En junio de 2018 hacía menos de un año que el iPhone 8 estaba en la calle. Era el teléfono de moda y Julieta Bonanno -por entonces una abogada de 29 años, casi recién recibida- había conseguido uno. En los tribunales de Morón, donde litigaba, le gustaba comentar que se lo pagaban sus clientes mexicanos.
El aparato, más los 40 gigas de información que se pudo rescatar de él en una pericia realizada en Estados Unidos, son unas de las principales pruebas de cargo en el juicio oral que comenzará este martes, vía Zoom.
Bonanno participará desde la cárcel de mujeres de Ezeiza. Por el debate pasarán unos 70 testigos, está a cargo del Tribunal Oral Federal N° 8 y el fiscal Marcelo Colombo será el encargado de llevar adelante la acusación.
Bonanno está procesada con prisión preventiva por un sangriento doble crimen ocurrido la tardecita del lunes 4 de junio de 2018. Del sicario que lo ejecutó sólo se obtuvieron borrosas imágenes de algunas cámaras de seguridad. Todas las pistas sobre su identidad resultaron hasta ahora inconducentes.
La abogada Julieta Bonanno, tras su detención.
Pese a su escasa experiencia, y por razones aun no explicadas ni por ella ni por otros, Bonanno terminó representando a tres ciudadanos mexicanos detenidos en el marco del caso “Bobinas Blancas”, en el cual se decomisaron unos 1.900 kilos de cocaína en julio de 2017. La mayoría de la droga (unos 1.300 kilos) había sido acondicionada de una manera muy sofisticada para ser contrabandeada a Canadá y España.
Las bobinas estaban en un galpón del parque industrial de Bahia Blanca que había sido alquilado por los narcos unos meses antes del 18 de junio de 2017, día en el que el juez federal de Campana Adrián González Charvay ordenó el megaoperativo.
Curiosamente, el juicio de “Bobinas Blancas” se está desarrollando ahora en la Justicia bahiense y aun mas curioso es que todos los acusados de narcotráfico (seis en total) se declararon culpables en la primera audiencia. Serán condenados sin siquiera patalear.
Uno de los tres clientes de Bonanno en la causa “Bobinas Blancas” era el mexicano Rodrigo Alexander Naged Ramírez (59), quien terminó asesinado a balazos junto a su hijo colombiano John Naged Ramírez (30) en el departamento que alquilaban sobre la avenida Cabildo 2659.
Naged Ramírez padre no continuaba preso como el resto de los imputados porque había sufrido un ACV y la Justicia se encontraba en un proceso de evaluación para determinar si estaba en condiciones mentales de ser juzgado.
Las malas lenguas dicen que el narco se estaba recuperando muy bien con la ayuda de su hijo, que había viajado especialmente para cuidarlo. También comentan que su plan era hablar como arrepentido. Por eso lo mataron.
El doble crimen ocurrió el lunes 4 de junio de 2018 casi frente a las narices de Bonanno, que estaba en el departamento de las víctimas y, según las cámaras de seguridad, prácticamente franqueó el paso del sicario.
La abogada pasó de presentarse ante los medios como una sobreviviente, como una mujer con suerte (inexplicable que un asesino a sueldo deje testigos), para terminar pocas horas después detenida y sepultada por una avalancha de indicios.
Rodrigo Alexander Naged Ramírez (59), el narco mexicano asesinado.
Maldita pandemia
El juicio contra Bonanno iba a comenzar el 19 de marzo del 2020, día que resultó ser el inicio de la primera cuarentena. La pandemia del Covid-19 y el anuncio del Gobierno de restringir al máximo los movimientos por cuestiones preventivas lo fue postergando.
Esta demora le jugó en contra a la única acusada, por varias razones. Por un lado, el más lógico, demoró el momento que ella -tal como se lo dijo a Clarín en un reportaje- estaba esperando para clamar su inocencia. Por otro, en ese periodo se sumó más prueba en su contra.
Para ser más claros. Cuando el 30 de octubre de 2018 el fiscal de instrucción requirió la elevación a juicio de Bonanno, la causa por el doble homicidio tenía 24 cuerpos (casi 4.800 páginas). Ahora es el doble.
La misteriosa nota que tenía la abogada Julieta Bonanno sobre el narco mexicano y su hijo que fueron asesinados en Belgrano. Arriba, las sugesivas palabras “muerto” y “lo van a matar” al lado de sus apellidos.
Durante el año del coronavirus, desde el juzgado federal de González Charvay se enviaron al Comodoro Py otros 26 cuerpos (5.200 páginas más). El material complementario es vasto, muy jugoso y redondea el panorama que ya se había logrado juntar en el expediente.
Principalmente lo que se incorporó fue la pericia realizada por la empresa Cellebrite sobre el iPhone 8 de la acusada. Cellebrite ya había logrado abrir el iPhone 6 de la abogada, pero en el 8 se encontraron muchas más cosas: unas 85.000 fotos, contactos y hasta un diálogo en el que ella habla de motos, armas y sus contactos con jefes mexicanos.
Esas pericias (que costaron 4.680 dólares por teléfono) fueron la frutilla de la torta para la acusación, principalmente por su contenido y por lo que se pudo trabajar en base a la información que guardaban. El contenido del iPhone 6 estaba contemplado en el requerimiento de elevación a juicio. Pero lo que había en el iPhone 8 se obtuvo después.
La imagen del sicario junto a uno de los ascensores y de la abogada Julieta Bonanno con las víctimas minutos antes del doble homicidio. (Captura TV)
Por eso este martes, cuando comience el juicio oral, seguramente una de las batallas que enfrentarán a fiscalía y defensa será la admisión de todo lo investigado a partir de la apertura de este último celular en los Estados Unidos.
La defensa ya presentó un escrito y se juega todas sus fichas a cuestionar la cadena de custodia. Tampoco está conforme con que el juicio no sea presencial sino por Zoom.
“Hay planteos de nulidad que debe resolver el tribunal previo a comenzar el debate. Además nos opusimos y nos oponemos a la realización del mismo de forma telemática. La razón: el control de la prueba es totalmente imposible en esa modalidad”, le dijo a Clarín Leopoldo Murúa, defensor de Bonanno junto a Nicolás Proz.
La abogada Julieta Bonanno, detenida por el doble homicidio en Belgrano, durante la entrevista con Clarín en el penal de Ezeiza. Foto Maxi Failla.
“Después de la primera audiencia veremos los pasos a seguir. La causa está llena de irregularidades“, agregó Murúa. En cuanto a Julieta, señaló: “Está tranquila y expectante para realizar el juicio”.
Nada más por el momento. Pero desde ambos lados del proceso prometen artillería pesada. El final de esta batalla aun está abierto.
EMJ
Fuente Clarin