunque genere dificultades económicas”. En octubre bajó al 48%. Los que responden que “no hay que parar la economía aunque genere mayor cantidad de contagios y fallecidos” escaló del 7% en marzo al 39% en el último sondeo.
Otra de las preguntas permite entender estos cambios: el 60% sostiene que su situación económica personal empeoró comparado con la situación previa al coronavirus, un porcentaje que aumentó 6 puntos esta medición.
El otro indicador social que se conoció recientemente y eleva los niveles de preocupación por la economía es la pobreza. Según el Indec, al segundo semestre de 2020 había un 40,9% de personas por debajo de la línea de la pobreza.
En ese sentido, volviendo al trabajo de Analogías pone de manifiesto una contradicción que reina en la consideración general. Cuando se pregunta si el Estado debe aumentar los recursos que van directamente a la población que está en la pobreza y la indigencia, el 56% dice estar de acuerdo (contra un 35% en desacuerdo). Sin embargo, cuando la pregunta es si el Gobierno de Alberto Fernández debe aumentar los planes sociales para reducir la pobreza las respuestas son contrarias y más contundentes: el 68% contesta por la negativa contra un 24% por la positiva.