Extensa columna dominical de Horacio Verbitsky, el vocero oficioso de un sector del Frente de Todos. El texto, muy exultante, con párrafos tales como: “(…) Se atrevieron a tocarle los bigotes al león, que ayer se despertó y rugió, con una impresionante convocatoria.
Por encima de los distintos proyectos que cohabitan bajo el mismo techo oficial, la respuesta de los 75 Octubres puso las cosas en su lugar y redimensionó la fuerza relativa de cada uno. (…)”. El autor no mencionó el ciberataque que frustró parte de la fiesta peronista (¿cómo es que teniendo el control del Estado le pudo suceder algo semejante al PJ en su día?). Entre tanto blablablá, las frecuentes ponderaciones de la ministra Elizabeth Gómez Alcorta, integrante del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), que preside H.V. Y ahí apareció una info interesante:
Mauricio Macri levantó en su momento la cuestión del aborte flexibilizado para intentar ganar tiempo hasta que llegaran ‘brotes verdes’ que, sin embargo, jamás germinaron.
Todo indica que Alberto Fernández repetirá la estrategia, esperando así que la agenda de opinión pública incursione menos en la crisis de la economía y la fuga de las paridades cambiarias no oficiales.
Esto surge del texto del vocero oficioso Horacio Verbitsky, quien explica el orden de batalla: desplazar “el furor del verde Franklin al verde Ofelia”.
Aquí la parrafada:
“(…) Las relaciones oficiales con la Corte Suprema siguen tensas. El tribunal rehusó en forma expresa que sus integrantes reciban la capacitación en asuntos de género que prescribe la Ley Micaela, invocando un convenio firmado entre la Corte y el ex Instituto Nacional de las Mujeres. Y el gobierno respondió con dureza. La ministra Eli Gómez Alcorta recordó que ese convenio se refiere a la capacitación del resto del Poder Judicial, que debe ser certificada por el Ministerio. En cambio, las máximas autoridades de los distintos poderes, «no pueden capacitarse a sí mismas» y deben recibir el mismo curso que el ministerio impartió a las cabezas de los poderes ejecutivo y legislativo. Agregó que las cláusulas de un convenio no pueden modificar una obligación explícita de la ley. La única cortesía que tuvo fue no consignar en la nota que el presidente del tribunal, Carlos Rosenkrantz, reconoció en diálogo con ella, que la ley era muy clara al respecto.
Otra gestión de Gómez Alcorta (revelada por la militante feminista Mariana Carbajal en un diario de la Ciudad Autónoma) fue ante la Vicepresidenta, a quien visitó el martes en su despacho del Senado. De allí salió el acuerdo de Cristina para que Alberto Fernández envíe ya al Congreso el proyecto de ley de abolición de la clandestinidad del aborto. Tanto ella como Sergio Massa creen contar con los votos suficientes para aprobarlo en el actual periodo de sesiones.
No sólo cumplirían con una promesa electoral, también desplazarían el furor del verde Franklin al verde Ofelia. Una preocupación de CFK era el riesgo sanitario de las visitas al hospital en plena pandemia, pero la ministra le explicó que:
Una vez legalizada la práctica, el 95% de las interrupciones voluntarias del embarazo se realizarán con medios químicos y no quirúrgicos, y el grueso de las intervenciones hospitalarias son por procedimientos clandestinos mal realizados, de modo que desaparecerán con la legalización. (…)”.
Fuente Urgente24