Terminó 2020 y Venezuela se enfrenta a otro año de probables sobresaltos políticos y una crisis económica que parece difícil de superar. La larga lista de problemas cotidianos que vive el país, y que se agudizó por la pandemia de coronavirus que marcó los últimos nueve meses, se puede reducir en un breve diccionario.
A, de Abrazo: la palabra soñada y el gesto prohibido. Algo tan común entre familiares y amigos cobró en 2020 una importancia que nunca antes se le había dado. Con la aparición del covid-19, llegó la distancia y el veto al cariño. Los venezolanos, como el resto de ciudadanos del mundo, sueñan con recuperar esa costumbre a la que nunca se le había dado tanto valor.
B de Bolívar: la moneda nacional perdió a lo largo del año un 95,50% de su valor, lo que la convirtió en algo casi inservible sin más opción que ceder paso al dólar. A principios de enero, se podían cambiar 48.709 bolívares por un dólar. Hoy, se necesitan 1.066.000 bolívares para la misma operación.
C de Covid-19: la lacra del año en casi todo el mundo fue (y es) en Venezuela uno de los problemas mejor controlados por el gobierno de Nicolás Maduro. Con 113.121 contagios, de los que, según la información oficial, el 95% ya están recuperados, y 1.025 muertes, el país caribeño es uno de los menos afectados por el virus.
D de Dólar: la divisa norteamericana, tan denostada otrora por el gobierno de Maduro, desplazó al devaluado bolívar y se convirtió en el motor comercial del país, contrariando las expectativas más optimistas del mandatario, que esperaba que el petro -la criptomoneda venezolana lanzada en 2018- fuera la tabla de salvación de una nación empobrecida, algo que no se materializó.
El bolívar sufrió una profunda devaluación frente al dólar durante 2020. Foto: AP
E de Elecciones: los polémicos comicios legislativos del 6 de diciembre demostraron que son cada vez más los ciudadanos que se alejan del chavismo, que perdió casi 1.400.000 votos respecto a las elecciones de 2015. Igual le ocurre a la oposición liderada por Juan Guaidó, que no participó de la contienda, pero convocó una consulta popular que le mostró que cerca de 1.700.000 personas le retiraron su confianza.
F de Fraude: la palabra elegida por la oposición para desarrollar su contracampaña electoral frente al chavismo. Según el sector político que cierra filas en torno a Guaidó, los comicios fueron un fraude, motivo por el cual se negaron a participar y competir en las urnas con su oponente.
G de Gasolina: la escasez de combustible fue otra de las trabas a sortear. Miles de venezolanos se vieron obligados a hacer cola para cargar sus tanques, hasta 6 días con sus respectivas noches, en filas kilométricas de vehículos, para poder conseguir unos pocos litros de gasolina.
Las largas filas para cargar combustible, imagen repetida en Caracas y otras ciudades de Venezuela. Foto: REUTERS
H de Hiperinflación: noviembre cerró con una inflación acumulada del 3.045,92%, según datos de la Asamblea Nacional (AN), órgano que brinda la información ante la ausencia de reportes del Banco Central de Venezuela (BCV), entidad a la que corresponde dar estas cifras. Diversos expertos estiman un 4.000% al cierre del año.
I de Indultos: a finales de agosto y por sorpresa, Maduro decidió otorgar medidas de gracia a 110 personas, entre ellas 53 presos que fueron liberados y otros 57 ciudadanos que recibieron sobreseimiento de causas o levantamiento de castigos. Para la oposición, fue un elemento propagandístico de la campaña electoral.
J de Justicia: sigue siendo una de las asignaturas pendientes en Venezuela y, en 2020, quedó ratificado. Allanamientos sin orden judicial, detenciones arbitrarias, violaciones a las libertades, presos sin juicio o inhabilitaciones con dudosos argumentos. La cuarentena sirvió a las autoridades para reforzar el control y la represión.
K de Kilómetros: una medida a la que los venezolanos están muy acostumbrados, y no solo para calcular la distancia de sus viajes. Kilómetros de cola para cargar combustible, kilómetros para encontrar señal en los teléfonos, para buscar agua, kilómetros caminando para salir del país clandestinamente. Y las dificultades que agregó 2020 sumaron más kilómetros en la particular cuenta de cada cual.
L de Leopoldo (López): la huida del opositor, que se encontraba en la residencia del embajador español en Venezuela en calidad de huésped, desde el 30 de abril de 2019, copó las intervenciones del presidente y funcionarios del gobierno la última semana de octubre, y generó una oleada de reacciones del chavismo contra España, país en el que se instaló López tras su salida de Venezuela.
El líder opositor volvió a primera plana en octubre cuando salió de la embajada de España en Caracas, donde estaba refugiado, y viajó a Madrid. Foto: AP
M de Migración: debido a la pandemia de coronavirus, miles de personas que habían salido de Venezuela huyendo de la miseria se vieron obligadas a regresar por haber perdido sus empleos en los países de acogida, pero con el paso de los meses y la laxitud de las medidas de cierre y confinamiento, el éxodo comenzó de nuevo.
N de Naufragio: las ansias por abandonar del país llevaron a cientos de venezolanos a aventurarse a salir por mar, especialmente hacia Trinidad y Tobago, en pequeñas e improvisadas embarcaciones que naufragaron, provocando la muerte por ahogamiento de más de un centenar de personas durante 2020.
O de Obstáculo: si hay un país en Latinoamérica en el que cada jornada se convierte en una carrera de obstáculos, es Venezuela. Abrir la canilla y cruzar los dedos para que salga agua es, probablemente, el primer reto a superar. Y luego… ¿Habrá luz? ¿Cuánto se habrá devaluado el bolívar? ¿Se habrá duplicado el precio de la harina? ¿Se conseguirá gasolina?
P de Parlamento: la institución que el chavismo ansiaba desde que la perdió en 2015 y que logró recuperar en las elecciones del 6 de diciembre. El poder Legislativo fue motivo de debate cada día de 2020. El próximo 5 de enero, los nuevos diputados tomarán posesión y Guaidó tendrá que dejar paso a la nueva generación, aunque amenaza con aferrarse a la presidencia parlamentaria contra viento y marea.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, celebró el triunfo oficialista en las polémicas elecciones parlamentarias de diciembre. Foto: DPA
Q de Quizás: en Venezuela no hay certeza de casi nada, ni siquiera de las cuestiones más comunes. Tal vez hoy haya agua. O no. Quizás se consiga gasolina, o quizás no. Puede ser que no se vaya la luz en todo el día, o a lo mejor sí. Probablemente se consiga el medicamento que se necesita en alguna farmacia. O quizás, en ninguna.
R de Resiliencia: la capacidad de adaptación de los venezolanos a casi cualquier situación no es algo nuevo, pero el año 2020 les valió para batir su propio récord y demostrar que están preparados para asumir que una pandemia solo es una piedra más en el camino.
S de Sanciones: con la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, llegó a Venezuela la esperanza de que las sanciones que bloquean fondos y bienes del país caribeño en la nación norteamericana sean levantadas, al menos en parte, cuando el mandatario electo tome posesión de su cargo el próximo 20 de enero.
T de Teletrabajo: una mala idea convertida en obligación. Para teletrabajar, se necesita, al menos, una conexión a internet estable, un sistema eléctrico sin cortes constantes y buena señal telefónica. Ninguna de las tres está garantizada en Venezuela, y menos si se trata de un domicilio particular. El teletrabajo convirtió 2020 en una “teletortura”.
U de Usurpación: si hay algo que no ha cambiado este año en el país sudamericano es la palabra favorita de Guaidó. Mantiene que Maduro es un “usurpador” por adueñarse de la Presidencia que -asegura- le corresponde a él, pese a no haberse medido en unas elecciones.
V de Vacuna: dos días antes de terminar 2020, Venezuela firmó con Rusia un contrato para la compra de 10 millones de dosis de la vacuna Sputnik V para prevenir la covid-19 y en ella están puestas todas las esperanzas para volver a la normalidad.
W de Wuhan: el lugar donde comenzó todo, donde se gestó el germen del virus que cambiaría el mundo, y que daría la estocada final a una Venezuela arrasada por decenas de vicisitudes y sumida en una crisis que a muchos se les antoja eterna.
X de Xenofobia: las modificaciones que introdujo el Consejo Nacional Electoral (CNE) para el voto indígena, entre las que se eliminó el sufragio directo e individual, generaron rechazo de parte de la oposición y los detractores del chavismo, que tacharon al ente rector y al Gobierno de xenófobos y los acusaron de marginar a las minorías.
Y de Yulimar (Rojas): en pocas cosas hay consenso en un país tan polarizado, pero la atleta, doble campeona del mundo de triple salto y plata en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, logró otra vez el aplauso unánime, tras recibir, la semana pasada, el premio ‘Silvestre del año’ por el récord mundial en pista cubierta que obtuvo con un salto de 15,43 metros en el Mitin de Madrid.
Z de Zoom: la aplicación para videollamadas acortó distancias, facilitó entrevistas y permitió reuniones de trabajo. Y también sirvió para hacer brindis de cumpleaños o fiestas familiares que hicieron que la soledad fuera más llevadera. Pero, igual que cualquier elemento tecnológico, está lejos de ser el sistema ideal en Venezuela, debido al pésimo funcionamiento de las conexiones.
Por Sabela Bello, agencia EFE
CB
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