A Robert Wilmer De la Cruz Aredo (38, peruano) todos en la villa 1-11-14 lo conocen por su apodo: “Mascarita”. Luego de la condena a 24 años de prisión impuesta a Marco Estrada Gonzáles (57, alias “Marcos”) en noviembre pasado, su posición como hombre de confianza del jefe narco lo dejó en una situación vulnerable.
Si alguien tenía dudas del mazazo que representó para “Marcos” ese veredicto, que incluyó a 37 miembros de su estructura criminal (incluída su esposa), lo que le pasó a “Mascarita” pocas semanas después despejó cualquier interrogante.
La madrugada del domingo 20 de diciembre cuatro jóvenes armados entraron a un barcito de la Mazana 22 de la Villa 1-11-14. Allí De la Cruz tomaba algo con tres amigos. Los sicarios abrieron fuego contra el grupo. Según una testigo, los atacantes fueron directo a una mesita del fondo donde estaba “Mascarita”.
Las dos mujeres que atendían el lugar hicieron cuerpo a tierra detrás de la barra y sólo lograron ver a uno de los jóvenes, que llevaba una capucha, escapar con el resto. “Mascarita” fue derivado al Hospital Piñero con siete balazos. Sobrevivió de milagro y aún anda con muletas.
El narco Marco Estrada Gonzáles, alias “Marcos”, preso en Ezeiza.
El ataque a Robert Wilmer De la Cruz inauguró una nueva era de pujas, crímenes, venganzas y alianzas, estas últimas aún endebles. Todo por el control de un sector específico de la villa: desde la manzana 13 a la 25 y la 31.
Con “Marcos” fuera de juego (detalle: luego de la condena lo espera la expulsión del país) en el asentamiento del Bajo Flores recrudeció la violencia narco en pos del territorio.
El intento de homicidio de “Mascarita” fue el capitulo 1 de esta nueva guerra que trae recuerdos de hace 20 años cuando por el poder de la zona se enfrentaron Marco Estrada Gonzáles y Alionzo Rutillo Ramos Mariño (“Ruti”). El segundo capitulo de esta nueva etapa no se hizo esperar mucho.
La venganza por lo del 20 de diciembre se concretó cerca de las 13,30 del jueves 7 de enero en una esquina emblemática del barrio: Riestra y Bonorino. Allí fueron asesinados Eddi Martel Valverde (53, alias “El Loco Eddi”) y Manuel Armando Ortega Huanci (46, alias “Cau Cau” o “Cojo Armando”).
El panadero Luis Ernesto Velasco Mercado (48) también terminó fusilado aunque no tenía nada que ver con la situación..
Los que conocen la genealogía del poder narco dentro de la villa del Bajo Flores sostienen que los muertos del 7 de enero pertenecían al grupo de Fernando “Pity” Estrada Gonzáles (58), hermano mayor de “Marcos”, hoy prófugo y viviendo en Perú.
Y acá viene lo mas interesante: como autores de este ultimo hecho son señalados hombres de “Marcos”, que buscaron vengar a Mascarita.
¿Qué quiere decir esto? Que los Estrada Gonzales están peleados, no se hablan desde hace tiempo y ante la caída en desgracia de “Marcos”, “Pity” decidió avanzar sobre los puestos de venta que antes debía alternar cada 28 días con su hermano.
En realidad la ola de violencia que precipitó la condena de “Marcos” no es más que el recrudecimiento de algo que ya venía cocinándose en el barrio desde principios de 2019.
Por entonces Clarín publicó una nota titulada “Allanan la Villa 1-11-14 por temor a una guerra entre hermanos narcos” en la que ya se hablaba de las intenciones de “Pity” de desbancar a “Marcos”, quien seguía manejando sus turnos de cuatro semanas desde la cárcel y lograba más ganancias.
En esta nueva arremetida, que ya cuenta con muertos y heridos, dicen que “Pity” tiene socios y que hoy el mapa narco del sector peruano de la 1-11-14 aún se encuentra en conformación. Tanto es así que desde el lado de “Marcos” aseguran que él ya no tiene ánimos para pelearle el territorio a nadie y que su esposa Silvana Salazar (condenada a 18 años, también en noviembre) teme seriamente que en el revoleo la maten en la cárcel.
El pasado viernes 5 de febrero los jueces del Tribunal Oral Federal N° 3 dieron a conocer los fundamentos de la condena impuesta en noviembre. Los años y años de investigacion del juez Sergio Torres y la PROCUNAR terminaron desplegados en 2216 paginas de sentencia. Contundente final de una era.
Esos, éstos y aquellos
En octubre del 2020 la Policía de la Ciudad difundió un parte en el que se aseguraba que gracias a una investigación propia había detenido a un poderoso narco de 28 años apodado “Dumbo”, que tenía vínculos con los jefes de la 1-11-14.
“Dumbo”, efectivamente, es un capo narco en ciernes que creció bajo el ala de “Pity” Estrada Gonzales en el Bajo Flores. Pero a fines de 2018 se mudó y comenzó a forjar su propio poder en el barrio Piedrabuena, ubicado en Castañares y General Paz.
Segun las fuentes consultadas por Clarín, el error es que “Dumbo” no cayó en octubre del 2020: en realidad el detenido fue otro narco de menor rango. “Dumbo” seguiría libre y actualmente estaría en alianza con su antiguo mentor (“Pity”) para pisar fuerte y de una vez por todas en la 1-11-14.
“Pity”, hermano de Marco Estrada Gonzáles, alias “Marcos”, junto a su hijo, Jonathan Estrada Reyes.
Quienes conocen los detalles de la historia sostienen que en un principio, allá por 2018, “Pity” le reclamó a “Dumbo” un canon para dejarlo trabajar tranquilo en el Piedrabuena. Algo así como si “Dumbo” tuviera que pagar un franchising como representante de una marca de alfajores.
Cuando “Dumbo” se negó a pagar el peaje, “Pity” y él quedaron enfrentados. Pero esto cambió con la condena de “Marcos”. La sentencia habría hecho que, de momento, “Pity” y “Dumbo” se aliaran para anular cualquier vestigio de “Marcos” en la villa. Y es por eso que en el ataque a “Mascarita” del pasado 20 de diciembre se señala a gente de “Dumbo” como mano de obra al servicio de “Pity”.
La primera gran guerra por el control de la venta de cocaína, paco y marihuana en la 1-11-14 (“Marcos” vs “Ruti”) dejó allá por principios del 2000 una veintena de muertos regados por distintas partes de la ciudad.
Todo está en movimiento, todo está por verse. Nadie sabe que pasara ahora, pero los vecinos tienen memoria. Y se sienten aterrados.
GL
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