Reporteros Sin Fronteras (RSF) anunció el martes haber introducido una demanda por crímenes contra la humanidad en Alemania contra el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman, denunciando especialmente su “responsabilidad” en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
Presentada el lunes “ante el fiscal general de la Corte Federal de Justicia de Karlsruhe”, competente en “los principales crímenes internacionales”, la demanda subraya “la persecución generalizada y sistemática de los periodistas en Arabia Saudita” y, además del príncipe heredero, señala a otros cuatro altos responsables sauditas, dijo la ONG en un comunicado.
Además de Bin Salmán, “sospechoso de haber ordenado directamente el asesinato” de Khashoggi, RSF denuncia a su exconsejero Saud al Qahtani, al exdirector adjunto de los servicios de inteligencia”, Ahmed Al Assiri, así como a Mohamed Al Otaibi, excónsul general de Estambul, y Maher Mutreb, “oficial de inteligencia” al frente del “equipo que torturó y mató” al reportero del Washington Post.
La demanda detalla además los presuntos abusos cometidos contra 34 periodistas encarcelados en el reino, de los cuales 33 siguen detenidos, como el bloguero Raif Badawi.
Bin Salman en una imagen reciente en Riad. Foto: AFP
“Tortura”, “violencia” y “coerción sexuales”, “desaparición forzada” o “privación ilegal de libertad física”. Ante estos presuntos delitos que califica de “crímenes contra la humanidad”, la ONG basada en París estima que el sistema judicial alemán es el “más adaptado” en virtud de la competencia universal aplicada en ese país, que permite al Estado juzgar a los autores de los crímenes más graves, independientemente de su nacionalidad y del lugar donde cometieron los hechos.
RSF confía en obtener así la apertura de una investigación.
La demanda se produce días después de la publicación de un informe de los servicios de inteligencia estadounidenses que acusa al príncipe heredero de haber “validado” el asesinato del periodista saudita.
Crítico con el poder, Jamal Khashoggi fue asesinado el 2 de octubre de 2018 en el consulado de su país en Estambul por un comando de agentes llegados de Arabia Saudita.
Su cuerpo, despedazado, no fue hallado nunca.
Tras haber negado el asesinato, Riad acabó afirmando que el crimen había sido cometido por agentes sauditas que actuaron por su cuenta. Al término de un juicio opaco en Arabia Saudita, cinco personas fueron condenadas a muerte y otras tres a penas de prisión. Las penas capitales fueron luego conmutadas.
El país ocupa el puesto 170º sobre un total de 180 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de RSF.
AFP
ap
Fuente Clarin