Paradojas de la vida parlamentaria en la Cámara de Diputados: la maratónica sesión en la que el kirchnerismo espera lucirse con la media sanción del impuesto que gravará las grandes fortunas será presidida -al menos en el arranque- por un representante de Pro, el vicepresidente primero del cuerpo, Alvaro González. Sergio Massa permanece aislado en su domicilio de Tigre por estricto protocolo médico, ya que el viernes pasado tuvo contacto con un miembro de la delegación del FMI al que le dio positivo el test de coronavirus.
Massa seguirá la sesión por vía remota, aunque no se descarta que si los informes médicos lo autorizan -se espera el resultado del tercer hisopado del representante del FMI, Luis Cubeddu-, tome las riendas del debate avanzada la sesión. Si esto no llegase a suceder, Massa podrá participar de la votación en su condición de diputado raso. Así se acordó anoche durante la reunión de bloque del Frente de Todos, que preside Máximo Kirchner.
Por de pronto, se anticipa una sesión extenuante. “Si cumplimos rigurosamente los tiempos, durará entre 23 y 24 horas”, anticipó González al finalizar la reunión de Labor Parlamentaria. González buscó aventar cualquier especulación sobre la dinámica que tendrá la sesión bajo su presidencia. “Aquí no hay ningún ardid político; nosotros estamos en contra del impuesto (que grava las grandes fortunas), pero que yo me siente en el sitial de la presidencia no modificará en nada la sesión”, enfatizó.
El debate arrancará con el proyecto de ley de presupuesto 2021 luego de que el Senado devolviera a la Cámara baja el texto en segunda revisión por la omisión de planillas que contenían obras. Luego comenzará la discusión del tema más convocante, el llamado “impuesto a la riqueza”, una iniciativa impulsada por Máximo Kirchner y el presidente de la Comisión de Presupuesto, Carlos Heller. Si bien el debate del proyecto estaba previsto junto con la reforma tributaria -que todavía el Gobierno no presentó al Congreso-, el kirchnerismo decidió adelantarlo, con marchas y movilizaciones frente al Congreso para compensar, al menos políticamente, las medidas de ajuste que lleva adelante el ministro de Economía, Martín Guzmán.
El oficialismo necesita una mayoría absoluta (129 votos) para aprobar la iniciativa y girarla al Senado, algo que tiene garantizado gracias al apoyo de los interbloques Federal y Unidad Federal para el Desarrollo, presididos respectivamente por Eduardo “Bali” Bucca y José Luis Ramón.
También acompañarían la votación el nuevo bloque de dos diputados denominado Acción Federal, encabezado por el riojano Felipe Álvarez, y la neuquina Alma Sapag, del Movimiento Popular Neuquino.
Juntos por el Cambio, la bancada que lidera Mario Negri, votará en contra por considerar que se trata de un impuesto que podría ser “confiscatorio” y que implica una doble imposición para aquellas personas que ya tributan Bienes Personales, además de desalentar la inversión. La posición es la que también han expresado las más importantes entidades empresarias.
En tanto, el Frente de Izquierda, representado por Nicolás Del Caño y Romina Del Plá, se abstendrá y defenderá su propio proyecto.