En un nuevo escándalo diplomático del gobierno de Alberto Fernández, el canciller Felipe Solá desplazó al embajador argentino en China, Luis María Kreckler, por el traspié en las negociaciones con Pekín para la adquisición de las vacunas contra el coronavirus.
Durante las últimas horas, Kreckler dijo que aún no fue notificado de la decisión del Ministerio de Relaciones Exteriores de prescindir de sus servicios y negó que se haya ido de vacaciones a la isla de Hainan, en medio de las tratativas por la vacuna. “Esto se hace por canales formales. La Cancillería notifica a un embajador que será removido. Pero esto no ocurrió”, remarcó Kreckler en diálogo con el diario Perfil.
Diplomático de carrera y sociólogo, Kreckler, de 66 años, pasó por las gestiones de Cristina Kirchner y Mauricio Macri. Tiene una extensa trayectoria en la Cancillería, donde ocupó puestos clave.
Antes de conducir la embajada en Pekín, Kreckler fue secretario de Comercio y Relaciones Económicas de la Cancillería y embajador en Brasil, Alemania y Suiza. También ocupó, entre otros, los cargos de cónsul en Los Angeles y en Panamá, y fue representante alterno de la Argentina ante la Organización de los Estados Americanos (OEA).
A lo largo de su carrera diplomática recibió condecoraciones de Chile, Perú, España, Francia y Alemania, entre otros. Es sociólogo e hizo parte de sus estudios universitarios en Brasil.
Durante el gobierno de Cristina Kirchner, Kreckler tenía lazos con el funcionario más poderoso de la primera etapa del kirchnerismo: Julio De Vido, entonces ministro de Planificación Federal. Es más, se lo mencionaba como uno de los eventuales reemplazantes de Héctor Timerman.
Con la llegada de Fernández a la Presidencia, Kreckler fue nombrado embajador argentino en China. Lo secunda Sabino Vaca Narvaja, hijo del exjefe montonero.
Conflicto
Durante las últimas semanas, la Casa Rosada aceleró las negociaciones con empresas privadas, con el gobierno de Rusia y con China, para obtener las primeras dosis de las vacunas contra el coronavirus. El acuerdo con los rusos prosperó, pero las tratativas con Pekín se estancaron.
Según indicaron fuentes del Gobierno, la negociación con China se demoró a raíz de la decisión de Kreckler de tomarse un descanso. La salida del embajador se formalizará durante las próximas horas.
Kreckler negó que haya pedido vacaciones y afirmó que las negociaciones con China están avanzadas. “Estoy en Beijing. Lo único que sí pedí fue una licencia ecológica. Esta es una ciudad muy contaminada y por regla hay que alejarse 45 minutos para respirar aire puro por dos días“, argumentó.