El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, criticó al Supremo Tribunal Federal que autorizó la posible obligatoriedad de la vacuna contra el covid y reiteró que no se va aplicar la dosis contra el coronavirus.
La Corte aprobó el jueves por 10 votos a 1 que el gobierno nacional, gobernadores y alcaldes apliquen sanciones contra quienes se rehúsan a ser vacunados, al entender que se debe priorizar “la salud colectiva”.
Bolsonaro dijo que a partir del fallo del STF habrá personas que “no podrán sacar el pasaporte, no podrán sacar el carnet de conducir, hasta puede decretarse la prisión domiciliar, ¿Qué lindo, no ? (…) ¿Quién quiere medidas restrictivas?”.
“El Supremo no ordenó imponer medidas restrictivas, el Supremo dijo que el presidente, los gobernadores pueden imponerla, yo no voy a imponer nada, de mi parte cero (…), no habrá medidas restrictivas el año que viene, además el año que viene no habrá vacunas para todos”, agregó.
El mandatario habló en vivo a través de las redes sociales el jueves a la noche. Foto: Reuters
El mandatario habló en vivo a través de las redes sociales el jueves a la noche.
Poco antes de esa transmisión Bolsonaro reiteró que no planea inmunizarse contra el Covid-19 ya que contrajo la dolencia en julio.
“Algunos dicen que doy un mal ejemplo (por no darme la vacuna), qué imbéciles, idiotas, yo ya tengo los anticuerpos, ¿para qué darme la vacuna?”, cuestionó.
En las últimas 24 horas, Brasil registró más de 69.800 contagios y más de mil muertos, lo que lo mantiene como uno de los países más golpeados por el Coronavirus en el mundo.
En medio de este duro contexto, la corte suprema brasileña ha desafiado nuevamente a Bolsonaro, decretando que, aunque la vacunación no será forzada, los gobernadores y alcaldes podrán sancionar a sus ciudadanos si no ponen el brazo ante la aguja.
Las sanciones a aplicar serán definidas por las autoridades regionales pero ya se contemplan multas en metálico, prohibición de acceso a transporte y a sitios públicos.
Brasil no es el único país que prevé un trazo de obligatoriedad en cuanto a la vacuna anti-COVID. También en Chile, el ministro de Salud sugirió esta exigencia para los adultos mayores, que suman casi 6 millones de personas.
Sin embargo, a nivel mundial, la tendencia es más bien a hacer de la vacuna algo voluntario: Rusia, Reino Unido, la Unión Europea, Colombia, Perú y la mayor parte de América Latina sostienen que los gobiernos tienen la obligación de distribuir el medicamento pero la gente no está obligada a inyectárselo.
Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud se ha pronunciado a favor de la obligatoriedad de la vacuna anti-COVID para garantizar la inmunidad colectiva, calculando que para alcanzarla, se debe vacunar al menos a un 60% de la población.
Agencias y RFI