El abogado de la querella de la AMIA-DAIA Miguel Bronfman solicitó esa condena al TOF 3 para el entregador de la Trafic usada como cochebomba por los terroristas. Lo acusó de estrago doloso seguido de muerte y lesiones.
El abogado de la querella unificada AMIA-DAIA, Miguel Bronfman, pidió este miércoles 20 años de prisión para el ex reducidor de autos robados Carlos Telleldín, acusado de haber entregado la Trafic que se usó como coche-bomba para el atentado contra la sede de la mutual judía. Lo hizo en su alegato final ante el Tribunal Oral Federal 3 (TOF3), en el segundo juicio por el atentado terrorista del 18 de julio de 1994 que causó 85 muertos que se realiza a 26 años del ataque terrorista más grave que sufrió la Argentina en su historia. Este querella lo acusa del delito de estrago doloso seguido de muerte y lesiones gravísimas,
En su alegato, Bronfman criticó la estrategia de Telleldín de negarse a declarar al que calificó de “silencio cómplice” y contó otros casos de terrorismo internacional en los que la negativa a hablar fue tomada como un indicio de culpabilidad. “Telleldín entregó el arma homicida a los terroristas y fue el primer detenido que tuvo la causa AMIA, por ser el último tenedor conocido de la camioneta que fue usada como coche-bomba en el atentado contra la AMIA”, sostuvo Bronfman.
Telleldín está procesado por supuesto “homicidio agravado, lesiones, daños y asociación ilícita” y ya estuvo preso durante 9 años por lo que para que vuelva a la cárcel el TOF debería aplicarle una pena mayor a los años en que ya estuvo detenido, estimaron fuentes de la querella.
“Estamos convencidos –sostuvo la querella unificada de la AMIA-DAIA- de que el acusado Telleldín preparó, acondicionó y entregó la camioneta Renault Trafic con pleno conocimiento y voluntad de participar en un delito; supo perfectamente, según veremos, que esa camioneta iba a ser usada muy probablemente para ocasionar una explosión, y supo y aceptó que esa explosión iba a causar muertes”.
“Señores jueces: Telleldín no es culpable porque miente; miente porque es culpable”, señaló Bronfman quien fue asistido por su colega Gabriel Camiser. En su alegado de tres horas, recordó que el 15 de julio de 1994 el entonces agregado cultural iraní, Moshé Rabbani, “estaba vigilando ese tramo de la operación” que fue el estacionamiento de la Trafic en el estacionamiento Jet Parking, cerca de la AMIA. “Está probado, también, que las personas que ingresaron la camioneta -eran al menos dos- no eran extranjeros, ya que ningún empleado de la playa de estacionamiento lo refirió”.
Luego se preguntó: “¿Quiénes eran esas personas?, ¿a quién entregó la camioneta Telleldín?, ¿a quién estuvo y sigue protegiendo todos estos años?, ¿dónde estuvo la camioneta desde que el acusado la entregó, entre el 9 y 10 de julio, y el 15 de julio cuando fue vista nuevamente? y ¿cuál fue el origen de los explosivos?”. Esos son algunos de los interrogantes que subsisten, dijo.
A más de 26 del atentado “seguimos pensando exactamente lo mismo: la investigación en lo relativo a la conexión local ha sido pobre, pobrísima, y la cantidad de incógnitas no resueltas aún, quién sabe ya si tendrán algún día una respuesta”, agregó Bronfman. El TOF 3, con otra composición, absolvió en el 2004 al ex comisario Juan José Ribelli y otros tres ex policías bonaerenses como conexión local del ataque.
Señaló que Telleldín dijo “en su declaración al comienzo del juicio: la misma versión falsa plagada de mentiras, relativa al supuesto comprador de nombre Ramón Martínez”, con un DNI extranjero de una persona que no existe y que según distintas versiones era “centroamericano” o “chino”.
Además, no habría doblado solo dos Trafic, como hacía con otros vehículos, sino tres. “Sólo Telleldín conoce en qué chasis colocó el motor “M” (por su anterior dueño Messin). Derivado de lo anterior, Telleldín además de la camioneta armada por Nitzcaner, debió armar otra -en la que se colocó dicho motor- y que fue la que explotó en la sede de la AMIA/DAIA”.
En el primer juicio se indicó la existencia de, al menos tres carrocerías: la de Messin (incendiada), la de Sarapura (robada y arreglada en lo de Nitzcaner) y una tercera, aún indeterminada, a la que se le colocó el motor de Messin y que fue en definitiva la utilizada como coche-bomba”, agregó.
Por otra parte, la hija de Telleldín, Miriam Salinas atestiguó que, luego del atentado, “Ana Boragni le contó que Telleldín estaba encerrado en una habitación de la casa con un ataque de histeria por la venta de la Trafic, gritando “estos hijos de puta me cagaron la vida”. Luego se fue a Posadas. “Está claro a esta altura que para esa fecha el acusado sabía perfectamente que su camioneta estaba involucrada en el asesinato de 85 personas; lejos de presentarse a la Justicia –como haría cualquier persona que realiza una venta “normal” de un auto-, se escapó, y se escapó a un lugar cercano a un país extranjero”, agregó el letrado querellante.
La elección de Telleldín por “parte de los autores o demás partícipes del atentado, no fue casual. Telleldín fue elegido por sus particulares características ya descriptas y probadas en el debate. El o los autores necesitaban a Telleldín, no a cualquier habitual preparador y vendedor de autos usado”. El padre de Telleldín estuvo acusado de haber integrado el Comando Libertadores de América, un brazo de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), responsable de la represión ilegal en esa provincia antes del golpe del 24 de marzo de 1976. Y Telleldín hijo tenía antecedentes penales.
Por otra parte, “el silencio que guarda Telleldín en relación con una serie de datos objetivos de la realidad que no pueden haber sido desconocidos para él, es la prueba en sí misma no sólo de su culpabilidad, sino de su descarada intención de ocultar la verdad. Y sólo puede ocultar la verdad aquel que la conoce”, finalizó Bronfman. La semana que viene le tocará su alegato a la querella de los familiares de las víctimas del ataque.
Por su parte, el presidente de la AMIA Ariel Eichbaum dijo que “después de más de 26 años, estamos ante un momento trascendente que mucho esperamos, y ante la posibilidad de lograr una condena en la causa AMIA”. “Siempre sostuvimos que Telleldín supo a quién le había entregado la camioneta, y este juicio lo ha corroborado. Confiamos en que la Fiscalía, encabezada por el fiscal Roberto Salum, cuando pronuncie su alegato pida la máxima pena para el acusado, y que el Tribunal dicte la condena a quien participó en el atentado proveyendo el coche-bomba”, enfatizó el presidente de AMIA.
Tan solo una semana después de la explosión de la bomba en Pasteur 633, Carlos Telleldín fue detenido acusado de haber acondicionado con un cambio de amortiguadores y entregado la camioneta Trafic cargada con 300 kilos de amonal y manejada por un conductor suicida que la Justicia cree era del Hezbollah. Luego de su primer juicio en 2004, en el que fue absuelto en forma polémica, la Corte Suprema ordenó en 2009 que fuera juzgado nuevamente. “Once años pasaron y recién ahora estamos cerca de la sentencia”, destacó Eichbaum.
Los alegatos finales en el segundo juicio oral por el atentado a la AMIA comenzaron este miércoles en los tribunales de Retiro con un único acusado, Telleldín, como presunto partícipe necesario del ataque terrorista que ejecutado por una célula del Hezbollah del Líbano con apoyo de inteligencia de cinco iraníes según la justicia argentina.
El debate se había reanudado de manera virtual el 23 de junio pasado con sólo uno de los tres jueces del Tribunal presente en Comodoro Py 2002, en medio de la pandemia de coronavirus y luego de quedar suspendido el 20 de marzo.
El querellante había anticipado que pedirá condena para el exreducidor de autos, procesado como quien entregó la camioneta Trafic usada como cochebomba diez días antes del atentado, en una operación que él siempre dijo fue una venta y sobre la cual recayeron las acusaciones. Telleldín se dedicaba antes del atentado y de convertirse en abogado a vender “autos mellizos”. La Justicia lo acusa de doblar vehículos robados con papeles auténticos de autos chocados con destrucción total.
Telleldín fue juzgado y absuelto -junto a ex policía bonaerenses- en un primer juicio en 2003, cuando con otra composición de jueces el TOF 3 anuló la causa por entender que las acusaciones respondieron a la teoría del “fruto del árbol envenenado”.
En ese entonces, el Tribunal dio por probado que Telleldín, preso desde 1994 hasta el 2004, involucró en el hecho a cinco policías bonaerenses, entre ellos el excomisario Juan José Ribelli, después de cobrar 400.000 dólares de la SIDE del gobierno de Carlos Menem.
Tras sucesivas apelaciones, la Corte Suprema de Justicia revocó parte de ese veredicto en el 2009 y consideró válido lo investigado hasta el momento de ese pago ilícito, ordenó volver a imputar a Telleldín y realizar un nuevo juicio oral.
Los jueces del TOF3, Andrés Basso, Javier Rios y Fernando Canero, escucharon a un centenar de testigos desde el inicio del debate oral y también se incorporaron por escrito decenas de declaraciones de sobrevivientes y familiares de víctimas hechas en el primer juicio.
En marzo de 2019, Telleldín fue condenado también a tres años y seis meses de prisión y a devolver los 400.000 dólares cobrados de manera ilegal para involucrar en la “conexión local” del ataque a cinco policías bonaerenses.
En este juicio por los delitos cometidos en la investigación del ataque también se condenó al destituido exjuez federal Juan José Galeano, el primero que investigó la causa que es la base de esta acusación contra Telleldín, a seis años de prisión, aunque las penas no están firmes y son revisadas en la Cámara Federal de Casación Penal.
Por el atentado hay siete órdenes de captura internacional de Interpol emitidas a ciudadanos iraníes como presuntos ideólogos del ataque, cuya investigación cambió este año de juez. Por el supuesto encubrimiento de cinco iraníes, a través del Pacto con Irán, en el atentado está procesada la vicepresidenta Cristina Kirchner en otro juicio oral que debería comenzar a fin de año.
Ante la renuncia para jubilarse del juez que sucedió a Galeano, Rodolfo Canicoba Corral, la nueva magistrada a cargo del caso es María Eugenia Capuchetti.
Fuente Clarin